El PSOE reivindica las políticas sociales y de igualdad de Zapatero

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El PSOE no quería que sonara a un homenaje puro, a un recuerdo de la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero al final sonó más o menos a eso, a una reivindicación emotiva de la figura del expresidente, de su lado más amable y del que el partido se siente orgulloso, porque sabe que es su potencial, su fuerte: las políticas sociales y de igualdad. Aunque, como todo a estas alturas, lo barnizó con el tamiz de la precampaña de las elecciones europeas, salpicando el acto de propuestas y de envites al PP. 

Hace poco más de un mes, en el último Comité Federal, el exministro de Justicia y actual número cuatro de la candidatura socialista, Juan Fernando López Aguilar, lamentaba ante sus compañeros que no se hubiera organizado un tributo a Zapatero, diez años después de su inesperada victoria en las urnas, aquel 14 de marzo de 2004. La dirección alegó que no era oportuno por la coincidencia en el tiempo con los homenajes a las víctimas de los atentados del 11-M. Más tarde, le dio vueltas y decidió envolver la celebración de los 10 años de su llegada al Gobierno del ropaje electoral. El día elegido fue este sábado, y el lugar, la Casa de América de Madrid, ante un escaso auditorio de más de 200 personas. 

El PSOE no preparó un mitin clásico, tampoco un foro con intervenciones de los asistentes. Buscó un formato híbrido, un diálogo entre la cabeza de lista a las europeas del 25 de mayo, Elena Valenciano, y el expresidente, con alguna palabra de la grada y con la proyección de vídeos –una madre de un gran dependiente, una maltratada, mujeres de todas las generaciones invocando el derecho al aborto, la aprobación en el Congreso de la Ley de Matrimonio Homosexual– con los que perseguía emocionar a la parroquia, nutrir de calidez el ambiente, dejar buen sabor de boca y subrayar que el legado social de Zapatero sigue siendo valioso, también para la Unión Europea. Es el "presidente de la igualdad", coronó la dirigente Purificación Causapié, presentadora del encuentro, que se alargó poco más de una hora.

La propia vicesecretaria general definió el acto en el arranque, dirigiéndose al expresidente: "No quiero para nada que sea un homenaje de algo que se ha acabado. Estás ahí para seguir ayudándonos a las mujeres, porque necesitamos la alianza de los hombres, y de personas con liderazgo, como es tu caso. Así que te seguimos sumando a la tarea, y por eso estás aquí, para seguir demostrando que seguimos todos y todas en la lucha, porque hay que seguir". Zapatero correspondió: "Soy feminista y valencianistavalencianista. Uno ve a Elena y se siente representado [...]. Hay que trabajar fuerte para este reto electoral. Y si hay algo que distingue nuestro proyecto político es la pasión por la igualdad, traducir la igualdad en derechos". El exjefe del Ejecutivo tocó entonces la melodía que tanto entona el PSOE en esta campaña: se trata de abrir una nueva "etapa social" en Europa, desahuciando el "euroescepticismo y el euroconformismo" y apostando por el "eurorreformismo". "Queremos cambiar las cosas", enunció un Zapatero relajado, feliz. Luciendo talante. 

Ya sólo por el salario mínimo "merece la pena" la gran coalición alemana

Valenciano justificó la necesidad del acto y de la lucha feminista. "Está en riesgo cierto la libertad de las mujeres. No es ninguna broma. La derecha europea nunca ha movido un dedo por las mujeres españolas, siempre ha sido un freno al desarrollo de la libertad y de la autonomía y de las mujeres. Como la derecha española es la adversaria eterna, permanente, de nuestra libertad, hay que decirle a todo el mundo que la derecha de [Mariano] Rajoy y de [Miguel Arias] Cañete no puede ser mayoría en las elecciones al Parlamento Europeo, porque serán un freno de nuevo, allí, para nosotras". 

Con esas palabras, el público fue entrando en calor. El acto fue fluyendo de menos a más. Primero se abordó el empleo y el combate a la diferencia de sueldos entre hombres y mujeres. La candidata propuso incluir la igualdad salarial entre hombres y mujeres entre los objetivos Europa 2020 y la aprobación de una directiva que refuerce las legislaciones nacionales con multas y condenas a las empresas que lo incumplan. "Lo que la derecha quiere arrumbar es el salario mínimo interprofesional –le respondió Zapatero–. Si hay algo que el pensamiento económico más conservador demoniza es el SMI. Por eso para mí ha sido un rayo de esperanza lo que ha pasado en Alemania. Sólo por que la primera potencia de Europa, gracias al SPD haya recuperado el salario mínimo, ya merece la pena el Gobierno de gran coalición, porque tendrá efectos en la redistribución, en la igualdad". El expresidente destacó entonces que su Gobierno fue de los que más subió el SMI, y admitió su arrepentimiento por no haberlo subido "algo más", pero con la llegada de la tormenta de la crisis fue "ciertamente difícil". 

Zapatero también resaltó cómo la obligación de la paridad ha hecho que lleguen más mujeres a las instituciones, y cómo su huella se está notando en las políticas sociales. "Donde hay más concejalas, más presupuesto". Valenciano recogió ese hilo. "Vamos a exigir que el colegio de comisarios de la UE sea paritario", propuso. 

