El Partido Popular hizo esfuerzos este martes para enmarcar su acuerdo con el PSOE para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en el campo de la "responsabilidad". También, para vender que el reparto, en el que salen perdiendo –11 vocales progresistas frente a 9 más el presidente conservadores– no es tan malo para ellos como puede desprenderse de los números. Fuentes del partido liderado por Pablo Casado consultadas por infoLibre se muestran convencidas de que la "autoridad" del presidente acordado, Manuel Marchena, hará que el bloque de izquierda no vote siempre en bloque. Confían, pues, en que del pacto no fructifique un Poder Judicial "hostil" para el PP.
"No nos engañemos. Pese a todo lo que se dice y todo lo que se escucha, los vocales no tienen por qué votar en bloque", defiende un dirigente nacional.
Además de hacer esfuerzos para trasladar a sus militantes y cargos públicos la idea de que el acuerdo con el PSOE es bueno para el PP, la dirección de los conservadores tiene que hacer frente a las críticas de Ciudadanos.
La formación liderada por Albert Rivera considera "una vergüenza" que los miembros del Poder Judicial se nombren a dedo desde Ferraz, Génova y la sede de Podemos. Nada más conocerse el acuerdo entre PP y PSOE a primera hora de la mañana del lunes, el líder del partido naranja culpó a Casado de haber aceptado que Podemos "tenga la mayoría" en el órgano de gobierno de los jueces. Una afirmación que, por otra parte, no se corresponde con la realidad ya que Podemos aún está negociando su posible apoyo al pacto entre PSOE y PP y, como máximo, se ha planteado que proponga 4 de los 20 vocales.
La "pataleta" de Ciudadanos
Los conservadores lamentan la "pataleta" de Ciudadanos pero vaticinan que las acusaciones van a tener "poco recorrido" dado que el 4 de diciembre las Cámaras tienen que haber aprobado los nombramientos. "Es política. Ahora les toca hacer bandera de la independencia del Poder Judicial. Y a nosotros nos toca ser responsables porque somos un partido de Gobierno y recordar que estamos cumpliendo con una de las funciones del Poder Legislativo".
Este martes, el exministro de Justicia y secretario de Justicia y Administraciones Públicas del PP, Rafael Catalá, pieza clave en las negociaciones con el PSOE lamentó que Ciudadanos esté "rozando el populismo" en esta cuestión. "Esto es el funcionamiento de una democracia; negarlo y hacer discursos populistas no ayuda en nada", señaló.
Como hicieron otros dirigentes conservadores, Catalá insistió en que el "liderazgo" de Marchena "es reconocido por todos".
Las fuentes del PP consultadas se dicen convencidas de que "el grueso" del partido comparte el pacto sellado con el PSOE. "Puede haber quién piense que habría que haber peleado por mantener la mayoría o dilatar los plazos a la espera de la sentencia del procés. Pero los plazos son los que son y no estamos para contribuir a la inestabilidad", señala un dirigente nacional.
Uno de los efectos del acuerdo es que Manuel Marchena, hasta ahora presidente de la Sala Penal del Supremo, ya no será el encargado de redactar la sentencia que afecta a los líderes independentistas. "El caso sigue en manos del Supremo. No cambia nada", valora un veterano diputado.
Los conservadores defienden que, pese a no tener mayoría en el Congreso, tienen un número importante de diputados. Y recuerdan que sí la tienen en el Senado y que este escenario les ha permitido "jugar muy bien las cartas" en unas negociaciones que arrancaron el pasado agosto, en la primera y única reunión que han mantenido Pablo Casado y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Como ejemplo de esas cartas "bien jugadas" ponen el hecho de que Marchena vaya a presidir la institución. En este sentido, fuentes conocedoras del proceso que condujo al acuerdo recuerdan que el PSOE no veía con buenos ojos ese punto y que no había nada que garantizase que esto fuese a ocurrir así. De hecho, la escenificación ha indignado a los jueces porque la designación de la primera autoridad judicial es competencia de los 20 nuevos vocales del CGPJ. Y ni siquiera estos han sido ya elegidos por Congreso y Senado.
El CGPJ está compuesto por 20 vocales, nombrados por el rey, elegidos por las Cortes Generales entre jueces y juristas de reconocida competencia. Su presidente, que es a su vez Presidente del Tribunal Supremo, es designado por el Pleno del Consejo en su sesión constitutiva.
En sectores del PP no ocultan su preocupación por el hecho de que el juez José Ricardo de Prada, clave en la sentencia de Gürtel, esté entre en la terna de los vocales progresistas. Otras fuentes lo interpretan como una especie de "patada hacia arriba" que no ha de preocupar en exceso.
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El calendario
El Congreso calcula que la votación de los nuevos vocales del órgano de gobierno de los jueces será el jueves 22 de noviembre. Un día antes se examinaría a los juristas propuestos por socialistas y conservadores.
Mientras, la Mesa del Senado ha previsto ya un calendario para renovar a los miembros del CGPJ que le corresponde elegir y cuyo mandato concluye el 4 de diciembre, plan que incluye un Pleno de votación final para ese mismo día 4 o la víspera, el 3 de diciembre. Se convocará de forma extraordinaria y con ese único punto del orden del día.
El Partido Popular hizo esfuerzos este martes para enmarcar su acuerdo con el PSOE para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en el campo de la "responsabilidad". También, para vender que el reparto, en el que salen perdiendo –11 vocales progresistas frente a 9 más el presidente conservadores– no es tan malo para ellos como puede desprenderse de los números. Fuentes del partido liderado por Pablo Casado consultadas por infoLibre se muestran convencidas de que la "autoridad" del presidente acordado, Manuel Marchena, hará que el bloque de izquierda no vote siempre en bloque. Confían, pues, en que del pacto no fructifique un Poder Judicial "hostil" para el PP.