No son unos recién llegados a la política –el partido se fundó en 2006– aunque sí al panorama estatal, en el que se estrenaron en solitario en las últimas europeas arañando casi medio millón de votos. Se han convertido en los protagonistas de los últimos sondeos, que llegan a situarlos como cuarta fuerza política y en una posición ascendente. Ciudadanos se presenta como el "cambio sensato", la alternativa entre el caos o que todo siga igual. Ha dejado de lado la que hasta ahora había sido su principal seña de identidad: su marcado rechazo al nacionalismo catalán. Y se ha lanzado al asalto del cotizado centro político con propuestas que, aseguran, están a medio camino entre tesis liberales y socialdemócratas.
Sin embargo, las encuestas revelan que a quien realmente muerde Ciudadanos es al PP, que, una vez desactivada la amenaza de la extrema derecha, asiste ahora a una fuga de votos por el centro de su sector más liberal y reformista. No en vano la vicepresidenta del Gobierno dijo este viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que el economista de cabecera de Ciudadanos, Luis Garicano, estuvo entre los que pidió el rescate para España y que, ante eso, el Ejecutivo de Mariano Rajoy "fue bastante más luchador".
Sobre hasta dónde puede llegar Ciudadanos son muchas las incógnitas que hay encima de la mesa. Hay quien incluso sostiene que tras la generales de noviembre el terremoto puede ser de tal magnitud que asistamos a una sustitución de PP y PSOE por Ciudadanos y Podemos. Una reformulación del bipartidismo. Por otro lado, Albert Rivera es, por el momento, casi su única cara visible. Y uno de los líderes mejor valorados. De hecho, el partido no cuenta por el momento con estructura territorial ni barones autonómicos a pesar de que concurrirá en, al menos, 12 autonomías y 550 municipios en los comicios del próximo mayo.
infoLibre analiza con la ayuda de cinco sociólogos y politólogos expertos en partidos políticos y sistema electorales la eclosión de esta formación, quiénes son sus potenciales votantes, cómo se organiza o hasta dónde puede llegar:
01. ¿Por qué ahora?
Aunque fue la pasada primavera –ante las inminentes elecciones europeas– cuando Ciudadanos decidió dar el salto y salir de Cataluña ha sido en los últimos meses, casi semanas, en los que la formación de Albert Rivera ha comenzado a tomar cierto protagonismo. Así lo revelan las últimas encuestas publicadas y también la mayor exposición mediática de un partido que había tenido hasta entonces una influencia residual en el panorama estatal. En el terreno de los sondeos, el de MyWord para la cadena Ser el pasado 9 de enero fue el primero que situó a Ciudadanos como cuarta fuerza política. Si ahora se celebraran elecciones, Ciudadanos alcanzaría el 13,4% en intención de voto, por detrás de Podemos (24,6%), PP (22,5%) y PSOE (19,5%). En el anterior 'ObSERvatorio', el partido de Rivera tenía 8,4 puntos menos de intención de voto.
Un ascenso, pero mucho menos pronunciado, también le dio el último CIS, que le otorgó una expectativa de voto del 3,1% en las que serían sus segundas generales tras las de 2008 en las que sólo arrancaron el 0,18% de los votos (46.313 sufragios), la mayor parte en Cataluña. El barómetro de enero de Metroscopia para El País también situó a Ciudadanos como cuarta fuerza con el 12,2% de los sufragios si ahora se celebrasen elecciones generales.
Los expertos consultados por infoLibre encuentran dificultades para explicar por qué el fenómeno de Ciudadanos ha estallado ahora –especialmente a partir del pasado enero– y no hace unos meses. O justo tras las europeas. Pablo Simón, politólogo experto en temas electorales y miembro del colectivo Politikon, considera que Ciudadanos está recogiendo en estas semanas los frutos de una semilla plantada en esos comicios. De hecho, en esas elecciones fue la única opción no soberanista que subió con fuerza en Cataluña y consiguió recabar casi medio millón de papeletas, lo que le sirvió para mandar dos representantes a Bruselas.
