El PSOE repetirá la fórmula del Congreso para negociar la investidura: "Prudencia, diálogo y discreción"

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Las caras de los ministros y de los diputados socialistas eran de alegría y satisfacción. 178 votos a favor de Francina Armengol para presidir el Congreso, una mayoría absoluta en la primera ronda. Esto pasaba el jueves por la mañana tras horas de nervios y tensión para negociar la Mesa de la Cámara Baja.

Fue una negociación a varias pistas, con muchos matices y escenarios. Pero in extremis se lograba el acuerdo y se atraía a la mayoría progresista del PSOE y Sumar a EH Bildu, ERC, PNV, BNG y Junts. Este último partido era la principal incógnita tras los avisos de Carles Puigdemont de que quería hechos “comprobables”. Todo estaba en el aire, pero al final salió la cuenta.

Un preludio de lo que puede ser la futura investidura de Pedro Sánchez. Pero especialmente Esquerra y Junts han advertido de que toca empezar otra vez a negociar y que no se puede dar por sentado su voto a favor de Pedro Sánchez para conservar el Palacio de La Moncloa. Los socialistas tendrán que volver a sudar la camiseta y alcanzar acuerdos con sus posibles apoyos.

"La mejor fórmula"

Pero hay satisfacción en Ferraz por la negociación, por lo que se volverá a apostar por el mismo modus operandi para aglutinar los votos necesarios. Fuentes de la dirección del partido remarcan que la investidura es una “etapa nueva”. Y de cara a ella van a actuar de la misma manera que para atar la Mesa del Congreso: “Una vez más prudencia, discreción y diálogo”.

“Como ha quedado patente, es la mejor fórmula para que la mayoría que salió de las urnas se refleje en el Gobierno, como ya se refleja en la Mesa”, resumen en el núcleo duro de Pedro Sánchez respecto a los pasos a dar a partir de ahora.

La pelota la tiene que mover ahora Felipe VI, que ha convocado para el lunes y el martes la ronda de consultas para designar a un candidato. Se reunirá en el Palacio de la Zarzuela el primer día con Javier Esparza (UPN), Cristina Valido (Coalición Canaria), Aitor Esteban (PNV) y Yolanda Díaz (Sumar).

El martes tocará el turno de Santiago Abascal, de Vox, a las 10.30 horas, para luego verse con Pedro Sánchez (PSOE), a las 12.00 horas, y con Alberto Núñez Feijóo (PP), a las 16 horas. Posteriormente, el rey, en virtud del artículo 99 de la Constitución, debe designar a un candidato a la Presidencia del Gobierno. No fija el texto ningún criterio y no presupone que tiene que ser el que más votos tuviera el 23 de julio. Entre los expertos constitucionalistas hay dudas y se ve posible que pueda nominar a quien presente más diputados en su balanza con otros partidos.

El PSOE cree que sólo existe la vía Sánchez

Los socialistas creen que ya se ha demostrado que sólo es posible la vía de Pedro Sánchez para lograr la investidura, ya que el PP apenas aglutinó 139 votos en la votación de la Mesa del Congreso (los suyos más los dos diputados de UPN y CC) y ni siquiera votó lo mismo con la ultraderecha de Santiago Abascal.

Los socialistas sólo ven posible la opción de Sánchez frente a un “mermado” Núñez Feijóo. Pero para lograr esa mayoría tienen que volver a unir a los partidos que apoyaron la Mesa. Por eso, van a trabajar con la misma discreción, comentan fuentes del partido, que en estas semanas, donde no ha habido ninguna filtración a los medios ni se han radiado los encuentros y llamadas entre dirigentes.

Diálogo, diálogo, diálogo. Esa es la otra gran máxima aplicada por los equipos negociadores del PSOE y de Sumar con el resto de partidos. Uno de los que juega un papel clave es Félix Bolaños, según fuentes negociadoras, que es el hombre fuerte del presidente del Gobierno para los temas relacionados con Cataluña. También participan en contactos con los potenciales socios la vicesecretaria general del partido y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Organización socialista, Santos Cerdán, con buenos contactos con EH Bildu y el PNV.

También Sumar se implicó de lleno con la propia Yolanda Díaz y con Jaume Asens teniendo contactos al “máximo nivel” con Junts, como ha reconocido la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. Todos remando en la misma dirección para lograr atar la Mesa del Congreso, el órgano clave en la Cámara. El bloque progresista sabía que si perdía la votación del pasado jueves se complicaban mucho las cosas y se abría el camino a una posible repetición electoral.

Y la negociación también tuvo como uno de sus protagonistas al titular en funciones de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que fue el que vehiculó una de las peticiones principales: el impulso de las lenguas cooficiales en las instituciones europeas. Poco antes de la votación se enviaba una carta a la UE pidiendo articular esta medida, algo que fue clave como hecho “comprobable” como pedía Carles Puigdemont.

Sánchez y Díaz no quieren ruido en las negociaciones

El PSOE y Sumar saben que la investidura es otra etapa pero coinciden en que el camino está bastante allanado, aunque en los dos partidos siempre apelan a la prudencia. Ni Sánchez ni Díaz quieren ruidos que puedan perturbar un posible pacto. Y lo quieren aplicar tanto fuera como dentro de la coalición. 

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A pesar de la endiablada geometría, tanto en el PSOE como en Sumar dicen que aspiran a un Gobierno progresista que dure toda la legislatura. Ponen como ejemplo la experiencia de estos años e ironizan que el criticado “Gobierno Frankenstein” ha sacado todos los presupuestos generales en tiempo y forma, además de unas 215 iniciativas legislativas en el Parlamento.

No obstante, en el núcleo duro de Sánchez explican que esta legislatura no tendrá ese ritmo frenético en leyes, sino que pretenden centrarse mucho en la profundización de las normas aprobadas y en la gestión. No prevén un escenario, como pasó durante la anterior legislatura, de votaciones de infarto constantes en las Cortes Generales durante todas las semanas.

Uno de los principales obstáculos es la petición de amnistía y de referéndum que llevan reclamando tiempo los independentistas. El PSOE ha rechazado en todo momento estos dos extremos, pero confía en lograr espacios de entendimiento, como ha pasado con la Mesa del Congreso a través del uso de las lenguas cooficiales y la creación de comisiones sobre el espionaje de Pegasus y los atentados del 17 de agosto de 2017 en Cataluña.

Las caras de los ministros y de los diputados socialistas eran de alegría y satisfacción. 178 votos a favor de Francina Armengol para presidir el Congreso, una mayoría absoluta en la primera ronda. Esto pasaba el jueves por la mañana tras horas de nervios y tensión para negociar la Mesa de la Cámara Baja.

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