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El PSC se suma al debate sobre la nación catalana reabierto por Ximo Puig y plantea volver al Estatut

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Ibon Uría

El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, sorprendió este lunes con sus declaraciones sobre Cataluña. Puig recordó que el término nación aparece en el preámbulo del Estatuto de Cataluña aprobado en 2006, y afirmó no tener "ningún problema" con los términos en los que fue incluido. El líder de los socialistas valencianos se dijo reacio a entrar en el "debate nominalista" pero reiteró que "el pueblo de Cataluña hizo un referéndum y aprobó un Estatuto", y subrayó que "el punto de partida" para solucionar la cuestión territorial y el encaje de Cataluña con el resto del Estado debe ser "lo que votaron los ciudadanos".

Poco después, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero calificó de "acertado" el planteamiento del líder de los socialistas valencianos. Zapatero dijo que las palabras de Puig fueron "muy interesantes" y "razonables", y recordó que recuperar el contenido del Estatut no implicaría reconocer que Cataluña sea una nación, sino constatar que el Parlamento catalán así lo declaró. En esa misma línea, la portavoz del PSC Esther Niubó apostó por una fórmula que reconozca la singularidad de Cataluña en la Constitución, si bien se mostró partidaria del "diálogo" y el "consenso".

Tras las palabras de Puig, fuentes de la Ejecutiva del PSC consultadas por infoLibre manifestaron estar en sintonía con el líder valenciano. Los socialistas catalanes aseguran que en el "ideario" del partido está la existencia de la nación catalana y que ese concepto "no se ha abandonado". "No renunciamos a nada ni ha dejado de ser importante", subraya un miembro de la dirección del PSC quien, sin embargo, concede que si el término es el principal problema para alcanzar un nuevo acuerdo que facilite la convivencia, no será un escollo insalvable: "Para nosotros Cataluña es una nación, pero vamos a negociar", subraya.

Recuperar el Estatut

De cara a la futura reforma constitucional, el PSC asegura que afronta el debate sobre el encaje de Cataluña de forma "ambiciosa" y "sin apriorismos", pues la citada modificación "también se tiene que aprobar en referéndum en Cataluña", por lo que tiene que dar una respuesta al actual clima de "insatisfacción". Los socialistas catalanes reivindican la idea de "nación de naciones" defendida por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y piden reconocer que "dentro de un Estado puede haber distintas naciones", sin que eso implique reconocer a Cataluña como sujeto político soberano, lo que podría dar alas a las tesis independentistas. En resumen: nación sí, pero sin un Estado aparejado.

Estas fuentes también comparten la necesidad de recuperar aspectos del Estatut de Cataluña que se aprobaron en 2006 y que cuatro años después el Tribunal Constitucional recortó. Añaden que el PSC nunca renunció a ello –"lo venimos defendiendo desde 2010", aseveran– y coinciden también en este punto con el presidente valenciano. En el seno del PSC, añaden, hay quien cree que a medio y largo plazo, y una vez la independencia se demuestre inviable, sería viable el regreso a sus filas de algunos de los antiguos votantes "catalanistas" –"los que votaban a Maragall", señalan– si se defiende, por ejemplo, la idea de la nación catalana.

Esa noción figuraba en el Estatuto, que estableció en su preámbulo que "el Parlamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía de Cataluña, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como nación". En el articulado, en cambio, el texto definía a Cataluña como "nacionalidad". Fue en 2010 y tras un recurso del PP cuando el Constitucional falló que "la Constitución no conoce otra que la nación española" y que esa referencia en el preámbulo carecía de efectos jurídicos. Esa sentencia, apuntan los expertos, es un punto clave en la evolución al alza del independentismo.

Desde entonces el debate sobre la nación catalana ha reaparecido ocasionalmente en las filas socialistas. Preguntado específicamente por ese extremo, Puig respondió este lunes: "Los que queremos que Cataluña esté en España tenemos que hacer algo". No es el único dirigente del PSOE que se ha pronunciado así: incluso el propio secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, se mostró hace poco más de un año a favor de la plasmación de las especificidades catalanas bajo esa fórmula. "Quiero a Cataluña como nación. La Constitución española debe reconocer la singularidad de la nación catalana", dijo.

