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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

El PSOE marca distancias con Iglesias y se lanza a por el centro ante la radicalización de Ayuso

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Fernando Varela

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La precampaña avanza a toda velocidad en Madrid. El ganador de las últimas elecciones hace menos de dos años, el candidato socialista Ángel Gabilondo, puso este lunes sus cartas sobre la mesa y reafirmó que su apuesta electoral será por el centro.

En una entrevista en el programa de televisión Al Rojo Vivo (La Sexta), Gabilondo confirmó, tal y como anticipó infoLibre la semana pasada, que los planes del PSOE para gobernar Madrid pasan por un acuerdo de gobierno que incluya a Más Madrid y a Ciudadanos pero no a Unidas Podemos. Los socialistas están convencidos de que la única manera de sumar en la Asamblea de Madrid para hacer presidente a Gabilondo e impedir un gobierno del PP y Vox es un acuerdo con Ciudadanos en el gobierno y el respaldo en la investidura de Unidas Podemos. Tal es su convencimiento que, a día de hoy, en Ferraz creen que si los naranjas no logran representación en la Asamblea será muy difícil que PSOE, Más Madrid y UP sumen escaños suficientes para hacer frente a Isabel Díaz Ayuso y a sus aliados de la extrema derecha.

En el PSOE saben que si quieren atraer a Cs a un pacto de gobierno que ponga fin a décadas de gobiernos del PP tendrán que prescindir de los de Pablo Iglesias. La dirección del partido de Inés Arrimadas lo reafirmó este lunes al proclamar que los naranjas “se dejarán la piel” para que “[Pablo] Iglesias no esté en el gobierno de la Comunidad de Madrid”.

Es una estrategia que no preocupa, al menos de momento, en Unidas Podemos. Creen que Cs lo tiene muy difícil para entrar en la Asamblea y su apuesta es por obtener un resultado lo suficientemente abultado como para que su entrada en el Gobierno, si PP y Vox no suman, sea ineludible para los socialistas.

Apenas 24 horas después de presentarse ante la opinión pública haciendo gala de su moderación a través de un vídeo en el que asume su condición de “soso, serio y formal”, en contraposición al tono que ha decidido emplear en campaña la presidenta Díaz Ayuso, Gabilondo redobló su apuesta por el espacio de centro con un discurso en el que no sólo marcó distancias con el líder de Unidas Podemos, socio indispensable del PSOE en el Gobierno de Pedro Sánchez, sino que, en contra de la armonización fiscal promovida por los socialistas, se comprometió a no tocar los impuestos de la Comunidad de Madrid.

En Ferraz creen que la decisión de Ayuso y sus asesores de escorarse hacia la extrema derecha para hacerse con la mayor cantidad posible de votos de Vox deja un amplio espacio de centro huérfano de representación política, sobre todo ahora que Ciudadanos vive horas bajas. Y han decidido explotar al máximo el perfil moderado de Gabilondo para conquistar esa fracción del electorado mientras Más Madrid y sobre todo Unidas Podemos movilizan a la izquierda.

La apuesta por un pacto PSOE-Más Madrid-Ciudadanos no sería además una novedad. Gabilondo e Íñigo Errejón, cabeza visible de MM en 2019, ya intentaron en su momento un acuerdo que impidiese a Díaz Ayuso hacerse con el Gobierno de la Comunidad. Pero la formación naranja optó por apuntalar al PP en Madrid con el apoyo de Vox, siguiendo la estrategia marcada por su líder de aquella época, Albert Rivera. Apenas tres meses después, Ciudadanos se hundió en las elecciones generales.

La distancia que puso Gabilondo este lunes con Iglesias no cuenta oficialmente con el respaldo del PSOE, que la atribuye a un mero lance de campaña y no cree que vaya a interferir en el Gobierno de coalición. Pero en realidad obedece a una estrategia calculada para subrayar el centrismo y la moderación de su candidato.

Gabilondo busca distanciarse del líder de Unidas Podemos, al que la derecha política y mediática han convertido en el principal enemigo a batir. Tanto Ayuso como Vox pronostican a diario toda clase de males para Madrid si Iglesias entra en el Gobierno de la Comunidad: desde la implantación de un régimen comunista a la abolición de la propiedad privada, pasando por el encarcelamiento de los que no piensan como él. “Este señor es puro odio”, repitió varias veces la presidenta madrileña en una entrevista en Antena 3.

El PP, no obstante, no va a dejar que Gabilondo se distancie fácilmente de Iglesias. Uno de sus objetivos es hacer ver que si Ayuso no gobierna el PSOE quedará atrapado por las exigencias de Unidas Podemos y de Más Madrid. La estrategia trazada por los conservadores pasa por conseguir que los electores visualicen que el 4 de mayo eligen entre la candidata del PP y Pablo Iglesias, aunque en las encuestas Unidas Podemos siga en cuarta posición.

Marcar distancias

Y eso es precisamente lo que el PSOE de Madrid trata de romper marcando distancias con los morados. De ahí que Gabilondo no haya tardado ni un día en hacer ver que no le gusta el modo de plantear la campaña que tienen la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y Pablo Iglesias, en su opinión de “confrontación, extremismo y anulación del contrario”. El debate, subraya el candidato socialista, no está en entre “comunismo o libertad” ni en convertir la “política en espectáculo”, sino en “resolver los problemas de la ciudadanía” alejándose de “extremismos y polarizaciones”.

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A diferencia de Unidas Podemos, Más Madrid sí está abierto a compartir gobierno con Ciudadanos con tal de impedir un ejecutivo de PP y Vox. Con todo, su candidata, Mónica García, se mostró “sorprendida” de las palabras de Gabilondo y las calificó de “desafortunadas”. “No estamos para vetos y creo que tenemos muy claro que vamos a vetar a la ultraderecha, la corrupción, el desgobierno y el caos. Pero no vamos a vetar al resto de candidatos”, subrayó.

La apuesta de Gabilondo despeja varios escenarios posibles después del 4M. De un lado, si la derecha suma, Ayuso volverá a ser presidenta, con o sin consejeros de Vox. Del otro, Gabilondo quiere un gobierno del PSOE con Más Madrid y con Cs —siempre y cuando los naranjas consigan entrar en la Asamblea— y con el apoyo externo de Unidas Podemos. Más Madrid, en cambio, se abre a cualquier combinación que impida un ejecutivo del PP con los ultras. Y Unidas Podemos apuesta por un gobierno de izquierdas con el PSOE y Más Madrid pero sin Ciudadanos, a quienes considera "cómplices de la ultraderecha".

Falta por saber qué hará Ciudadanos si, como afirman algunas encuestas, fueran ellos los que decidan la investidura. El portazo de Ayuso, la convocatoria anticipada de elecciones y la OPA hostil puesta en marcha por el PP de Casado juegan a favor de Gabilondo. Pero algunos medios ya especulan con otra posibilidad: un pacto con el PP a cambio de que Ayuso no sea presidenta. De momento, los de Arrimadas, concentrados como están en su propia supervivencia en la Comunidad de Madrid, no han aclarado cuáles van a ser sus planes.

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