"Yo, a Albiol". Así respondía el presidente del Gobierno y del Partido Popular a los periodistas este miércoles en el Congreso de los Diputados preguntado sobre a quién prefería de presidente de la Generalitat a partir de las elecciones del 21 de diciembre. Los informadores dieron a Rajoy dos opciones: la candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas, o el candidato del PSC, Miquel Iceta. Pero optó por echar balones fuera.
Sin embargo, fuera de micrófono, el grueso de los dirigentes conservadores consultados coinciden en que la opción de Miquel Iceta como presidente de la Generalitat sería "el mal menor".
¿Cómo lo explican? En clave catalana, que el Govern esté en manos de un presidente no independentista sería ya un "gran avance", consideran. Despejaría el panorama siendo una garantía de que desde la Generalitat no se va a desafiar ni al Estado ni a la Constitución. Y, en clave nacional, porque no daría tanto "aire" a la formación de Albert Rivera. Los conservadores mantienen que el escenario catalán no es para nada extrapolable al de unas elecciones generales, pero los últimos sondeos ubican al partido naranja como un serio competidor del PP. Según la última encuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)(CIS), el 46% de los votantes del PP en las elecciones catalanas de septiembre de 2015 tiene decidido votar a Ciudadanos en los comicios del 21D.
La relación entre Rajoy y Pedro Sánchez nunca ha sido la mejor. Tampoco se ve muy cómodo al presidente del Gobierno con Albert Rivera. Pero las fuentes consultadas aseguran que el líder del PP y el del PSOE avanzaron bastante en los encuentros que mantuvieron a fin de negociar la aprobación en el Senado y la posterior aplicación del artículo 155 de la Constitución. No pueden decir lo mismo de Rivera, al que los conservadores ven un "oportunista" por intentar arrogarse la aplicación del 155 cuando antes había considerado que esta medida no era la herramienta idónea.
En todo caso, el escenario no deja de ser complicado para el PP porque está obligado a entenderse con el partido de Rivera. El Gobierno confía en aprobar los Presupuestos de 2018 en los primeros meses de año y, para ello, es clave el apoyo de su socio de investidura.
"A partir del 21D nos sentaremos a hablar con el resto de partidos constitucionalistas para intentar articular una alternativa al nacionalismo", señalan.
"Expertos en ganar a las encuestas"
En el PP subrayan que si en algo son "expertos" en Ciudadanos es "en ganar a las encuestas" y que esta observación sirve tanto para la esfera nacional como para las elecciones autonómicas.
En este sentido, las fuentes consultadas señalan que ni al PP le va a ir tan mal como le auguró el CIS el lunes ni a Ciudadanos tan bien. ¿La explicación? "El voto oculto", responden las fuentes consultadas, en alusión a aquellas personas que acabarán apostando por la lista de Xavier García Albiol, pero que no se atreven a admitirlo en las encuestas. "Por lo general, siempre nos ha ido mejor que en las encuestas y en esta ocasión lo esperado es que el desfase sea mayor", añaden.
Del trasvase de votos de Ciudadanos al PP podría sacarse como conclusión que un sector importante del electorado conservador concibe a la formación liderada por Albert Rivera como el "voto útil" del centro derecha en Cataluña. "No compartimos esa interpretación. Nosotros somos el voto útil. Y nos presentamos a estas elecciones. Si no lo creyésemos así, no nos presentaríamos. Es de cajón", señala un parlamentario conservador.
También en las dos últimas campañas de las elecciones generales, el PP hizo bandera de ser la formación que representaba el "voto útil" frente a Ciudadanos. La diferencia es que ahora el contexto es totalmente diferente y la fuerza de las siglas de la formación naranja en Cataluña viene avalada por haber sido el principal partido de la oposición en el disuelto Parlament.
Para el PP, ser el "voto útil" en Cataluña tiene mucho que ver con la aplicación del artículo 155 para devolver la "legalidad, normalidad y estabilidad" a la comunidad autónoma. "Esto ha sido posible gracias al Gobierno de Mariano Rajoy,Mariano Rajoy que ha asumido en primera persona la responsabilidad de aplicar este artículo por primera vez en la historia", defiende un miembro del Comité Ejecutivo Nacional.
"Rajoy quiso contar desde el primer momento con el apoyo del PSOE y de Ciudadanos, pero siempre dejó claro que tomaría la decisión que tuviera que tomar como presidente del Gobierno", añade un diputado.
A ojos del PP y del Gobierno, la aplicación del artículo 155 de la Constitución está siendo "impecable", por lo que creen que esta circunstancia es un plus para la campaña. "Se dijo que iba a pasar de todo: desde que la gente no iba a abandonar las calles, hasta que los funcionarios iban a desobedecer. Y nada más lejos de la realidad...", señala un dirigente de los conservadores de Cataluña.
Ver másDescárgate aquí los programas electorales
Rentabilizar el 155
El último argumentario del PP reivindica el 155 como arma de campaña. "La solución a la deriva independentista empezó con la activación del artículo 155 de la Constitución", subraya. Y añade: "Gracias al 155, Cataluña ha recobrado la legalidad. Ha empezado a recuperar la confianza. Puede retomar la senda de la recuperación económica. Y celebrará elecciones normales, legales y con garantías de neutralidad institucional".
Los conservadores creen que "el daño no está resuelto". "Los separatistas quieren seguir haciendo daño a la sociedad catalana, quieren abrir aún más la herida" y, por ello, "el PP es el único valor seguro para el 21-D". "Somos el único partido que ha dicho qué quiere hacer después de las elecciones, con quién y cómo lo quiere hacer", defiende el partido de Rajoy.
"Yo, a Albiol". Así respondía el presidente del Gobierno y del Partido Popular a los periodistas este miércoles en el Congreso de los Diputados preguntado sobre a quién prefería de presidente de la Generalitat a partir de las elecciones del 21 de diciembre. Los informadores dieron a Rajoy dos opciones: la candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas, o el candidato del PSC, Miquel Iceta. Pero optó por echar balones fuera.