En el entorno del presidente del Gobierno aseguran que Mariano Rajoy sabía que tras las elecciones europeas le esperaba un menú fuerte: digerir los resultados, enfilar la recta final de su legislatura con un paquete de medidas con el que sus votantes se sientan reconocidos, los difíciles equilibrios de la reforma de la ley del aborto, la ebullición del desafío soberanista de Artur Mas... y la abdicación del rey. Así se lo había trasladado el propio monarca el pasado mes de marzo. Sería después del 25-M para no interferir en la campaña electoral. Lo que no estaba claro del todo era el momento exacto elegido. Fue este lunes.
No había hecho todavía Mariano Rajoy su declaración institucional de las 10:30 horas cuando las redes sociales, a la vista de los rumores cada vez más potentes sobre la abdicación del rey, ya clamaban por la III República y por la convocatoria de un referéndum. La iniciativa pasaría después al papel y, además de las convocatorias para las 20:00 horas del lunes en varias ciudades españolas, Compromís registró en el Congreso de los Diputados una proposición de ley para elegir al nuevo jefe de Estado por referéndum.Por su parte, IU, Podemos y Equo exigieron una consulta a los ciudadanos. ¿Preocupa esto al Gobierno y al PP, el partido que le sostiene? ¿Temen por la estabilidad institucional?
Las fuentes consultadas admiten que estamos ante un asunto "delicado" y cuentan con que los ciudadanos partidarios de la República salgan en más de una ocasión a las calles para reclamar la apertura de un debate que conduzca a un cambio de modelo. Pero no temen por la estabilidad. "Cuando el príncipe empiece a ejercer como rey, esto se frenará", consideran en el Partido Popular, formación desde la que, no obstante, han hecho una llamada a la "sensatez y cordura" de los ciudadanos.
En el PP y en el Gobierno señalan que no puede deslegitimarse la decisión que tome el Congreso de los Diputados –la de dar luz verde a una ley para la abdicación– y que las reglas del juego democrático en este caso, como en todos, no varían. Al respecto, señalan que hubo unas elecciones generales en las que los ciudadanos votaron y que, con su voto, ya quedó claro quiénes apoyaban las opciones republicanas.
En el partido que sostiene al Ejecutivo recalcan que sólo con sus votos, la iniciativa que este martes se debatirá en el Consejo de Ministros saldría sin problema de Congreso y del Senado. Pero subrayan que cuentan, además, con el respaldo del principal partido de la oposición, el PSOE. "De la declaración de Alfredo Pérez Rubalcaba ha quedado claro que en esto vamos a ir de la mano", añaden.
De hecho, las fuentes consultadas consideran que en la decisión de Juan Carlos I de hacer este lunes el anuncio puede haber pesado la situación interna que se vive en el Partido Socialista desde que el pasado lunes, tras el hundimiento en las elecciones europeas, Rubalcaba anunciara su marcha. "Nunca se sabe quién puede venir después y a Rubalcaba hay que reconocerle el ser un hombre de Estado que deja a un lado las siglas de su partido a favor de la estabilidad", valora un diputado.
Además, los conservadores destacan que PP y PSOE suman los votos del 80% de la Cámara.
A vueltas con la "mayoría silenciosa"
Como ya hicieron hace unos meses, cuando proliferaron las marchas y manifestaciones contra los recortes sociales del Gobierno de Mariano Rajoy, desde el PP vuelven a dirigir su mirada a esa "mayoría silenciosa" que no saldrá a la calle a exigir la convocatoria de un referéndum sobre el modelo de Estado. En este sentido, se muestran convencidos de que cuanto más se radicalicen las posturas, más reforzada saldrá la monarquía de este relevo. Y de que Felipe de Borbón no va a salir proclamado rey "en medio de un ambiente republicano".
Además, ponen en valor que el rey, en su mensaje, haya intentado conectar con aquellos ciudadanos que no quieren ruptura, pero abogan por los cambios. "Enlaza con un sentimiento muy extendido en la sociedad española, el de que tiene que haber cambios".
Procedimiento
El rey advirtió en TVE de que no iba a abdicar
Este martes, a las 12:00 horas, el presidente del Gobierno ha convocado una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros en el complejo de La Moncloa. A priori, el único punto del orden del día es la aprobación de proyecto de ley orgánica para la cuestión de la abdicación. Así lo precisó en la mañana de este lunes Mariano Rajoy en su breve comparecencia ante los medios de comunicación. Una vez aprobado por el Consejo de Ministros, el texto será remitido inmediatamente al Congreso de los Diputados, donde habrá reunión de la Junta de Portavoces para fijar el calendario aproximado y los plazos.
La intención del Ejecutivo es imprimir la máxima celeridad a esta cuestión, por lo que fuentes parlamentarias coinciden en que el trámite podría estar completado en 15 días.
Si los planes del Gobierno no cambian, quedaría todavía pendiente la regulación del estatus del exmonarca y el del heredero. Un asunto que no se ha abordado en los últimos 35 años y que deja en el aire, por ejemplo, asuntos como la inviolabilidad del rey. Así, a partir del día que su hijo acceda al trono, Don Juan Carlos perdería este privilegio. Lo que no tiene, insisten las fuentes consultadas es efecto retroactivo. Es decir, no le podría juzgar por ninguna de sus durante sus años de reinado.
En el entorno del presidente del Gobierno aseguran que Mariano Rajoy sabía que tras las elecciones europeas le esperaba un menú fuerte: digerir los resultados, enfilar la recta final de su legislatura con un paquete de medidas con el que sus votantes se sientan reconocidos, los difíciles equilibrios de la reforma de la ley del aborto, la ebullición del desafío soberanista de Artur Mas... y la abdicación del rey. Así se lo había trasladado el propio monarca el pasado mes de marzo. Sería después del 25-M para no interferir en la campaña electoral. Lo que no estaba claro del todo era el momento exacto elegido. Fue este lunes.