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"Queremos cambio, y no climático, porque el futuro no da igual"

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Cientos de miles de personas ؘ–jóvenes, mayores, niños– salieron a la calle este viernes para gritar su rechazo a la inacción climática en más de 70 convocatorias en toda España, clausurando con una gran movilización la semana por el clima convocada a nivel internacional. En Madrid, la manifestación estuvo lejos del mejor 8M, pero sin duda constató lo histórico del momento, siendo la mayor marcha contra el cambio climático de la historia del país. La intención es que la chispa despertada este 2019 sea solo el comienzo de una gran respuesta ciudadana a las tibiezas políticas a la hora de abordar el calentamiento global.

En la capital, los manifestantes arrancaron de Atocha a las 18 horas y ocuparon un carril del Paseo del Prado –ese medidor de la movilización social– y, como se preveía y como se pretendía, esta vez, y a diferencia de la pasada marcha del 15 de marzo, no fueron solo jóvenes. Muchas familias al completo con niños que asistían por primera vez a una protesta; mayores acompañando, pero también gritando; pero los adolescentes fueron los más numerosos. Al grito de "queremos cambio, y no climático, porque el futuro no da igual", "es una crisis, no es un cambio", "es una urgencia, lo dice la ciencia", "aquí están los ecologistas", y versiones de cánticos clásicos como "arriba todos a luchar, si se cargan el planeta a la huelga general", la reivindicación mezcló exigencias –a los políticos, a las empresas de combustibles fósiles– con un ambiente festivo y relajado. A ritmo de batucada y charanga, como es habitual. El tiempo del día, irónicamente, acompañó.

La manifestación estuvo encabezada por la alianza de más de 300 organizaciones, agrupadas en torno a cuatro grandes plataformas (Fridays for Future / Juventud por el Clima, 2020: Rebelión por el Clima, Alianza por el Clima y Emergencia Climática Ya). Justo detrás, Fridays for Future, con una juventud, como se suele decir, insultante. Y diseminadas por todo el recorrido, las asociaciones ecologistas (Greenpeace, Ecologistas en Acción, WWF…), partidos políticos, pequeñas organizaciones rurales, sindicatos mayoritarios y minoritarios, izquierda clásica clamando contra un capitalismo que agota el planeta… y todos con unos mínimos comunes: la exigencia de una lucha contra el cambio climático ambiciosa, justa y rápida. A diferencia del pasado 15M, el Sindicato de Estudiantes no estuvo al comienzo de la marcha. Se desmarcaron, organizando una concentración a las 12 del mediodía con jóvenes huelguistas en la Puerta del Sol.

"Pensábamos que iba a haber menos gente, pero nos han dicho que hay muchísima gente por detrás, que Atocha está colapsado. Estamos todos muy sorprendidos", explicaba David, miembro activo de Juventud por el Clima, que encabezaba la marcha. Su motivo para asistir –y organizar– la manifestación: "Una esperanza por la que luchar. Cada vez vamos perdiéndola más, y no queremos que pase eso, no queremos perder clase para nada". Julia, de 66 años, asistió a la protesta con su grupo de amigas, y manifestaba orgullosa, entre risas: "Y luego dicen que los jóvenes no hacen nada. ¡Pues aquí los tienes, míralos!".

David define la serie de manifestaciones como "la clausura de esta oleada", dejando entrever que esto es solo la avanzadilla de la marejada que pretende poner la crisis climática en el centro. Y sin perder la alegría: "Un bote, dos botes, contamina el que no bote", saltaban los chavales de la cabecera al llegar pasadas las 20 horas a la Puerta del Sol, el destino final de la marcha. "La responsabilidad de las instituciones europeas y el Gobierno español, así como los gobiernos de las distintas comunidades autónomas y ayuntamientos, coordinados con todos los grupos políticos, es estar a la altura de las necesidades que exige el movimiento", han reclamado los organizaciones en el manifiesto leído, que pide declarar la emergencia climática en cuanto arranque el nuevo ciclo tras las elecciones del 10N.