“En las europeas se vio que era un partido capaz de penetrar relativamente bien en tradicionales caladeros de centro centro-derecha, donde antes estaba UPyD especialmente en Madrid y Valencia. Eso demostró que era un partido viable, con visibilidad y que podía competir por ese electorado. No sabemos hasta dónde puede llegar, pero sí vemos que se acelera mucho”, señala Simón. Ignacio Urquizu, profesor de Sociología en la Universidad Complutense y miembro del seminario de análisis político de Metroscopia, añade: "De repente Ciudadanos ha comenzado a aparecer en los medios y a visualizarse como una alternativa, especialmente para un votante del PP desencantado al que Podemos no le parecía la solución. Ellos los saben y en las últimas semanas han dado el paso, han empezado a moverse".
La realidad es que en las últimas semanas Rivera ha incrementado sus apariciones en los platós de televisión y de forma paralela El Mundo y El País han dedicado a su formación editoriales muy elogiosos. El diario de Prisa, en su editorial de este viernes, resumió las propuestas que el partido presentó el pasado martes en Madrid junto a los economistas Luis Garicano y Manuel Conthe. Dijo de ellas que eran “ideas frescas”, que están “bien alineadas con lo que el partido califica como el cambio sensato” al tiempo que agradecía la llegada de “propuestas y aportaciones para el debate, en vez de hoscas batallas nominalistas”. El Mundo, por su parte, alabó que “su decidida apuesta por la regeneración puede crear una alternativa atractiva en el centro político que permita iniciar un cambio real en España”.
El empuje de ciertos medios de comunicación es un elemento a tener en cuenta para parte de los analistas consultados. “Puede haber una estrategia dentro de una parte de la derecha mediática desencantada con Rajoy encaminada a darles más espacio. Desde luego esta eclosión tiene que ver también con una mayor presencia en los medios”, dice Urquizu. Una opinión que comparte en cierto modo el doctor en ciencias políticas por la Universidad de Harvard y actual investigador permanente del CSIC José Fernández Albertos, si bien él considera que este despegue también tiene que ver con la ruptura de las relaciones con el partido de Rosa Díez.
"Sobre el por qué ahora, es complicado dar una explicación, pero puede tener que ver con la ruptura de relaciones con UPyD [el pasado noviembre se truncó la posibilidad de un pacto político entre ambas formaciones] y también con el hecho de que ciertos medios o entornos hayan optado abiertamente por esta candidatura y esto les brinde un mayor apoyo mediático. Hay veces que simplemente mucha gente comienza a coordinarse por una serie de factores y nos acabamos encontrando con estos procesos", subraya Fernández Albertos.
02. ¿Quién les vota?
Pero, ¿qué tipo de elector es el que se siente atraído por Ciudadanos? Rivera insiste –así lo hizo en la presentación de su programa económico– en situar a su formación a medio camino entre tesis liberales y socialdemócratas. Pero las encuestas revelan que el grueso de las personas que ahora apoyan a Ciudadanos son exvotantes del PP que no encontraban acomodo en ninguna formación existente hasta el momento. Los datos del CIS, por ejemplo, muestran que Ciudadanos está logrando entrar en la base de electores del partido de Mariano Rajoy. De hecho, 390.000 electores que respaldaron al PP en 2011 ahora darían su apoyo a Ciudadanos. El dato ha aumentado en 65.000 en los tres últimos meses.
Los analistas consultados coinciden en un mismo diagnóstico. Había una bolsa de votantes en el centro, moderados, y que eran potencialmente movilizables. Y eso es algo que ha conseguido hacer Ciudadanos. Aunque luego vengan los matices. Belén Barreiro, expresidenta del CIS y directora de MyWord, la empresa que realiza las encuestas para la Cadena Ser, cree que aunque Ciudadanos se presenta como un partido de centro y con un programa económico que podría parecer en muchos aspectos el de un partido socialdemócrata, se nutre de votantes de centro y de derecha "al margen de la imagen que ellos quieran transmitir o de los valores que quieran defender".