La temperatura fue subiendo. En las pantallas se proyectó el testimonio de Aurelia, madre de un niño gran dependiente que había sufrido el mazazo de los recortes. "Cuando escuchas a Aurelia y escuchas a Cañete decir que los sacrificios merecen la pena se te pone la carne de gallina. ¿Cuáles, señor Rajoy? Los de Aurelia, desde luego, no". "La primera obligación que tiene el futuro Gobierno del PSOE –completó Zapatero– será restituir las prestaciones y derechos en materia de dependencia. Por muy dura que la crisis haya sido y es, haber recortado aquí como ha hecho el Gobierno, no, nunca jamás". Tanto el expresidente como la candidata se acercaron a Aurelia y a su hijo al finalizar el acto, igual que Alfredo Pérez Rubalcaba.

La "pesada herencia" de la Ley del Aborto no se cambiará

Otro vídeo. Marisa Fernández, 74 años, 42 de ellos sufriendo maltrato. Tras múltiples agresiones, decidió irse de casa, con una maleta en la que llevaba toda su vida. Valenciano recordó que hace años se decía que la violencia de género no era una cuestión nacional porque "ocurría en las casas", y por eso mismo defiende llevar el problema a la UE. El PSOE, en concreto, quiere que se apruebe una directiva para la seguridad de las mujeres y contra la violencia machista para luchar en todos los frentes contra esta lacra. "Y ya que tenemos candidato del PP, quiero saber si me va a apoyar para que en la Unión Europea haya una ley para la seguridad de los mujeres", retó, entre los aplausos de la grada. 

Zapatero viajó hasta 2004, cuando llevaba en su programa la promesa de que la Ley Integral contra la Violencia de Género sería la primera que su Gobierno enviaría al Parlamento. Y así fue. Recordó la lucha por el lenguaje, por desterrar expresiones como "violencia doméstica". "Nadie duda, ni tampoco la derecha, de que es un tema esencial". Más aún, debe convertirse en una cuestión "global". El expresidente demandó a la UE que lo incluya entre su agenda de objetivos. 

Aborto. Vídeo con mujeres mayores, jóvenes, reivindicando el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. "Luchar por la libertad es duro, pero conquistarla y perderla es insoportable. Pero estamos en eso. No lo vamos a consentir. Es una de las mayores agresiones del Gobierno de la derecha a los españoles y las españolas. Se han pasado siete pueblos", condenó la candidata. Y, como en los días anteriores, subrayó que la única forma de lograr que el PP siga manteniendo oculto su anteproyecto de ley contra la Ley de Plazos de 2010 es que el PSOE gane las europeas. Valenciano quiso defender la labor de quien lideró la aprobación de esta norma. "Quiero reivindicar aquí el nombre, la tarea el trabajo y la fuerza que le puso a esto la ministra Bibiana Aído, vapuleada por la misma derecha que hoy quiere que retrocedamos 30 años". Zapatero ironizó en este punto con la herencia recibida que tanto saca a relucir el PP: "Esta sociedad no acepta una marcha atrás en derechos y libertades. Es una carga pesada de la herencia, pero va a ser pesada para cambiarla, os lo puedo asegurar". 

Ovación también para Pedro Zerolo

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Último bloque temático. La Ley de Matrimonio Homosexual. Pasaron por la pantalla imágenes de aquel 2005: Zapatero en la tribuna, manifestaciones LGTB, el activista y dirigente Pedro Zerolo, hoy enfermo de cáncer. A él, presente este sábado, le dedicó la sala una enorme ovación, en pie. Es su segundo gran homenaje en menos de un mes. Zapatero leyó un email que recibió ayer mismo de un exsimpatizante del PP, gay. En la carta contaba que era un aguerrido detractor del matrimonio entre personas del mismo sexo. Pero el remitente se va a casar ahora, en pocos días. "En mi boda haré un brindis por usted. Sepa que por ahí hay un ciudadano que creía que era de derechas y usted le convenció de que no lo era". "Se agradece", bromeó con una sonrisa el expresidente. "Esto es la política". 

Valenciano poco podía añadir tras ese broche: "Es mucho lo que hay que reivindicar. Hay muchos, muchos, muchos ciudadanos que recuerdan lo que ha sido tu tarea para hacer esta sociedad más decente y más feliz. Yo desde luego te reivindico todos los días y me siento profundamente orgullosa de ti, así de claro". "No todos pueden decir lo mismo, que tienen un lío con los expresidentes que para qué", ironizó, porque José María Aznar ni participará en la campaña del PP.

La grada se puso en pie. Satisfecha con el resultado. Se notaba el sabor a homenaje, porque era inevitable. Entre los asistentes, Rubalcaba, cómodo con su papel de secundario en campaña, los exministros Jesús Caldera y Juan Fernando López Aguilar, algunos (pocos) exsecretarios de Estado –Mari Luz Rodríguez (Empleo) o Consuelo Rumí (Inmigración)– o la número dos del PSM, Maru Menéndez. No más notables ni más exministros. Pero sí acudieron dos de los posibles candidatos a las primarias, Eduardo Madina y Pedro Sánchez. No podían pasar desapercibidos. Madina, sin embargo, tuvo un trato especial. El hizo el paseíllo de arranque con Valenciano, Rubalcaba y Zapatero. Se sentó a la vera del secretario general y coprotagonizó el posado final. Sánchez ocupaba un lugar más discreto entre el público. Todo importa a estas alturas, cuando cada vez queda menos para que se abra la carrera por el liderazgo del PSOE. 

El PSOE no quería que sonara a un homenaje puro, a un recuerdo de la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero al final sonó más o menos a eso, a una reivindicación emotiva de la figura del expresidente, de su lado más amable y del que el partido se siente orgulloso, porque sabe que es su potencial, su fuerte: las políticas sociales y de igualdad. Aunque, como todo a estas alturas, lo barnizó con el tamiz de la precampaña de las elecciones europeas, salpicando el acto de propuestas y de envites al PP. 

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