En pleno subidón tras el baño de multitudes que la actual dirección del PP se dio en la Plaza de Toros de València el pasado domingo, los de Casado llevan toda la semana especulando con el supuesto agotamiento del Gobierno de coalición y la posibilidad de que el presidente Pedro Sánchez ponga en marcha un escenario electoral. Quizá no de aquí a fin de año, pero sí antes del verano de 2022. Pero el anuncio de los Presupuestos para 2022 acaba de desbaratar esa estrategia, así que ahora se van a centrar en tratar de desacreditar las cuentas para el año próximo.
En su afán por mantener en alto la tensión electoral de la maquinaria del partido —ese era uno de los objetivos de la convención: engrasar el poderoso aparato del PP e inyectar energía a la militancia después de un año y medio de parálisis obligada por culpa de la pandemia— el PP ha seguido esta semana jugando con la idea de que el Gobierno no da más de sí. Y que hay que pensar, pronto, en un escenario electoral para el que el principal partido de la oposición estaría ya preparado.
Algunos medios próximos a la derecha llevan ya algún tiempo insinuando la posibilidad de que haya elecciones generales en 2022 coincidiendo con las andaluzas.
Se trata de mantener la idea de que existe “una pulsión de cambio”, que los conservadores deducen de las encuestas de los últimos meses, y de evitar que los mensajes de la convención de València se diluyan a pocos días de que comience el 40º Congreso del PSOE.
Ese fue, precisamente, el único mensaje nuevo que el secretario general del PP, Teodoro García Egea, lanzó esta semana en un desayuno informativo organizado en un hotel de Madrid en el que la organización —un foro patrocinado por una asegurada privada de salud— se deshizo en felicitaciones por la convención del PP del fin de semana. Fue allí donde el número dos de Casado intentó sembrar la idea de un adelanto electoral: “Quiero decir una cosa: este puede ser el último presupuesto que haga Pedro Sánchez. El último”, subrayó. “El próximo vamos a trabajar para que lo haga Pablo Casado”.
Elvira Rodríguez, portavoz de Economía del PP, que este viernes asumió la representación de la junta directiva del partido ante los periodistas, ya tuvo que matizar ese enfoque. Según ella, el Gobierno está lanzando “mensajes contrapuestos”.
Por un lado, señaló, “dicen una y otra vez que terminarán la legislatura”. Hasta el punto de que Pedro Sánchez planea prolongarla incluso hasta febrero de 2024 para así agotar la presidencia de turno de la Unión Europea, que le corresponde ejercer a España entre julio y diciembre de 2023.
De acuerdo con la Constitución, la ventana límite para celebrar nuevas elecciones comienza el 10 diciembre de 2023 y se agota el 10 de enero de 2024, “entre los treinta y los sesenta días desde el fin del mandato” que tendrá lugar el 10 de noviembre de 2023.
“La sensación es que [Sánchez] quiere ser presidente de Europa durante 2023 y que nos podemos ir a febrero de 2024 con las elecciones”, admitió Rodríguez. Aunque también, subrayó, han incluido en el proyecto de Presupuestos para el próximo año “una serie de actuaciones, como la del regalo de cumpleaños a los de cumplan 18 de 400 euros, y algunas otras en materia de vivienda, que tienen pinta de gasto preelectoral”, advirtió.
No obstante, la aprobación de proyecto de Presupuestos pesa en contra de quienes, dentro del PP, creían posible una convocatoria electoral para la próxima primavera. Si el proyecto de Presupuestos sale adelante —no hay nada cerrado, pero las primeros contactos con otros partidos del Congreso apuntan en esa dirección— abrirá la puerta a prolongar la legislatura hasta 2023, que siempre ha sido el objetivo de la coalición PSOE-Unidas Podemos, cuya vista está puesta en conseguir que una fuerte y sostenida recuperación económica ahogue los malos pronósticos del equipo de Casado y con ellas sus posibilidad de ganar las próximas elecciones.
Cuanto más tarde, mejor, aseguran en La Moncloa, porque el Gobierno necesita tiempo para que el rebote de la economía y la llegada de fondo europeos den frutos visibles.
Contra los Presupuestos
Como era de prever, el PP pondrá la proa contra los Presupuestos del año que viene. Lo confirmó este viernes Rodríguez al afirmar, en línea con argumentario del partido, que “nacen muertos” porque se basan en previsiones irreales y “obsoletas”.
La portavoz de Economía de Casado sostiene que hay señales de “pinchazo” en crecimiento, que se mantiene al 6,5%, en recaudación, y una modificación del crédito presupuestario al alza en 11.000 millones de euros a costa de mayor deuda pública.
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El recorte en cuatro puntos de la deuda pública, del 119,5% del PIB al 115,5%, le parece que no se puede cumplir porque se basa en una previsión de crecimiento del PIB que según ella no tendrá lugar. Partidaria de los ajustes, también le parece “verdaderamente irresponsable” “vender como principal bondad de los Presupuestos una cifra histórica de gasto”.
Rodríguez también pronosticó que la inversión presupuestada va a tener “muy poco efecto sobre crecimiento”, cuestionando las posibilidades de ejecución de fondos europeos.
Lo que debería hacer el Gobierno, defendió, es “no meterse en un camino de gastos estériles y avanzar en políticas de crecimiento, las únicas para dar la sostenibilidad que nos van a pedir más pronto que tarde en Europa”.
En pleno subidón tras el baño de multitudes que la actual dirección del PP se dio en la Plaza de Toros de València el pasado domingo, los de Casado llevan toda la semana especulando con el supuesto agotamiento del Gobierno de coalición y la posibilidad de que el presidente Pedro Sánchez ponga en marcha un escenario electoral. Quizá no de aquí a fin de año, pero sí antes del verano de 2022. Pero el anuncio de los Presupuestos para 2022 acaba de desbaratar esa estrategia, así que ahora se van a centrar en tratar de desacreditar las cuentas para el año próximo.