Primero llegó Esperanza Aguirre, presidenta del PP de Madrid, y retó a Pablo Iglesias, líder de Podemos, a donar el dinero que ha recaudado para denunciarla a las víctimas del terrorismo. Luego, el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, diría irónicamente que él pertenece a "la casta de derecha". Fátima Báñez, ministra de Hacienda, en una clara alusión al partido revelación de las últimas elecciones europeas, señaló que "algunos hacen propuestas, otros dicen lo que pueden hacer y hablan de podemos". Pero que ellos, en el Gobierno, actúan. "Hablamos de hacemos, cumplimos y miramos hacia delante con la sociedad española", completó. Y la vicepresidenta del Gobierno, remató.
Son sólo algunos ejemplos de las alusiones –más o menos explícitas– a Podemos que pudieron escucharse este miércoles en la primera jornada de la escuela de verano del Partido Popular. Iglesias se convirtió en el protagonista ausente de esta cita, clásica en las filas conservadoras, que sirve al partido para hacer balance del curso político y marcar prioridades de cara a la vuelta del verano y que será clausurada por Mariano Rajoy en la mañana del sábado. La primera jornada estuvo centrada, sobre todo, en las políticas de regeneración y contó con la presencia de tres miembros del Gobierno, la vicepresidenta del Gobierno, entre ellos.
La fortaleza de Podemos –1.245.948 votos (7,97%) y cinco escaños en el Parlamento Europeo– escuece en el Partido Popular, sobre todo por lo que supone de fragmentación del voto. Pero, a la vez, dicen haber descubierto un filón para reconsquistar a su electorado más clásico. De ahí, que en las últimas semanas diferentes sectores de la formación estén alertando del peligro que conllevaría que esta formación siga acaparando poder y se instale en las comunidades, en los ayuntamientos y en el Congreso de los Diputados. Sólo ha salido en su defensa el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, que ha señalado que los de Pablo Iglesias se merecen un respeto.
Ligado a estas tesis, en la dirección nacional del partido están convencidos de que los más perjudicados del auge de esta formación son los partidos de izquierda y el Partido Socialista. Los analistas electorales de Mariano Rajoy cuentan con que el nuevo PSOE que salga de su proceso de renovación tendrá que hacer un giro político a la izquierda si no quiere que otros partidos, como Podemos, les arrebaten más terreno, y que ellos, los conservadores, saldrán beneficiados porque les dejará más cerca del electorado que se ubica en el centro político.
"Tienen buenas palabras, pero no pagan las deudas"
Teorías aparte, en la práctica, el PP ya está poniendo los cimientos para que la catástrofe que pronostican las encuestas para las municipales y autonómicas sea lo menor posible. Hace un par de lunes, el presidente del Gobierno, en una reunión interna del partido desempolvó la promesa electoral para que, en los ayuntamientos, gobierne la lista más votada. Y esta idea estuvo muy presente en estas jornadas de verano que su partido está celebrando en la localidad madrileña de El Escorial. "Quiénes somos los demás para hacer que gobierne otra persona a través de un acuerdo de varios partidos", se preguntó Soraya Sáenz de Santamaría en una intervención plagada de alusiones veladas a Podemos. En el partido de Rajoy hay miedo de que las formaciones de izquierdas, y Podemos, sumen sus votos y les descabalguen de algunos de los ayuntamientos más valiosos para la derecha. Es el caso de Madrid y Valencia.
"Algunos dicen que es posible jubilar a los 60, subir las pensiones e incrementar las prestaciones de todo tipo. Tienen buenas palabras, pero no pagan las deudas", añadió la mano derecha de Rajoy en el Gobierno. Santamaría alertó contra el "debate populista", "que dice a todo el mundo lo que quiere escuchar". Y lo contrapuso "al debate de las ideas, que consiste en explicarle a la gente la verdad y el porqué se toman las medidas". "Frente a los dicen que comen un menú de seis u ocho euros, a los que comemos un sandwich en el despacho nos sobran tres euros y medio", llegó a decir. Y lanzó un aviso a los socialistas: "Yo alerto contra el sectarismo, por si acaso, a ver si por miedo a los que pueden venir perdemos algo".
La número dos del Ejecutivo, que llegaba a El Escorial después de defender en el Congreso el 'decretazo', cargó, sin citar a nadie directamente, contra aquellos partidos que "en programas y discursos políticos" no hablan "de democracia, sino de otra cosa". "En este país la democracia se ha ganado a pulso, por mucha gente que en unos años muy difíciles lo arriesgó todo por traer la democracia a España. Cualquier democracia es mejorable, como todo, pero es el único sistema posible", dijo.
Primero llegó Esperanza Aguirre, presidenta del PP de Madrid, y retó a Pablo Iglesias, líder de Podemos, a donar el dinero que ha recaudado para denunciarla a las víctimas del terrorismo. Luego, el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, diría irónicamente que él pertenece a "la casta de derecha". Fátima Báñez, ministra de Hacienda, en una clara alusión al partido revelación de las últimas elecciones europeas, señaló que "algunos hacen propuestas, otros dicen lo que pueden hacer y hablan de podemos". Pero que ellos, en el Gobierno, actúan. "Hablamos de hacemos, cumplimos y miramos hacia delante con la sociedad española", completó. Y la vicepresidenta del Gobierno, remató.