Rajoy regresa a un acto de un PP tomado en seis meses por el 'aznarismo'

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Uno de los compromisos de Mariano Rajoy cuando anunció que dejaba la presidencia del Partido Popular fue que no sería un incordio para quien a partir de ese momento tomara las riendas de la formación. "Desde el primer momento estaré a la orden de quien elijáis. Y a la orden es a la orden y con lealtad". Era 5 de junio. Semanas después, el 21 de julio, Pablo Casado era proclamado líder de los conservadores en un congreso extraordinario en el que se enfrentó a Soraya Sáenz de Santamaría, la mujer que había sido mano derecha de Rajoy en sus años en la Moncloa.

Con esa premisa de estar "a la orden" del líder del Partido Popular, Rajoy acude este viernes a la jornada inaugural de la convención que Casado prometió a los compromisarios y militantes del partido cuando fue elegido. Un foro para el "rearme" ideológico de la formación. Quienes le conocen señalan que lo hace por compromiso con las siglas del partido. Por responsabilidad y porque se le ha invitado. Que en su estilo no encajan plantones ni pataletas. Ni leer la cartilla.

La "elegancia" de Rajoy

"Hará una intervención genérica y elegante", dice alguien de su entorno respecto al diálogo sobre los 30 años de historia del PP que mantendrá con su amiga Ana Pastor, presidenta del Congreso de los Diputados.

Los fieles al expresidente entienden "perfectamente" que Rajoy "no se haya prestado" ni a una foto ni a una intervención conjunta con José María Aznar, otro expresidente del Gobierno. El hombre que le escogió para llevar las riendas del PP no le puso nada fácil las cosas en los años en los que estuvo al frente del partido. Rompió la relación de su fundación, Faes, con el PP. Le devolvió el título de presidente de honor. Alabó a Ciudadanos cuando más heridas podía abrir en el PP. Y llegó a decir que no recordaba si pagaba la cuota del partido. "Demasiado elegante y educado ha sido Rajoy", resume un diputado.

En sólo seis meses, los que lleva Pablo Casado al frente del PP, se ha roto ese abismo que había entre el partido y el líder de Faes. Y el escenario escuece a quienes trabajaron junto a Rajoy. Una de las primeras reuniones que Casado –que fue portavoz del PP de Rajoy– mantuvo en Génova fue con José María Aznar. También le arropó en la presentación de su nuevo libro. Más allá de los gestos, el PP de Casado ha hecho suyo ese discurso del sector más conservador del partido, representado entre otros por Esperanza Aguirre y Aznar, de la necesidad de la vuelta a los principios y valores tradicionales de la formación.

¿Sin ideología?

"Parece que los demás no hemos tenido nunca ideología", lamenta un exdirigente conservador ya fuera de la política.

Casado se presentó al congreso extraordinario de sucesión de Rajoy como un candidato sin mochila que no renegaba ni del pasado del PP ni de las etapas más recientes, en las que había sido vicesecretario de Comunicación. Pero un sector del partido le critica por mirar más al pasado y por premiar no sólo a aznaristas convencidos, sino a personas que han sido muy críticas con Rajoy y su gestión en el Gobierno y en el partido.

Antes de Navidad, el PP anunció el fichaje de Javier Fernández-Lasquetty como jefe de gabinete y de Isabel Benjumea como su mano derecha.

Muy afín a José María Aznar y a Esperanza Aguirre, Fernández-Lasquetty es exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Benjumea, es directora de la red Floridablanca, un think tank integrado por militantes y simpatizantes del PP, sobre todo del ala más conservadora. Como su jefe, ha colaborado con Faes, la fundación del expresidente del Gobierno. Y, también como su jefe, fue muy crítica con Rajoy.

Cuando este viernes Rajoy acceda al escenario de la convención, ubicada en el pabellón 1 del recinto ferial Ifema de Madrid, pasará por estands de siete fundaciones. Una de ellas será Faes, que selló su divorcio con el PP cuando él lo lideraba. Otra, Floridablanca. La red de Benjumea llegó a pedir la dimisión de Mariano Rajoy en 2016.

