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El PP asume que tras el 26-J tendrá que revisar el papel de la FAES

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Este mes de julio, en el plano político, las hemerotecas quedarán huérfanas de la foto de Mariano Rajoy, líder del Partido Popular, saludando al expresidente del Gobierno José María Aznar en la clausura de los cursos de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES). Tras la no-imagen no sólo hay un enfrentamiento entre Aznar y el hombre al que escogió para liderar la formación conservadora que ha ido engordando con el paso de los años, sobre todo desde que Rajoy fue elegido presidente del Gobierno. El traslado de los cursos de verano de FAES al programa de los cursos que la Universidad Complutense celebra en El Escorial (Madrid) es también el reflejo del ocaso económico de una fundación vinculada a un partido político que, como todas con la crisis, ha visto reducidas de forma significativa las subvenciones públicas.

Destacados dirigentes del PP creen que urge un debate sobre el futuro de esta fundación. Mientras, desde el entorno del presidente de honor de los conservadores señalan de forma contundente que FAES va a seguir.

Las fuentes consultadas por infoLibre coinciden en que en unos meses, tras las elecciones generales, cuando haya un candidato a la Presidencia del Gobierno investido y el Partido Popular se disponga a renovar sus órganos de dirección interna en un congreso nacional, será también el momento de analizar las relaciones de la formación con el laboratorio de ideas con el que está vinculado.

La relación "debe mejorar"

Estas fuentes subrayan que en los últimos años las aportaciones de FAES al partido han sido "muy reducidas" y que esto "debe mejorar". Ponen como ejemplo el programa electoral con el que Rajoy se presentó a las generales del 20 de diciembre y con el que se volverá a presentar el 26 de junio. "Hubo algún intercambio de papeles, pero no ha habido la sintonía que existió años atrás", señala un exparlamentario conservador.

Otros sectores del partido restan peso a lo que algunos entienden como una casi nula influencia de la fundación de Aznar en la oferta de Mariano Rajoy a los electores Mariano Rajoy . Y lo explican argumentando que, por lo general, la contribución de las fundaciones vinculadas con los partidos es mayor cuando los partidos están en la oposición. "Es en esos momentos cuando se necesita más asesoría, más aportaciones, más ideas", señala un dirigente regional.

El mismo cargo del PP añade que en estos momentos, cuando las formaciones ostentan la Presidencia del Gobierno, esa labor de asesoría y de "laboratorio de ideas" parte de los propios ministerios.

Un 70% menos de subvenciones públicas

Sobre lo que parece que hay unanimidad es en que FAES debe adaptarse a un nuevo escenario en el que las fundaciones han visto reducidos sus ingresos públicos de forma muy importante. En el entorno del expresidente Aznar cifran la caída en el entorno del 70% desde el año 2008. Sólo en los tres últimos ejercicios, la caída ha sido superior al 26,2%, según se deprende de los datos facilitados por FAES en el apartado que su página web dedica a la transparencia.

Así, si en 2013 las subvenciones públicas fueron de 1,6 millones de euros, en 2014 se redujeron hasta los 1,4 millones y un año después, en 2015, hasta los 1,2. Por lo general, estas ayudas a las fundaciones vinculadas con los partidos políticos son concedidas por los ministerios de Asuntos Exteriores y Cooperación y de Educación y la cantidad concedida tiene que ver con la representación parlamentaria. A la espera de los resultados de las generales de junio, si no se equivocan mucho las encuestas y si se mantiene la tendencia del 20-D, los ingresos de FAES bajarán todavía más.

Fuentes próximas al expresidente señalan que FAES se ha adaptado al nuevo escenario, que ha sufrido un ajuste importante desde el momento en el que sus subvenciones empezaron a verse reducidas, como le ha ocurrido al resto de fundaciones relacionadas con las formaciones políticas. Y que la situación actual es de total normalidad.