 

En Barcelona, unas 20.000 personas, ha informado la Guardia Urbana a Europa Press, se han manifestado durante la tarde de este viernes en Barcelona. Ha empezado sobre las 18.00 horas en Jardinets de Gràcia y ha recorrido el paseo de Gràcia hasta plaza Catalunya, donde ha llegado pasadas las 19.30 horas, donde ha habido 'castellers', conciertos y parlamentos. Los manifestantes, mayoritariamente jóvenes, han clamado durante el recorrido consignas como 'Ni una especie menos', 'Bote, bote, bote, CO2 quien no bote', 'Visca, visca, visca, la lucha ecologista', '¡Qué pasa, qué pasa, que contaminan mucho!' y 'El planeta no está en venta'.

 

Miles de personas durante la manifestación que esta tarde ha recorrido las calles de Barcelona, ante la crisis climática dentro de la huelga global por el clima.

En València, los estudiantes han salido a las calles con lemas como: "Nos enfrentamos a un punto de no retorno", "Se nos acaba el tiempo" o "punto de no retorno, irreversible". Durante la marcha de la mañana también portaban pancartas como "El asfalto no se come", "No es sequía, es saqueo". En Bilbao, la concentración más numerosa se ha realizado hacia las once de la mañana en las escalinatas del Consistorio, donde los jóvenes han coreado gritos y consignas contra el calentamiento global, con gran protagonismo del Sindicato de Estudiantes.

Seguimiento de la huelga estudiantil

Poco a poco se van conociendo datos de seguimiento de la huelga estudiantil por comunidades autónomas. Según datos del Sindicato de Estudiantes de Andalucía, 20.000 estudiantes de enseñanzas medias y universitarias han secundado la convocatoria. En Cataluña el seguimiento de la huelga fue del 33% (32,89%), según datos del Gobierno autonómico, que eleva la participación hasta el 80,94% en el caso de los estudiantes de Tierras del Ebro. Y en Castilla-La Mancha han secundado el paro el 34,85% de los alumnos, según datos de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes. De estos, el 2,26% en la educación privada, 230 estudiantes, y 22.222 estudiantes de la pública.

Por su parte, los sindicatos UGT, CCOO y USO han entregado un manifiesto al Ministerio para la Transición Ecológica –a cuyas puertas se han concentrado este viernes– para exigir "mayor ambición" contra el cambio climático y que reclama una transición ecológica y energética que no deje a nadie atrás y proteja a los trabajadores.

Las organizaciones convocantes han calificado la jornada de manifestaciones climáticas como un "clamor" ciudadano que demuestra que a los españoles "les importa la crisis climática". En un comunicado conjunto, han querido mostrar "su firme voluntad para que esta movilización histórica sea un proceso de reflexión para toda la ciudadanía ante la temeraria inacción de gobiernos y empresas. En los próximos meses se redoblarán esfuerzos que permitan articular una respuesta común a todos los niveles para afrontar la protección del planeta, del presente y del futuro".

España, por cierto, no ha sido el único país que ha escogido el segundo viernes de la semana de movilización climática mundial para salir a la calle. Ha habido actos y manifestaciones en ciudades como Nueva Delhi e Bombay (India), Tel Aviv (Israel), Atenas (Grecia) Zurich o Ginebra (Suiza), Abuja (Nigeria), numerosas ciudades de Suecia, Dinamarca, Finlandia, en capitales de toda Italia, Nueva Zelanda, Luxemburgo, Chile, Argentina, Austria, Holanda, Estados Unidos e incluso Rusia, pese a sus fuertes controles de seguridad en las manifestaciones. Han salido este viernes a las calles para evitar la peor tragedia que las predicciones de los expertos del cambio climático avisan de que está por llegar si no se actúa con urgencia. La joven activista sueca, Greta Thunberg, líder de la nueva acción climática, ha estado toda la tarde retuiteando los mensajes que le llegaban con fotos y vídeos de todas partes del planeta.

Cientos de miles de personas ؘ–jóvenes, mayores, niños– salieron a la calle este viernes para gritar su rechazo a la inacción climática en más de 70 convocatorias en toda España, clausurando con una gran movilización la semana por el clima convocada a nivel internacional. En Madrid, la manifestación estuvo lejos del mejor 8M, pero sin duda constató lo histórico del momento, siendo la mayor marcha contra el cambio climático de la historia del país. La intención es que la chispa despertada este 2019 sea solo el comienzo de una gran respuesta ciudadana a las tibiezas políticas a la hora de abordar el calentamiento global.

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