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Puig anticipa elecciones para evitar que el resultado de las generales perjudique el voto a los socialistas valencianos

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Fernando Varela

El president Ximo Puig y su equipo han hecho cálculos y han llegado a la conclusión de que lo que más conviene a los intereses electorales del PSPV-PSOE es adelantar las elecciones autonómicas y hacerlas coincidir con las generales que Pedro Sánchez acaba de convocar para el 28 de abril.

La versión oficial que Puig ofreció en la tarde del lunes, apenas una hora después de someter su decisión al Pleno del Consell, en el que se sientan cinco miembros del PSPV —incluidos él mismo— y cinco de Compromís —liderados por la vicepresidenta Mònica Oltra—, es que el adelanto “visibiliza” a la Comunitat Valenciana como una nacionalidad histórica más al separarla del calendario por el que se rigen las Comunidades Autónomas que votarán el 26 de mayo, coincidiendo con las elecciones europeas y municipales. Hasta ahora, las únicas comunidades que han ejercido su facultad para cambiar la fecha electoral habían sido Galicia, Euskadi, Cataluña y Andalucía.

La segunda razón, alegó el president en una comparecencia ante la prensa, es la oportunidad de mostrar todos los logros del acuerdo del Botànic que dio origen al actual gobierno autonómico y evidenciar el potencial del diálogo entre formaciones diversas.

La decisión busca mostrar  “la singularidad; es un viejo sueño de todos los valencianistas”, remarcó en rueda de prensa Puig. “Una buena oportunidad de visibilizar la mirada valenciana”, así como “la vía valenciana” para construir acuerdos.

Pero más allá de estas razones, que nutren el discurso oficial de Puig, hay otros motivos más prosaicos que han empujado al president a dar este paso. En primer lugar, según fuentes del gobierno valenciano consultadas por infoLibre, los elevados riesgos que planteaba esperar hasta después de las elecciones generales. Tanto si PP, Cs y Vox consiguen mayoría absoluta y ponen fin a la experiencia de Gobierno del PSOE —con el efecto contagio que se derivaría de ese escenario— como si la derecha fracasa en su intento de sumar mayoría absoluta. Porque en este caso Pedro Sánchez se vería obligado a negociar con Esquerra la composición de la Mesa del Congreso coincidiendo, precisamente, con la campaña electoral valenciana. 

El adelanto electoral elimina de un plumazo ese doble riesgo y añade a las expectativas electorales del PSPV dos ingredientes muy importantes. En primer lugar, una participación previsiblemente más alta —así ha venido ocurriendo durante décadas— y, en segundo lugar, los beneficios de una polarización más elevada, en la medida en que las generales se planteen como una elección entre el PSOE o un tripartito de derechas.

Puig negó que se trata de una decisión “viciada de partidismo”, pero sí admitió que espera “más participación”. “Y es cierto que en la generales hay alta participación, y se supone que más en estas”, alentada por una movilización contra el “virus del populismo conservador”.

El equipo de Puig reconoce que la decisión tiene riesgos. El debate territorial y la idea de que el PSOE ha hecho o piensa hacer concesiones a Cataluña es un asunto muy sensible para los socialistas valencianos. Pero votar el 26 de mayo no lo elimina del debate público.

La situación de Podemos

El análisis que ha llevado a la conclusión de que la mejor opción era adelantar no se limita al PSPV. El entorno del president está preocupado por la pérdida de impulso de Podemos en la comunidad y cree que ese deterioro sólo puede empeorar. Calculan que la coincidencia con las generales puede ayudarles en la medida en que se verán favorecidos por el protagonismo de su secretario general, Pablo Iglesias.

Esperar a mayo, sostienen las fuentes consultadas por infoLibre, tampoco favorece a Compromís. Pero la reacción de su líder, Mònica Oltra, expresa todo lo contrario.

La reunión del Consell previa al anuncio de la convocatoria fue muy breve, apenas diez minutos, y estuvo marcada por la tensión. Oltra subrayó que el anticipo electoral ha sido la única decisión en cuatro años de vida del gobierno del Botànic que el PSPV y Compromís no han adoptado por unanimidad y enfatizó que Puig impuso su criterio pese a la oposición de la mitad del Consell —la vicepresidenta y los cuatro consellers de su formación—.

Oltra dejó claro que, en su opinión, votar el mismo día de las elecciones generales no favorece la visibilidad de la Comunitat Valenciana, como argumentó Puig, y sostuvo que celebrar elecciones coincidiendo con las municipales hubiese alentado mucho más un debate político centrado en los problemas de los valencianos. “El mensaje de la singularización de la identidad valenciana no es compatible con convocar elecciones en el mismo momento que las generales”, señaló.

Visiblemente molesta con el president, la líder de Compromís aseguró que Puig le ocultó sus intenciones hasta este lunes y por eso el pasado viernes aseguró que no había razones para anticipar los comicios. Con esas declaraciones, explicó, no había hecho más que insistir en el mensaje que ella misma y el president habían pactado transmitir el pasado 15 de febrero, cuando Sánchez anunció su intención de llamar a las urnas el 28 de abril.

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Aquella rueda de prensa, sin embargo, enfadó a Puig, y le empujó, tras reflexionar durante el fin de semana, a tomar la decisión de adelantar los comicios.

Las relaciones entre Puig y Oltra están en sus horas más bajas. Aun así, ambos se esforzaron en dejar abierta la puerta a una reedición del pacto del Botànic para formar Gobierno después del 28 de abril. Siempre que las cuentas den, claro, algo que no apuntan todas las encuestas, que pronostican un ascenso de Ciudadanos y la entrada de Vox en Les Corts.

La coincidencia electoral cuenta con el respaldo de la dirección federal del PSOE. Así lo expresaron la vicesecretaria Adriana Lastra y el secretario de Organización, el valenciano Jose Luis Ábalos.

El president Ximo Puig y su equipo han hecho cálculos y han llegado a la conclusión de que lo que más conviene a los intereses electorales del PSPV-PSOE es adelantar las elecciones autonómicas y hacerlas coincidir con las generales que Pedro Sánchez acaba de convocar para el 28 de abril.

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