Cursos más académicos

Admiten que el hecho de trasladar sus tradicionales cursos, primero de Navacerrada a Guadarrama y, después, al contexto de los que la Complutense celebra anualmente en El Escorial les ha permitido un ahorro muy importante. Esto, añaden, les ha supuesto tener que adaptar los contenidos al ámbito académico, algo que, insisten, no les ha creado ningún problema. Con ello, se acaba con el desfile de cargos del Partido Popular para participar en las distintas mesas redondas. 

Se da la circunstancia de que Aznar inaugurará este año el curso FAES, ya en su nuevo formato, el 27 de junio, un día después de las elecciones. Se espera que aproveche la coyuntura para interpretar los resultados electorales el mismo día que Rajoy reunirá a la plana mayor de su partido para trasladarle sus planes de cara a las negociaciones para los pactos. La opinión más extendida es que el hombre que escogió a Aznar para sucederle al frente del PP aprovechará para leer la cartilla a su partido. Ya lo hizo el 21 de diciembre, un día después de las generales del 20-D, cuando pidió ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP la convocatoria de un congreso al que, según dijo, no se presentaría.

Otro de los elementos que ponen sobre la mesa quienes en el PP creen que debe abrirse una reflexión sobre las relaciones con FAES tiene que ver precisamente con el distanciamiento y la frialdad entre Aznar y el equipo de Rajoy.

Continuos roces y fuera de la campaña

En los últimos años, las polémicas se han sucedido y la gravedad de los enfrentamientos se ha ido incremento hasta el punto de que Aznar no participó en la campaña del 20-D y ahora tampoco lo hará. El último roce tuvo lugar hace un par de semanas cuando Aznar puso en tela de juicio la estrategia electoral del PP, basada en la confrontación con Podemos.

"Ahora mismo no hay trabajo más importante que hacer a favor de España que el de recuperar la voluntad de concordia para evitar un descarrilamiento histórico que a día de hoy no es en absoluto imposible", señaló en la clausura del curso 2015-2016 del Instituto Atlántico de Gobierno. "A mi juicio, eso implica abandonar de inmediato cualquier tentación de polarizar, de amedrentar, de extremar, de excluir, de radicalizar, de dividir, de enfrentar a unos españoles contra otros. Porque en esa competición siempre ganan los mismos, que son siempre los peores. Y siempre pierde la convivencia. Hay abundante experiencia acerca de esto", añadió en un discurso en el que habló también de la necesidad de hacer "sacrificios personales". Esto fue interpretado como una llamada para que Rajoy se echara a un lado, algo de lo que en Génova reniegan.

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En este contexto hay dirigentes que consideran que la fundación vinculada al partido no puede estar presidida por alguien que confronta permanentemente con el partido. Piden incluso que se reformule el organigrama, el patronato de esta fundación que preside Aznar y que, tradicionalmente, tiene como vicepresidente al número del PP. Un puesto que ahora ostenta María Dolores de Cospedal, secretaria general.

En círculos conservadores se ha llegado a hablar de la necesidad de que la fundación vinculada al partido esté presidida por el número uno del partido. Una idea todavía inmadura.

Al respecto, en el entorno de Aznar señalan que FAES no es la fundación del Partido Popular, sino la fundación que la formación designa para que perciba subvenciones. Este choque de posturas tendrá su desenlace final a partir del 26-J.

Este mes de julio, en el plano político, las hemerotecas quedarán huérfanas de la foto de Mariano Rajoy, líder del Partido Popular, saludando al expresidente del Gobierno José María Aznar en la clausura de los cursos de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES). Tras la no-imagen no sólo hay un enfrentamiento entre Aznar y el hombre al que escogió para liderar la formación conservadora que ha ido engordando con el paso de los años, sobre todo desde que Rajoy fue elegido presidente del Gobierno. El traslado de los cursos de verano de FAES al programa de los cursos que la Universidad Complutense celebra en El Escorial (Madrid) es también el reflejo del ocaso económico de una fundación vinculada a un partido político que, como todas con la crisis, ha visto reducidas de forma significativa las subvenciones públicas.

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