Rajoy rechaza hablar de pactos tras el 20-D y no aclara si acudirá a un debate a cuatro

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El presidente del Gobierno dice tener un plan A: seguir gobernando. Sobre el plan B, el de qué pasará si no logra los votos suficientes para volver a la Moncloa, prefiere dar pocas pistas. De momento. "Voy a hacer lo que esté en mis manos para seguir gobernando porque es lo mejor para España", anunció Mariano Rajoy sobre sus planes para los próximos meses, en la comparecencia pública que realizó después de que el Consejo de Ministros aprobase el decreto de convocatoria electoral para el próximo 20 de diciembre.Rajoy lleva un año abonado a la teoría de 'o yo, o el caos' y quiso que en su rueda de prensa de balance de legislatura fuese igual. Según sostuvo, a España le conviene que él siga en el Gobierno. "Sería muy triste y duro dar marcha atrás en lo que se ha hecho estos cuatro años de Gobierno del Partido Popular", sostuvo. Antes, en su intervención había mantenido que "obviamente, la tarea no está completa". "Pero estamos en condiciones excelentes para alcanzar la cima en el próximo mandato. La lucha contra el desempleo seguirá siendo nuestra prioridad para los próximos años", añadió.

Es muy difícil que al PP le salgan las cuentas tras el 20-D para gobernar en solitario. Pero los conservadores quieren dejar ese debate para el día después de las elecciones. Uno de los ejes de su campaña será el de apelar al voto a su partido sin pensar en escenarios futuros. Porque, argumentan, sólo votando al PP se garantiza que el voto irá a parar al PP, es decir que no se usará para elevar a otro candidato. "Hay precedentes que no me gustan", dijo Rajoy en la rueda de prensa.

Respecto a los posibles pactos postlectorales, se declaró partidario de que "gobierne siempre" el partido más votado. "No me gusta lo que he visto en municipios como Madrid, Valencia o Zaragoza", señaló en referencia a las mayorías municipales de gobierno que se formaron en dichos ayuntamientos tras los comicios del 24 de mayo.

Tampoco le gusta, insistió, lo que ha pasado en Portugal, donde los partidos de izquierda han sumado sus votos para que repita Pedro Passos Coelho.

A preguntas de los periodistas aseguró que se considera el mejor candidato del PP. "Si no lo creyera, no me presentaría", indicó.

Rajoy no aclaró si participará en un debate electoral a cuatro, que incluya a los dirigentes de Podemos y Ciudadanos. Tras afirmar que es "el político que ha participado en más debates", dijo que en este asunto hará lo que decida el jefe de la campaña del PP, Jorge Moragas. Pero advirtió que es un asunto en el que debe existir cierto "orden".

"Mi cabeza está bien situada"

Respecto a las advertencias de José María Aznar sobre el ascenso de Ciudadanos, se limitó a contestar secamente que "respetaba" sus opiniones.

También sobre Ciudadanos, se le cuestionó sobre si estaba dispuesto a ofrecer su cabeza en el supuesto de Albert Rivera lo pusiese como condición para apoyar al PP con sus votos. "Mi cabeza está bien situada y no pienso dejar que cambie de sitio", sostuvo.

Tampoco aclaró mucho sobre las listas electorales de su partido. "Quiero que vayan los mejores", fue su respuesta.

Balance triunfalista

Un convencimiento lógico si uno cree el balance de legislatura que él mismo dibujó. La idea es simple: cogió un país en quiebra y ahora es el que más crece entre las grandes economías europeas. "Hemos pasado de destruir 1.430 empleos diarios en 2011 a crear 1.492 empleos diarios en 2015", presumió.

Rajoy reiteró el mismo mensaje de múltiples formas. "España estaba en una cáida sin freno que la condenaba a la quiebra, la salida del euro o el rescate", aseguró respecto a la situación que se encontró cuando llegó a la Moncloa. Ahora, insistió, España es de las grandes economías europeas la que más crece. "Hemos pasado de vivir bajo la amenaza del rescate a generar confianza", insistió.

La caída del desempleo, continuó Rajoy, "avala la reforma laboral". El presidente del Gobierno olvidó todos los datos negativos del mercado laboral. Por ejemplo, que la población activa ha disminuido en 540.000 personas en estos cuatro años. O que ahora hay 104.000 personas menos trabajando que en 2011.

Rajoy continuó con una catarata de cifras positivas: el Gobierno redujo a la mitad el déficit público que se encontro; ya "nadie habla de la prima de riesgo", cuya reducción ha permitido "ahorrar 20.000 millones en el pago de intereses"; se ha logrado "sanear íntegramente" el sistema financiero, y hasta el sistema eléctrico "se ha estabilizado y ya no hay déficit de tarifa". En realidad, España es uno de los países con los precios de la luz más altos de Europa.

Cataluña y corrupción

Pero Rajoy cree que su Gobierno superó más retos. Por ejemplo, lo que denominó el "desafío secesionista" de Cataluña. "Nunca me he negado a dialogar o negociar las propuestas del señor Mas. Pero nunca le he engañado sobre los límites de ese diálogo: la soberanía nacional, los derechos de los españoles y su igualdad no son competencia del presidente del Gobierno, ni siquiera del Parlamento, sino del pueblo en su conjunto. He cumplido en todo momento con mi obligación: cumplir con la ley y defender los derechos de los españoles", afirmó.

En cuanto a la corrupción, admitió que habían "aflorado demasiados escándalos". Pero, en su opinión, "jamás se ha actuado con mayor autonomía y libertad por parte de las fuerzas de seguridad, la fiscalía y los tribunales" en la lucha contra la corrupción. En este momento, los fiscales están en pie de guerra porque entienden que el Gobierno ha aprobado una serie de reformas legislativas que impiden luchar contra la corrupción y son una especie de ley de punto final.

Rajoy insistió en que el PP no llevará en su programa electoral la reforma de la Constitución. El pasado verano se abrió la puerta a esta posibilidad, pero en septiembre, desde el partido ya insistieron en que el debate estaba zanjado y no cabía esperarse nada al respecto. "Para el Partido Popular esa no es una prioridad", zanjó.

El presidente del Gobierno dice tener un plan A: seguir gobernando. Sobre el plan B, el de qué pasará si no logra los votos suficientes para volver a la Moncloa, prefiere dar pocas pistas. De momento. "Voy a hacer lo que esté en mis manos para seguir gobernando porque es lo mejor para España", anunció Mariano Rajoy sobre sus planes para los próximos meses, en la comparecencia pública que realizó después de que el Consejo de Ministros aprobase el decreto de convocatoria electoral para el próximo 20 de diciembre.Rajoy lleva un año abonado a la teoría de 'o yo, o el caos' y quiso que en su rueda de prensa de balance de legislatura fuese igual. Según sostuvo, a España le conviene que él siga en el Gobierno. "Sería muy triste y duro dar marcha atrás en lo que se ha hecho estos cuatro años de Gobierno del Partido Popular", sostuvo. Antes, en su intervención había mantenido que "obviamente, la tarea no está completa". "Pero estamos en condiciones excelentes para alcanzar la cima en el próximo mandato. La lucha contra el desempleo seguirá siendo nuestra prioridad para los próximos años", añadió.

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