Y lo explica de la siguiente forma: “Durante esta legislatura ha habido un agrandamiento de la bolsa de los llamados huérfanos políticos, gente que andaba buscando casi de forma desesperada una formación a la que votar”. Es decir, personas a las que les interesaba la política (la crisis ha generado también un interés creciente por la política) pero que no tenían ningún partido en el que se vieran representados y que se debatían entre no votar o hacerlo en blanco. Entonces –prosigue Barreiro– llegó Podemos. Y tomó parte de esos huérfanos políticos "variopintos" y al mismo tiempo arrastró para sí a parte del electorado del PSOE. Ciudadanos, según Barreiro, ha venido ahora a captar a la parte de esos huérfanos que no sentían cómodos en Podemos junto a exvotantes del PP (principalmente) y UPyD desencantados.
Sin embargo, la observación de algunas de las propuestas de Ciudadanos –principalmente en el terreno de los derechos civiles– hace surgir la duda de hasta qué punto podrían poner a un exvotante del PP ahora afecto a Ciudadanos al frente de sus propias contradicciones. El partido de Albert Rivera, por ejemplo, defiende al aborto libre hasta las 12 semanas, el matrimonio entre las parejas del mismo sexo así como revisar el concordato entre el Estado y la Santa Sede o que se cambie la asignatura de religión católica en las escuelas públicas por una de historia de las religiones desde el punto de vista histórico y cultural.
Pero este punto, más que una debilidad, parece una fortaleza según el análisis de los expertos consultados. La mayoría coincide en que en el PP conviven "diferentes almas", en palabras de Simón. "Hay una más conservadora, que es más restrictiva en derechos sociales pero más intervencionista en economía. Y otra más liberal, que es menos intervencionista en economía pero más liberal en derechos sociales", señala. Y a esta última es a la que apunta Ciudadanos. Con la aparición de VOX, explica, el PP temía perder votos por su ala más conservadora. Desactivada esa amenaza, la verdadera sangría le puede llegar ahora por el centro. Una amenaza, a su juicio, "creíble porque el centro político es un espacio disputado y sin el cual no se pueden ganar elecciones en Epaña".
Según datos de Metroscopia de la segunda quincena de febrero, Ciudadanos es el partido que lidera la intención directa de voto en el centro (es decir, aquellos que se autoubican ideológicamente en el 5 en una línea en la que 0 representa la extrema izquierda y 10 la extrema derecha) con un 11% de los sufragios, seguido de Podemos (10.6 %), PP (8.9 %) y PSOE (7.6 %). Hay que tener en cuenta además que cuatro de cada diez españoles se consideran actualmente de centro.
Ciudadanos también ha experimentado un cambio en su perfil de votante. En su etapa exclusivamente catalana el partido de Rivera bebió principalmente de exvotantes del PSC, también algunos del PP, especialmente del eje españolista y con menos estudios. Entre ellos, muchos emigrantes residentes en el cinturón metropolitano de Barcelona. No en vano Ciudadanos –se empezó llamando Ciutadans– ha hecho del de su marcado rechazo al nacionalismo catalán su principal seña de identidad. Al extenderse al resto del país cambió el perfil. Ahora, según los sociólogos y politólogos a los que ha preguntado infoLibre, su perfil de votante es principalmente urbano, con más formación y recursos.
Sobre su ideología –por el momento sólo han presentado un documento sobre cuestiones económicas– Simón cree que las posiciones en las que se ubican son socioliberales, en las que el mercado y el Estado son compatibles. "El hecho de no mostrarte muy partidario de la política industrial, de incidir en el fomento de la educación, la formación del capital humano o la necesidad de crear mercados de trabajo más flexibles te acerca a ámbitos socioliberales, pero también a los sectores más liberales o reformistas dentro del PP, partido al que roba mucho espacio por el centro", asevera.
