El PSOE dice que habría un “escándalo general” si hubiera tenido votos de los nacionalistas

La presidenta del PSOE, Micaela Navarro, ha pedido este martes al PP que explique a cambio de qué ha recibido el apoyo de diez votos nacionalistas para la configuración de la Mesa del Congreso, porque está "segura" de que el PP habría sido el primero "desde el minuto uno" en exigirlo, "si hubiera sido el PSOE" el que hubiera recibido votos de esos grupos.

"Si el apoyo hubiera sido al PSOE supongo que hoy habría un escándalo general; como ha sido el PP, parece que ha sido normal", ha señalado. En una entrevista en Antena 3, recogida por Europa Press, Navarro ha asegurado que la votación le parece "muy legítima" pero lo que no le parece bien es que se "demonicen" los votos "en función de a quién apoyen".

Preguntada sobre si estos apoyos nacionalistas pueden repetirse en la investidura del presidente en funciones, Mariano Rajoy, ha dicho que lo que sí ponen de manifiesto es que "esa presión permanente al PSOE" que le situaba como el único partido que ofrecía al líder conservador la posibilidad de ser investido, ya "no es tal" puesto que se ha demostrado que puede contar con "los apoyos suficientes".

Así, Navarro ha añadido que para el PSOE no es ni "un alivio, ni un pesar" ya que tiene claro su no a la investidura no y lo que hagan los demás grupos "no va a modificar" su agenda. Finalmente, y preguntada por si el actual secretario general, Pedro Sánchez, es el líder que necesita el PSOE, ha respondido que es el "líder elegido en el último Congreso".

"Cortesía parlamentaria"

Por su parte, la secretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, ha dicho que ve posible que se aplique la "cortesía parlamentaria" para permitir que CDC –ahora Partit Demòcrata Català– tenga grupo propio en el Congreso, pero ha subrayado que el PP nunca hará "ninguna cesión" en el debate territorial, el respeto a la Constitución, la soberanía nacional o la igualdad de todos los españoles.

En una entrevista en RNE, recogida por Europa Press, Levy ha alegado que a CDC le faltan "décimas porcentuales" para alcanzar el requisito del 15% de votos en cada provincia en la que se ha presentado –en realidad obtuvo un 12,26% en Barcelona y un 13,72% en Tarragona– y ha mencionado, como precedente, un caso en que se le dio grupo a Coalición Canaria.

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No obstante, preguntada si ese apoyo a que CDC tenga grupo propio fue la moneda de cambio para que esos diputados respaldasen en contra de lo anunciado la configuración de la Mesa, ha respondido que nadie ha reconocido esos votos como suyos, que "no hay ninguna moneda de cambio en el debate territorial" y ha animado a CDC a volver a "la lealtad institucional, la cordialidad parlamentaria y los principios constitucionales".

Por último, y sobre si esos apoyos, que se presumen de grupos nacionalistas, podrían repetirse para la investidura de Mariano Rajoy, ha dejado claro que siempre que el PP alcance un acuerdo "será con luz y taquígrafos" y ha advertido de que "en el camino entre la actual CDC y el PP hay un muro infranqueable, que es el respeto a la soberanía nacional, a la unidad de España y a la igualdad de los españoles".

Levy ha defendido la formación de un Gobierno lo antes posible y a ser posible con el acuerdo del PSOE, para permitir que tenga estabilidad. De hecho, ha subrayado que la foto de la investidura es "un momento muy efímero", pero después hay que gobernar y no se puede estar con tensión a la hora de aprobar cada ley, como se está demostrando también en Cataluña con el acuerdo de investidura que Junts pel Sí firmó con la CUP.