El PSOE intentará, una vez más, cambiar el debate territorial derivado de la crisis política catalana por el debate social con el que confía en movilizar a los ciudadanos en un año electoral clave. Para conseguirlo, los socialistas pondrán en marcha en los próximos días dos campañas simultáneas: una dirigida a explicar la labor del Gobierno durante los últimos siete meses y la otra concebida para defender el proyecto de Presupuestos que el Ejecutivo aprobará el viernes y que se convertirá en la base de la oferta electoral del PSOE en materia tanto de derechos y medidas sociales como de inversión pública.
Así lo anunció este martes en rueda de prensa el secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, con ocasión de la primera reunión de la Ejecutiva del PSOE de 2019, con la que la formación liderada por Pedro Sánchez ha dado por reiniciado el curso político. Será precisamente el presidente el que protagonice el comienzo de ambas campañas con dos actos políticos que este fin de semana —cuando ya se cponozcan las grandes cifras de los Presupuestos— le llevarán a Barcelona y a Burgos. El lunes llegará el turno de los diputados, senadores y dirigentes territoriales, cada uno en su área de influencia, que serán los encargados de trasladar a los ciudadanos no sólo las prioridades y las propuestas sociales sino muy especialmente las inversiones territorializadas, coincidiendo además con la llegada de las cuentas al Congreso de los Diputados.
Ábalos dejó claro que el Gobierno no tiene intención de hacer ningún gesto a los grupos independentistas para para que apoyen el proyecto de Presupuestos más allá de tratar de convencerles como al resto de los grupos, incluidos el PP y Ciudadanos. En el caso de Cataluña los gestos, explicó, van “a ser los mismos que con otras comunidades. Los que tiene que ver con prioridades políticas para todos los españoles: políticas sociales que van a mejorar notablemente la situación en materia social de los ciudadanos y las inversiones territoriales”.
Los socialistas se niegan a dar por rechazado de antemano su proyecto presupuestario, a pesar de que a dia de hoy están lejos de contar con apoyo suficiente pra sacarlo adelante. Y mantiene el órdago a los partidos que se opongan: ellos tendrán que explicar por qué se oponen y las consecuencias que esa decisión tendrá en ls comunidades autónomas en las que gobiernan.
En respuesta a los periodistas, Ábalos se mostró muy crítico con el PP por aceptar reunirse con Vox y por negociar acuerdos con la ultraderecha “sin publicidad”. “Algo querrán ocultar”, subrayó. El PSOE, señaló, está preocupado por la actitud del partido de Pablo Casado no sólo por Andalucía sino por “las alianzas que se pueden plantear en torno al futuro de este país”.
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Sobre el futuro de Susana Díaz, la presidenta andaluza en funciones, el secretario de Organización del PSOE lo dejó en manos de los militantes del partido en la comunidad. Ábalos descartó que la dirección federal vaya a “tutelar nada”, lo que “no quiere decir que no ejerzamos nuestra responsabilidad como dirección federal”. En su opinión, no va a haber nuevas elecciones en Andalucía porque el PP y Cs pactarán con Vox: “Su objetivo es conseguir el poder”.
¿Y qué significa que la dirección federal ejercerá su responsabilidad? El número tres del PSOE evitó concretar sus palabras: “No somos espectadores de una federación que forma parte” del Partido Socialista. “Los liderazgos se consolidan por sus éxitos y quienes deciden” eso son “los militantes y lo hacen en primarias, ahí es donde se juzgan el éxito o el fracaso de un un liderazgo”, insistió.
El PSOE intentará, una vez más, cambiar el debate territorial derivado de la crisis política catalana por el debate social con el que confía en movilizar a los ciudadanos en un año electoral clave. Para conseguirlo, los socialistas pondrán en marcha en los próximos días dos campañas simultáneas: una dirigida a explicar la labor del Gobierno durante los últimos siete meses y la otra concebida para defender el proyecto de Presupuestos que el Ejecutivo aprobará el viernes y que se convertirá en la base de la oferta electoral del PSOE en materia tanto de derechos y medidas sociales como de inversión pública.