Otra cuestión relevante es por qué ese espacio no lo pudo ocupar UPyD. "Rivera tiene una imagen más atractiva, menos antipática para buena parte del electorado. Díez es una persona experimentada que contribuyó a levantar su partido, pero que se asocia a la vieja política. Como la gente valora mucho la viabilidad política de los partidos, el electorado de UPyD si ve que Ciudadanos es una opción atractiva cambiará sin mucho problema", analiza Fernández Albertos.
Simón cree que el partido de Rosa Díe, adolece del mismo mal que IU, formación a la que Podemos parece haberle arrebatado gran parte de su electorado, según las encuestas. "A ambas formaciones les va a pasar una terrible factura su rigidez orgánica a la hora de adaptarse a los nuevos tiempos, su incapacidad para llegar a acuerdos y la reticencia de sus líderes a dar un paso atrás", sentencia.
03. El hiperliderazgo
Hay varios aspectos que, según los expertos consultados, son semejantes en Podemos y en Ciudadanos. Ambos tienen líderes fuertes y que cuentan con altos niveles de aceptación. Y ambos tienen por delante el reto de elegir a sus candidatos para los próximos comicios y de armar sus estructuras territoriales. En este último aspecto el partido de Pablo Iglesias tiene cierta ventaja, pues ya ha elegido a sus responsables a nivel local y autonómico. El partido de Rivera deja esta operación para después de las elecciones y funcionará hasta entonces en las diferentes autonomías con responsables designados por la dirección. Es decir, se presentará en al menos 12 autonomías sin tener allí órganos ni estructura de partido.
En general, los expertos quitan hierro a este asunto. Eva Anduiza, profesora de Ciencia Política en la Autònoma de Barcelona, recuerda que Podemos también ha crecido sin tener una estructura territorial consolidada. "De momento, esto no parece ser una cuestión que la gente tenga demasiado en cuenta a la hora de indicar una preferencia electoral, ya veremos a la hora de votar", señala. Otra cosa es la cuestión de la elección de los candidatos, que ambas formaciones llevarán a cabo en las próximas semanas. Cuanto más tarde en hacerlo, más capacidad hay de dirigir los mensajes desde la dirección.
Fernández Albertos cree que en este contexto en el que determinados partidos o propuestas generan tanto atractivo o rechazo, las caras importan más bien poco. "En las épocas de más estabilidad quizá el debate sí estuvo más centrado en lo local, pero un contexto de respuesta ante el actual estado de cosas será diferente. El hecho de tener una estructura o un candidato concreto va a ser menos relevante de lo que ha venido siendo tradicionalmente", señala. No obstante, admite que el escenario cambiará cuando se elija a los cabezas de lista. "Los ciudadanos comenzarán a ver caras, declaraciones, meteduras de pata, habrá también candidatos buenos que sorprendan... los mensajes serán también más incontrolables. Pero es cierto que este es un tema al que ya se ha enfrentado Podemos y a pesar de que ha tenido ciertas minicrisis no le ha hecho ni mucho menos hundirse como alternativa, más bien lo contrario", analiza.
Urquizu, por su parte, sí cree que el hecho de no tener una estructura asentada de partido en los diferentes territorios es una "debilidad enorme" de Ciudadanos, en la medida en que tendrá que controlar bien quién llega al partido y evitar que oportunistas puedan copar puestos de responsabilidad. "Los partidos tradionales si pueden resistir es porque cuentan con una estructura territorial, con cuadros provinciales y regionales que les dan una fortaleza a la hora de competir que no tienen los demás", afirma.
04. ¿Dónde puede llegar?
Nadie tiene una bola de cristal, y en un escenario en el que quedan todavía nueve meses para las generales, casi todo puede pasar. Sin embargo, las tendencias que anticipan las encuestas auguran que Ciudadanos tendrá un papel relevante en el futuro panorama político. Hasta dónde llegará es incógnita. Y aquí los analistas consultados tampoco ofrecen una visión unánime. La clave es si entrará a disputarse el electorado de tú a tú con las que ya se consideran las tres principales fuerzas políticas: PP, PSOE y Podemos.
