En ningún momento durante toda la jornada se dispararon tanto los flashes de los fotógrafos como cuando el presidente del Gobierno se acercó –en dos ocasiones– a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, durante la inauguración, en la mañana de este lunes, de la línea de AVE Madrid-Alicante. Imputada en el caso Brugal, que investiga supuestas irregularidades en las concesiones de las contratas de basura de la ciudad, es una de los nueve imputados del PP de la Comunitat Valenciana que se sienta en las Corts. Y también uno de los motivos por los que Mariano Rajoy ha estado diecisiete meses si acudir a la región que preside el hombre que heredó la presidencia de Francisco Camps, Alberto Fabra.
Hace una semana Rajoy rompía este boicot a la Comunitat Valenciana acudiendo a la clausura de la convención del PP regional. En esta ocasión, le fue más fácil evitar una foto con Castedo. Hubo foto de familia, sí. Pero el presidente del Gobierno se cuidó mucho de ubicarse próximo a la regidora. Este lunes no lo ha conseguido. Lo mismo le ha ocurrido a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y al propio Alberto Fabra. El sucesor de Camps llegó a la presidencia de la Generalitat con la promesa de tolerancia cero a la corrupción. Pero, hasta la fecha no ha conseguido que ninguno de sus imputados se despegue del cargo público. Hay incluso en el PP quien cuenta que le va a ser imposible y que va a tener que resignarse a no presentar imputados en las listas para las próximas autonómicas.
Castedo no intervino en la inauguración –sí lo hicieron Fabra, Rajoy y el príncipe Felipe, por este orden– pero lo que no pudo evitarse es que fuese mencionada en estos discursos en su calidad de autoridad.
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Los tres discursos duraron menos de media hora y acto seguido, la comitiva inaugural embarcó en el AVE de vuelta a Madrid con media hora de adelanto respecto al horario previsto. Los tres discursos, sobre todo el del príncipe, fueron interrumpidos con pitidos, silbidos y petardos desde los exteriores de la estación. Los allí congregados protestaban en contra de esta infraestructura, en contra de la estafa de las preferentes, y en contra de la presencia del príncipe, de Rajoy y de la imputada Castedo.
Durante su discurso, el presidente del Gobierno defendió la Alta Velocidad como una herramienta para “estrechar” las “distancias físicas entre españoles”. “Nos ha demostrado lo que somos capaces de hacer cuando decidimos progresar en común: materializar ese propósito compartido en una de nuestras fortalezas como país”.
Además, sostuvo que pese a las dificultades económicas “uno de los objetivos del Gobierno es impulsar inversiones que realmente sean productivas, para que así contribuyan al gran objetivo” que, a su juicio, comparten “Gobierno y sociedad: la recuperación económica y la creación de empleo”.
En ningún momento durante toda la jornada se dispararon tanto los flashes de los fotógrafos como cuando el presidente del Gobierno se acercó –en dos ocasiones– a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, durante la inauguración, en la mañana de este lunes, de la línea de AVE Madrid-Alicante. Imputada en el caso Brugal, que investiga supuestas irregularidades en las concesiones de las contratas de basura de la ciudad, es una de los nueve imputados del PP de la Comunitat Valenciana que se sienta en las Corts. Y también uno de los motivos por los que Mariano Rajoy ha estado diecisiete meses si acudir a la región que preside el hombre que heredó la presidencia de Francisco Camps, Alberto Fabra.