Ha sido la primera declaración institucional de urgencia de esta legislatura. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, convocó esta mañana a los medios de comunicación en el palacio de La Moncloa a las 10.30 horas para anunciar la abdicación del rey Juan Carlos de Borbón y la apertura del proceso de sucesión para que su hijo, Felipe, ocupe su puesto. El anuncio llega cuando la institución vive sus horas más bajas de popularidad –la Corona no levanta cabeza en los sondeos del CIS desde hace dos años y medio, la cacería de Botswana, el caso Nóos que afecta a su hija Cristina y a Iñaki Urdangarin– y en un proceso de debilitamiento de la salud del monarca debilitamiento de la saluddel que ha dado evidentes muestras en sus últimas apariciones públicas.
El rey renuncia al trono a sus 76 años, tras 39 de reinado. Su relevo, el príncipe Felipe, tiene 46. En una declaración leída por Juan Carlos, a las 13.00 horas, aseguro que "una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista" que emprenda las reformas que la coyuntura demanda. "Mi hijo Felipe encarna la estabilidad", afirmó el rey, quien señaló que tomó la decisión de abdicar en enero al cumplir los 76 años.
Por su parte, el Gobierno convocó para este martes un Consejo de Ministros extraordinario "con el objetivo de cumplir las previsiones constitucionales en esta materia". A saber: al tratarse de una abdicación, es necesario aprobar una ley orgánica en base al artículo 57.5 de la Constitución Española.
"Yo espero, que en un plazo muy breve, las Cortes españolas puedan proceder a la proclamación como rey de España del que hoy es Príncipe de Asturias", subrayó el presidente del Gobierno. "Estoy convencido de que los españoles sabremos escribir esta nueva página de nuestra historia en un clima sereno, con tranquilidad y con agradecimiento a la figura de Su Majestad el rey", añadió Rajoy.
"Estabilidad institucional"
El anuncio del rey Juan Carlos llegá en un momento en el que el bipartidismo vive sus horas más bajas. No obstante, la mayoría absoluta del Partido Popular ya es de por sí suficiente para que la ley orgánica necesaria para dar paso a Felipe de Borbón salga sin problemas de Congreso y Senado. Precisamente, en esta idea de estabilidad institucional hizo hincapié el jefe del Ejecutivo: "Quiero transmitirles a todos que este proceso se va a desarrollar con plena normalidad en un contexto de estabilidad institucional y como una expresión más de la madurez de nuestra democracia".
Diversas fuentes insistían en la posibilidad de que el monarca hubiese decidido agilizar este trámite tras los resultados de las elecciones europeas del pasado 25-M. Un extremo que es rechazado desde Zarzuela y desde La Moncloa, donde insisten en que la decisión estaba tomada desde hace tiempo y que tanto Rajoy como el jefe del principal partido de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo sabían desde el pasado mes de marzo. Independientemente de cómo haya sido la gestión de este anuncio, la ley orgánica que da paso a la sucesión del rey saldrá adelante, al menos, con los apoyos de PP y PSOE. Ahora son el 80% del Congreso de los Diputados, pero en las generales del próximo año ese porcentaje se podría reducir sensiblemente.
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Agradecimiento
El presidente del Gobierno aprovechó su declaración a la prensa para "rendir homenaje a la persona que durante 39 años ha encarnado el punto de encuentro de todos los españoles y el mejor símbolo de nuestra convivencia en paz y en libertad".
Sobre el sucesor, el presidente del Gobierno mostró su "más firme confianza". "Su preparación, su carácter y la amplia experiencia en los asuntos públicos que ha ido adquiriendo a lo largo de estos últimos 20 años constituyen una sólida garantía de que su desempeño como jefe de Estado estará a la altura de las expectativas más exigentes".
Ha sido la primera declaración institucional de urgencia de esta legislatura. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, convocó esta mañana a los medios de comunicación en el palacio de La Moncloa a las 10.30 horas para anunciar la abdicación del rey Juan Carlos de Borbón y la apertura del proceso de sucesión para que su hijo, Felipe, ocupe su puesto. El anuncio llega cuando la institución vive sus horas más bajas de popularidad –la Corona no levanta cabeza en los sondeos del CIS desde hace dos años y medio, la cacería de Botswana, el caso Nóos que afecta a su hija Cristina y a Iñaki Urdangarin– y en un proceso de debilitamiento de la salud del monarca debilitamiento de la saluddel que ha dado evidentes muestras en sus últimas apariciones públicas.