"Si imitamos a Vox, ganan ellos"

Junto a estos nombres, en los últimos meses han vuelto a cobrar protagonismo los de exdirigentes del PP como María San Gil o Jaime Mayor Oreja, que se alejaron del partido desencantados con la forma de Rajoy de llevar las riendas. Sus nombres han sido fijos en las quinielas para las candidaturas autonómicas. Y ahora lo son también para la lista europea. Hay un sector del partido que cree que perfiles como el de San Gil serían una forma de desactivar a Vox. Otro sector no comparte para nada esta tesis: "Si les imitamos, ganan ellos. La gente prefiere el original a la copia", mantiene un dirigente autonómico en conversación con infoLibre.

Pese a que a Rajoy puede no resultarle muy cómoda la asistencia a la inauguración de esta convención, el expresidente, ya incorporado a su plazo de registrador en el Registro Mercantil del madrileño Paseo de la Castellana, llegará a la cita con el sabor dulce de haber sido testigo de cómo uno de sus fieles, Juanma Moreno, tomaba posesión como presidente de la Junta de Andalucía. Viajará a Sevilla para arropar a Moreno junto a Soraya Sáenz de Santamaría. El líder del PP de Andalucía fue uno de los principales apoyos de la expresidenta en su intento de llegar a la presidencia del partido. La noche electoral de las andaluzas, antes de contarse las papeletas, un rumor corrió como la pólvora por el partido: Moreno iba a ser desplazado de la dirección regional del PP andaluz por una gestora. Pero los resultados y la suma de PP, Cs y Vox reescribieron su destino.

Moreno y Feijóo, como contrapeso

La dirección nacional del PP no tiene todavía encajado el formato. Dicen que están a la espera de que Moreno cuadre su agenda del fin de semana. Pero con casi toda seguridad el presidente andaluz tendrá su espacio en la convención.

Las fuentes consultadas creen que su discurso, junto al del coordinador de la cita, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, servirán de "contrapeso" a intervenciones como la de Aznar, García Egea o Casado, que se esperan de mayor carga ideológica.

En la carta que Casado ha remitido a los militantes del PP con motivo de esta convención se incluye un documento de cuatro folios titulado "España en Libertad", título de la convención. El líder pone en valor los Gobiernos del PP. Tanto los de Aznar como los de Rajoy. "Han cumplido con su misión de continuar y mejorar la historia ds España". Pero, a su vez, considera que "actualmente, el voto de los españoles es un voto por descarte". "Debe volver a ser un voto por convicción, asertivo, ilusionado, no defensivo ni resignado", dice en lo que puede interpretarse como una crítica al partido que le legó Rajoy.

Dicen en el PP que con esta convención pretenden que "los que se ilusionaron a la hora de afiliarse al PP vuelvan a sentir esa ilusión ahora". Y que si en 1990 fue la refundación del PP, ahora, 30 años después, se pretende que sea "el reencuentro". 

¿Y Aznar?

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Habrá que esperar a que el expresidente José María Aznar hable el sábado. Pero las fuentes consultadas no esperan al expresidente crítico que se subía a la tribuna a decirle a Rajoy lo que tenía que hacer. Porque Rajoy ya no está y la sintonía con Casado es total. Ya lo dijo en la campaña de las autonómicas y municipales de 2015 en un acto de partido en Ávila: "Si alguna vez tiene que renovarme alguien, que sea Pablo Casado, un tipo estupendo"que sea Pablo Casado, un tipo estupendo".

En una de sus últimas intervenciones públicas, en la presentación de su libro en Madrid, coincidió con Casado en que hacía falta la refundación del centro-derecha. También ha dicho que él legó "un espacio unido y Casado lo ha recibido troceado en tres", unas declaraciones que, a ojos de algunos dirigentes del PP, dieron "carta de naturaleza" a Vox.

En la convención de 2015 Aznar levantó muchas ampollas con una intervención en la que preguntó dónde estaba el PP y si quería ganar las elecciones. "A lo mejor nos sorprende. Pero esperamos un tono diferente", señala un diputado.

Uno de los compromisos de Mariano Rajoy cuando anunció que dejaba la presidencia del Partido Popular fue que no sería un incordio para quien a partir de ese momento tomara las riendas de la formación. "Desde el primer momento estaré a la orden de quien elijáis. Y a la orden es a la orden y con lealtad". Era 5 de junio. Semanas después, el 21 de julio, Pablo Casado era proclamado líder de los conservadores en un congreso extraordinario en el que se enfrentó a Soraya Sáenz de Santamaría, la mujer que había sido mano derecha de Rajoy en sus años en la Moncloa.

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