LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Puigdemont avanza hacia el referéndum unilateral con la opción de las elecciones en la recámara

12

Este lunes, la plana mayor de la Generalitat de Cataluña –el presidente y el vicepresidente, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, y la consellera de Presidencia, Neus Munté– se reunió con los partidos favorables a la celebración de un referéndum de independencia en la comunidad. El encuentro no aportó ninguna novedad concreta sobre la convocatoria de una consulta que aún no tiene ni fecha ni pregunta decididas, pero sí sirvió para escenificar que el Gobierno autonómico redobla su apuesta y, pese a que el Ejecutivo central ha endurecido el tono en los últimos días en su contra, tiene pensado seguir adelante. No obstante, y aunque en público nadie adelanta acontecimientos, en privado está asumido que si el referéndum fracasa, la opción más probable es la convocatoria de elecciones.

Puigdemont, Junqueras y Munté se reunieron con representantes de Junts pel Sí, la CUP, Demòcrates (la escisión independentista de Unió), Més y Podemos. Por el contrario, Catalunya en Comú, el partido que integran ICV, EUiA y Barcelona en Comú y que lidera el líder de En Comú Podem en el Congreso, Xavier Domènech, declinó asistir al encuentro pese a que es favorable a la convocatoria del referéndum. La reunión, aseguraron, debería haber tenido lugar en el marco del Pacto Nacional por el Referéndum, un acuerdo que incluye tanto a los partidos políticos que apoyan la consulta como a actores como los sindicatos CCOO y UGT o algunas organizaciones empresariales catalanas.

Munté recriminó a Catalunya en Comú su ausencia asegurando que la formación había puesto "excusas" para "autoexcluirse" de la reunión. La dirigente, igualmente, apuntó que en las próximas semanas el Gobierno catalán tiene pensado decidir la fecha del referéndum y la pregunta que estará escrita en las papeletas, y rechazó las críticas del partido de Domènech asegurando que las convocatorias del Pacto Nacional por el Referéndum no dependen del Gobierno catalán.

No obstante, ni Munté ni ningún otro dirigente de la Generalitat se refirió a la posibilidad de que el referéndum, pese a que se convoque, termine no celebrándose, pese a que el Estado cuenta con varios instrumentos para impedirlo. Sin embargo, a pesar de que públicamente esa posibilidad ni siquiera se contempla, en privado fuentes de diferentes partidos la consideran altamente probable y apuntan a tres escenarios posteriores al eventual fracaso de la consulta: la convocatoria de elecciones anticipadas, la declaración unilateral de independencia o, incluso, que la legislatura continúe normalmente.

"Lo que está claro es que el referéndum se va a convocar sí o sí" para mantener el pulso al Gobierno central, apuntan fuentes del PDeCAT, que sin embargo sostienen que lo más probable es que tras la fecha para la que se convoque la consulta terminen celebrándose elecciones. "Para la declaración unilateral de independencia ahora mismo no hay suficiente apoyo con el 48% de los votos", el porcentaje que consiguieron Junts pel Sí y la CUP unidos en los comicios de septiembre de 2015, señalan estas fuentes, que admiten que con ese nivel de adhesión sería complicado que la independencia fuera reconocida por algún país extranjero.

Por ello, apunta un dirigente del PDeCAT, la estrategia que la mayoría del partido considera más afín a sus intereses es la de celebrar elecciones en el ambiente de máxima polarización que generaría la prohibición del referéndum por parte del Estado, sobre todo si el Gobierno autonómico se mantiene firme y llega lo más lejos que pueda. El objetivo, asegura este dirigente, sería "pasar del 50%" de los votos para, acto seguido, plantear una declaración unilateral de independencia que, esta vez sí, pueda contar con más reconocimiento internacional.

