El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, optó por no valorar la noche electoral los resultados de las elecciones catalanas. Un día después, este lunes, convocó a la prensa en el palacio de La Moncloa para leer una declaración en la que nada se movía de sus pronunciamientos de antes de este 27-S. Así, reclamó al futuro Ejecutivo catalán que gobierne para todos sus ciudadanos, que supere "las tensiones" y que cambie el "monólogo por el diálogo constructivo". Él dice, está dispuesto a sentarse a hablar. Pero con los mismos límites que antes del 27-S: la ley.
El líder del PP, uno de los mayores derrotados de estos comicios, arrancó su intervención señalando que los catalanes habían acudido a su tercera cita ante las urnas en cinco años y que, pese a que "algunos" quisieron darle un carácter plebiscitario, sólo se había elegido a los representantes ante el Parlamento de Cataluña.
Rajoy sostuvo que comparecía para trasladar "un mensaje de tranquilidad" a los catalanes, a los españoles y a todas las personas que se habían interesado por este proceso en los últimos meses. Porque, añadió, "los partidarios de la ruptura" no tuvieron el respaldo de la ley y ahora no tampoco tienen el respaldo de la sociedad catalana.
El jefe del Ejecutivo puso en valor la alta participación en estos comicios y sostuvo que los catalanes habían demostrado "madurez y responsabilidad democrática" ante este reto. Ahora, añadió, toca formar Gobierno y que sus responsables trabajen "para los catalanes" tal y como establecen la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía.
Mientras los resultados de su partido –de los 19 a los 11 escaños– llevan a pensar que gran parte del castigo de la candidatura encabezada por Xavier García Albiol tiene que ver con la actuación del Gobierno central en los últimos años en Cataluña, Rajoy sacó pecho de su gestión de este asunto. Resaltó que "desde el primer día de la legislatura" había trabajado con "lealtad institucional" y "profundas convicciones políticas". Las de que "un país fuerte y solidario como el nuestro afronta sus retos desde la lealtad entre todos".
"Juntos ganamos todos"
Sin moverse un ápice del argumentario de su partido, recalcó que, disposición al diálogo, sí. Pero que seguirá "velando por el Estado de derecho". "Convencido de que juntos ganamos todos. Que debemos intentarlo".
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Tras su breve intervención, aceptó dos preguntas avisando de que no iba a hacer consideraciones relacionadas con el Partido Popular porque eso tocaba por la tarde, cuando había convocado al Comité Ejecutivo Nacional para analizar los resultados.
Una de las cuestiones tenía relación con su disposición al diálogo, lo que le sirvió para recordar de nuevo su línea roja: la ley. "Estoy dispuesto a escuchar, a hablar, pero no a liquidar la ley. Ya he dicho que las pretensiones de algunos estaban y siguen estando fuera de la ley [...] luego nos podemos poner de acuerdo o no", sostuvo mientras ponía sobre la mesa la posibilidad de llegar a "acuerdos importantes en algunos temas".
En la segunda de sus respuestas, Rajoy aseguró que todavía no había hablado con Ciudadanos ni con el PSOE, pero que, a su juicio, "es bueno" que se produzca ese diálogo. Siempre y cuando, claro, "que no ese intente liquidar la ley".
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, optó por no valorar la noche electoral los resultados de las elecciones catalanas. Un día después, este lunes, convocó a la prensa en el palacio de La Moncloa para leer una declaración en la que nada se movía de sus pronunciamientos de antes de este 27-S. Así, reclamó al futuro Ejecutivo catalán que gobierne para todos sus ciudadanos, que supere "las tensiones" y que cambie el "monólogo por el diálogo constructivo". Él dice, está dispuesto a sentarse a hablar. Pero con los mismos límites que antes del 27-S: la ley.