El consenso de Granada

La frase, no obstante, contrasta con el actual discurso del PSOE. En la campaña del 27-S y en los últimos meses los socialistas han modulado sus declaraciones y la dirección ha marcado una directriz clara en torno al modelo de encaje territorial: todo pasa por la Declaración de Granada, que data de 2013, y por la reforma de la Constitución en clave federal, que no incluirá el término "nación" según dijo Sánchez y que ultima un grupo de expertos por encargo de Ferraz, de modo que la propuesta vea la luz antes de las elecciones generales y que su contenido se incorpore al programa electoral para las generales de diciembre.

En el PSC se dicen satisfechos con la Declaración de Granada, subrayan fuentes del partido, pero en ella únicamente ven "un buen punto de partida" para seguir dialogando. El documento, añaden, refleja el esfuerzo de Alfredo Pérez Rubalcaba –entonces secretario general del PSOE– y Pere Navarro –primer secretario del PSC hasta 2014–, pero advierten: hoy por hoy hay acuerdo entre el PSOE y su partido en torno a la necesidad de "reconocer la singularidad de Cataluña", pero "falta consensuar con qué término. Eso no está resuelto y el PSC no puede renunciar al ideario de nación catalana". 

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En Ferraz y en la mayoría de federaciones la apuesta es no apartarse de la línea oficial del partido y no reabrir el debate del encaje de Cataluña en España a pocos meses de las elecciones generales. Fuentes próximas a la dirección del PSOE subrayan que el texto de Granada, suscrito en 2013, es un documento que "costó mucho" cerrar y se aferran a él. Si se producen declaraciones como las de este lunes en boca de Puig, se trata únicamente de "acentos" o "matices propios", dicen. Muestras de la "diversidad de sensibilidades" y de que a nadie se le impone la doctrina del partido, pero en ningún caso síntomas de disenso.

Así las cosas, en el PSOE andaluz la línea oficial es que "nada ha cambiado". "Granada es fruto del consenso y el diálogo, y esa es la posición del partido", asegura un dirigente próximo a Susana Díaz. Sin entrar a valorar el gesto concreto de Ximo Puig, subraya que cualquier cambio de posición no debería alcanzarse mediante desmarques "individuales", sino por "acuerdo" de todo el PSOE. Y mientras eso no ocurra, añade, "no hay otra referencia que la Declaración de Granada" y dos principios básicos: la igualdad de todos los ciudadanos y la unidad de España. "Hasta ahora nadie ha planteado la necesidad de cambiar eso", reitera

La sensación es la misma entre las filas del PSE, donde se ve en la Declaración de Granada un "buen documento" y se subraya la "coincidencia plena" del partido en Euskadi con la dirección federal. Creen que las palabras de Ximo Puig no pasan de una "aparente multiplicidad de opiniones" pero insisten en que entre los socialistas hay ahora un "nivel de acuerdo" del que no han disfrutado "en otros momentos". "Y no conviene dar una imagen diferente", aseguran, también con el punto de mira puesto en la próxima cita con las urnas. Los socialistas vascos piden "no caer en nominalismos" –"no avanzaríamos nada hablando de nación", opinan– y agregan que la referencia de Ximo Puig no puede ser sino una mención a la existenca de una nación "en sentido cultural".

El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, sorprendió este lunes con sus declaraciones sobre Cataluña. Puig recordó que el término nación aparece en el preámbulo del Estatuto de Cataluña aprobado en 2006, y afirmó no tener "ningún problema" con los términos en los que fue incluido. El líder de los socialistas valencianos se dijo reacio a entrar en el "debate nominalista" pero reiteró que "el pueblo de Cataluña hizo un referéndum y aprobó un Estatuto", y subrayó que "el punto de partida" para solucionar la cuestión territorial y el encaje de Cataluña con el resto del Estado debe ser "lo que votaron los ciudadanos".

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