Unas elecciones plagadas de incógnitas

No obstante, para esas hipotéticas elecciones no está nada claro que se fuera a reeditar la coalición Junts pel Sí. Todas las fuentes consultadas asumen que el matrimonio de conveniencia que firmaron en 2015 ERC y el PDeCAT (entonces aún Convergència) está en el alambre, y no sólo por el hecho de que todas las encuestas sitúen a los republicanos como los ganadores de los comicios, sino porque a los conservadores –asegura un dirigente de su partido– les impediría liderar la lista como hicieron en 2015, dado el momento de debilidad que atraviesan.

Fuentes de Catalunya en Comú, el gran ausente de la reunión de este lunes, también consideran probable la convocatoria electoral, pero apuntan que el Gobierno catalán tendría mucho más complicado que en 2015 convertir los comicios en una nueva convocatoria de carácter plebiscitario. "Aunque quieran hacerlo, sería irrelevante, porque ya se intentó hace dos años y todo el mundo sabe que no ha cambiado nada", critica un miembro de la dirección del nuevo partido. Otro dirigente apunta que esos comicios serían la oportunidad de "romper el sofisma de independencia sí o no y volver al terreno de lo real", una estrategia que trató de enarbolar la coalición Catalunya Sí que es Pot en 2015 con magros resultados.

Estas mismas fuentes, no obstante, apuntan a un tercer escenario posible: que Puigdemont se enroque y, aunque el referéndum fracase, no convocase elecciones. "Nadie convoca elecciones para perderlas", sostiene un dirigente de Catalunya en Comú en referencia a la debilidad del PDeCAT. Estas fuentes interpretan, además, que el president podría tener margen para no llamar a las urnas si la CUP se decide a apoyar sus presupuestos del año que viene y, especialmente, si ERC continúa prestándole su apoyo. "Al final, quien va a decidir es ERC", sostienen.

La posición ventajosa de Catalunya en Comú

En cualquier caso, el nuevo partido de Domènech y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tiene un as en la manga en todos los escenarios planteados. Su apoyo a la convocatoria de un referéndum evita que Puigdemont pueda criticarlos frontalmente, aunque censure actuaciones como su ausencia de este lunes, ya que además son el único partido con un referente estatal –Unidos Podemos– que defiende abiertamente la consulta. El president"quiere evitar que los comuns se descuelguen"comuns , admite un dirigente del PDeCAT, que interpreta que Catalunya en Comú "está jugando a buscar las elecciones" para argumentar que ha quedado demostrado que la vía unilateral no funciona.

De su posición ventajosa son conscientes los propios dirigentes de Catalunya en Comú. "Somos centrales, una pareja de baile necesaria", presumen fuentes de la formación, que rechazan unánimemente que el hecho de que Podemos –que finalmente decidió no integrarse en el partido unitario– sí haya acudido a la reunión de este lunes vaya a descabalgarles de su posición de ventaja. "Puigdemont tiene que cuidarnos, así que no va a utilizar la asistencia de Podemos como una excusa para decir que los comuns apoyan su estrategia", sostiene un dirigente, que asegura que el partido "nunca" se ha planteado apoyar una declaración unilateral de independencia pero, por el contrario, considera probable que exigieran la convocatoria electoral si fracasara el referéndum.

Este lunes, la plana mayor de la Generalitat de Cataluña –el presidente y el vicepresidente, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, y la consellera de Presidencia, Neus Munté– se reunió con los partidos favorables a la celebración de un referéndum de independencia en la comunidad. El encuentro no aportó ninguna novedad concreta sobre la convocatoria de una consulta que aún no tiene ni fecha ni pregunta decididas, pero sí sirvió para escenificar que el Gobierno autonómico redobla su apuesta y, pese a que el Ejecutivo central ha endurecido el tono en los últimos días en su contra, tiene pensado seguir adelante. No obstante, y aunque en público nadie adelanta acontecimientos, en privado está asumido que si el referéndum fracasa, la opción más probable es la convocatoria de elecciones.

Más sobre este tema
>