La consigna oficial ya la marcaron Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal el lunes en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP convocada para analizar los resultados de las catalanas: lo ocurrido en esta comunidad –ocho escaños menos, de 19 a 11– no es para nada "extrapolable" a un escenario de elecciones generales. Y los electores han apostado por Ciudadanos –25 escaños– precisamente para que fuese el segundo partido, para que estuviese en la oposición. Pero más allá de este discurso público, la dirección nacional del PP trabaja en armar una estrategia contra el partido de Albert Rivera para frenar su posible ascenso en las generales de diciembre.
Por mucho que los miembros del partido y del Gobierno se harten de decir en público que Ciudadanos es un partido de izquierdas, en el último año ha atraído a muchos de sus antiguos votantes. Y lo saben porque, en privado, han escuchado a amigos, familiares y a ciudadanos que les paran por la calle decirles que se sentirían cómodos votando al partido de Rivera.
Esa es precisamente una de las reflexiones del comunicado que el expresidente del Gobierno José María Aznar emitió este lunes, pocas horas después de conocerse los resultados del 27-S y poco antes de que Rajoy se dirigiera al Comité Ejecutivo Nacional del PP para señalar que siguen siendo el voto útil y que su "verdadero rival" es el PSOE. A juicio del expresidente de FAES "el voto útil de la izquierda va a tender a desplazarse, nacionalmente, a favor del Partido Socialista" y "el resultado de Ciudadanos [en Cataluña], unido al del PP, consolida el fraccionamiento del espacio de centro derecha a nivel nacional".
"Vamos a empezar ya a destaparles. Con argumentos", señalan desde la dirección nacional del Partido Popular. "Y vamos a explicar mejor los datos de las elecciones catalanas para que a todo el mundo le quede claro que nosotros hemos perdido, sí. Pero que el PSOE ha vestido de fiesta el peor resultado de su historia", añaden las mismas fuentes.
Los conservadores ven a la formación liderada por Albert Rivera "en la cresta de la ola" y aseguran que es el momento de reeditar, "pero bien, de forma más coordinada", señala un miembro del Comité Ejecutivo Nacional, la estrategia desplegada contra Ciudadanos en las elecciones municipales y autonómicas. Cuando este dirigente añade la expresión "pero bien, de forma más coordinada", se refiere a que el partido ha llegado a la conclusión de que los mensajes no calaron de la forma que tenían que haber calado en el electorado.
Errores en los comiciones de mayo
En este contexto, admiten que llegaron tarde a la hora de denunciar que algunas de las propuestas electorales de los programas autonómicos y locales del partido de Rivera no sólo eran "antiguas" ideas del PP, sino que en algunas ocasiones ya estaban en marcha en ciudades y ayuntamientos gobernados por ellos.
"Hubo cierto miedo a sacudirles porque, a la vez, había que abonar el camino de futuros pactos", explica uno de los candidatos a las municipales que perdió la alcaldía. "Pero ha quedado bastante claro que han apoyado a quienes más le convenía, incluso a nosotros, por lo que quizá ha llegado la hora de dejar de pensar en el día después a las elecciones y darlo todo en campaña", sugiere.
En este sentido, fuentes de la dirección nacional del PP admiten que su forma de plantar cara a Ciudadanos va a estar exenta de la dureza con la que atacaron a Podemos tras las europeas. Primero, porque la formación de Rivera no es "radical ni populista". "Se puede llegar a acuerdos con ellos", señalan. Y segundo, porque en el PP no necesitan "más enemigos".
Las mismas fuentes completan: "Tenemos que ir a argumentos, a ejemplos claros, a datos. No queremos que la estrategia se vuelva contra nosotros. Nuestro principal rival es el PSOE y eso se va a notar. Pero los electores tienen que saber también que está haciendo Ciudadanos".
Aproximación a un listado de denuncias
¿Y qué está haciendo? En el PP dan varios ejemplos. Uno de ellos es Andalucía, donde aseguran que "ha consensuado" con el PSOE cómo será la comisión de investigación sobre el escándalo de los ERE. "Un escándalo –recuerdan–, que afecta al PSOE. Inaudito", señala un diputado.
Pero los conservadores –que gobiernan en Madrid gracias a un pacto con la formación de Rivera– no sólo denuncian "connivencias" de Ciudadanos con el PSOE en Andalucía. También recuerdan que sumó sus votos a los de IU para que los socialistas se hicieran con la Diputación de Toledo. O el caso de Gandía, donde la coalición Més Gandia (Compromís-EU y ER) y Ciudadanos pusieron en bandeja la Alcaldía a los socialistas.
Otro asunto que ponen sobre la mesa los dirigentes consultados es la necesidad de analizar la "utilidad y necesidad" de las propuestas de C's. "¿Tiene sentido suprimir el Constitucional? ¿En qué favorece esto a los ciudadanos?", se pregunta un diputado.
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Ventajas e inconvenientes de que no gobierne
En el PP son conscientes de que se encuentran con un arma de doble filo con el hecho de que Ciudadanos no haya tocado poder institucional. En el lado bueno, son conscientes de que pueden presumir de que Rivera y los suyos carecen de experiencia de gestión. En el malo, también son conscientes de que gobernar desgasta y que Ciudadanos de momento no se enfrenta a este desgaste. Es más, en Génova se preparan para que la encuesta del CIS de octubre de muy buen resultado a esta formación que ha logrado ubicarse como segunda fuerza en el Parlament de Cataluña.
"Están en racha. Pero si en las generales pasa lo mismo que en Cataluña, es al PSOE al que le vacían el granero de votos", señala un dirigente regional.
La consigna oficial ya la marcaron Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal el lunes en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP convocada para analizar los resultados de las catalanas: lo ocurrido en esta comunidad –ocho escaños menos, de 19 a 11– no es para nada "extrapolable" a un escenario de elecciones generales. Y los electores han apostado por Ciudadanos –25 escaños– precisamente para que fuese el segundo partido, para que estuviese en la oposición. Pero más allá de este discurso público, la dirección nacional del PP trabaja en armar una estrategia contra el partido de Albert Rivera para frenar su posible ascenso en las generales de diciembre.