Belén Barreiro cree que el partido del Albert Rivera ha llegado para quedarse. "Nos podemos llevar la gran sorpresa de que haya un desplazamiento de partidos en las generales", señala. Y aunque admite que es "mucho aventurar" sí vislumbra que de esos comicios salga "un sistema de cuatro partidos en el que no es evidente quién va a quedar primero" e incluso que se produzca una sustitución que acabe dejando a PP y PSOE como formaciones residuales sólo con el apoyo de su núcleo duro de votantes y que se impongan ante ellas Podemos y Ciudadanos.
Una opinión diferente tiene Urquizu. A su juicio, sí habrá "mucha igualdad" entre PP, PSOE y Podemos, que cree que obtendrán, cada una, entre el 20 y el 25% de los votos. Pero Ciudadanos no las alcanzará. "Es posible que se quede entre el 12 o el 15%, que es un resultado que te hace tener apoyo pero no diputados porque sólo te permite entrar en las grandes circunscripciones. Y eso es el camino más fácil para que un partido de desinfle, más si tenemos en cuenta que es posible que el voto útil vuelva a aparecer", analiza.
Lo que está claro es que si a alguien hará daño Ciudadanos es a los conservadores. "El PP estaba muy tranquilo porque esperaba sacar de la abstención a sus votantes vendiendo la recuperación y el miedo a Podemos, pero Ciudadanos le ha desactivado la estrategia. Rivera ofrece un voto útil antiestablishment desde el centro contra la derecha, aunque habrá que ver después cómo se concreta eso a la hora de votar y también la corrección a la baja que hará el sistema electoral", señala Pablo Simón.
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Eva Anduiza alude incluso a una rivalidad Podemos - Ciudadanos. "Podemos ha abierto una nueva línea de ruptura en el sistema de partidos –la nueva política contra la vieja– en la que Ciudadanos se sitúa a su lado. En la medida en que esta nueva distinción sea una línea relevante transversal a las otras líneas de conflicto, fundamentalmente el socioeconómico, Ciudadanos se beneficiará del arrastre del Podemos. O en otros términos, compite con Podemos en el ámbito de la 'nueva política'", subraya.
Pero según Urquizu, el hecho de que buena parte de los votantes de Ciudadanos provengan del PP es una de sus principales debilidades. "El hecho de que la situación económica comience a visualizarse como mejor hace que el PP no vaya a perder mucho más voto en esa dirección. De hecho en las encuestas ya se ve que comienza a recuperarse. Y eso es algo que perjudica a Ciudadanos, que es un partido que está fuerte en la medida en que el PP está débil", analiza.
Discrepa sobre este punto Barreiro, que ve dos inconvenientes en la estrategia de los conservadores de apostar todo a la recuperación. Por un lado, cree que en el PP han minusvalorado la sensibilidad de sus propios votantes ante la desigualdad y la pobreza que está acompañando a la recuperación de la economía. Y por otro alude a los escándalos de corrupción que le han hecho perder tanta credibilidad. "Hay mucha gente de derechas que por primera vez ha roto lazos con el PP. Una vez que se acaba esa fidelidad es cuestión de que haya una alternativa. Y esa alternativa ya está ahí", sentencia.
No son unos recién llegados a la política –el partido se fundó en 2006– aunque sí al panorama estatal, en el que se estrenaron en solitario en las últimas europeas arañando casi medio millón de votos. Se han convertido en los protagonistas de los últimos sondeos, que llegan a situarlos como cuarta fuerza política y en una posición ascendente. Ciudadanos se presenta como el "cambio sensato", la alternativa entre el caos o que todo siga igual. Ha dejado de lado la que hasta ahora había sido su principal seña de identidad: su marcado rechazo al nacionalismo catalán. Y se ha lanzado al asalto del cotizado centro político con propuestas que, aseguran, están a medio camino entre tesis liberales y socialdemócratas.