"Ni me ha pedido el apoyo ni me ha pedido que facilite nada". Quien así hablaba era el presidente del Gobierno en funciones y se refería a la persona escogida por el rey Felipe VI para que se someta a la sesión de investidura a jefe del Ejecutido. La reunión más esperada de cara a la búsqueda de un inquilino para el palacio de La Moncloa quedó reducida a un encuentro de media hora en las dependencias del Congreso de los Diputados en el que Pedro Sánchez (PSOE) y Mariano Rajoy (PP) exhibieron nula sintonía. El líder del PP sigue empeñado en que debe ser él quien gobierne y asegura no sentirse "acorralado" por la corrupción, un asunto que le está poniendo todavía más cuesta arriba sus intentos para lograr una gran coalición PP-PSOE-Ciudadanos.
Un día antes de esta reunión, el presidente del PP y del Gobierno en funciones había admitido tener pocas esperanzas en su tan perseguido encuentro con Sánchez. Su comparecencia ante la prensa de después lo confirmó. No obstante, dijo no darse por vencido y admitió que su partido va a seguir trabajando "para que el PSOE facilite el Gobierno del Partido Popular".
"Hay que dedicarle tiempo y creo que lo hay"
, subrayó Rajoy. Antes había admitido que no se arrepentía de no haber aceptado la oferta del rey de que se sometiese a la investidura. El jefe de los conservadores sigue considerando que su gesto fue responsable porque lo contrario habría sido engañar a los españoles.
"Yo mantengo mi posición y vamos a ver cómo evolucionan los acontecimientos, pero no descarto presentarme a la sesión de investidura porque esa opción que he planteado todavía no ha sido votada en la Cámara", subrayó insistiendo en su oferta de gran coalición.
Rajoy aseguró que Sánchez no le había comentado nada respecto al documento con cinco propuestas de pactos de Estado que ayer trasladó a Rivera y al PSOE. Uno de estos pactos es contra la corrupción.
El presidente del Gobierno no pudo evitar las preguntas de los periodistas sobre corrupción un día después de que la Guardia Civil se personara en el sede del PP de Madrid, presidido por Esperanza Aguirre, para buscar pruebas en el ordenador del exgerente de la formación regional. Rajoy dijo que sobre este tipo de escándalos comparte "lo que comparten la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles". Y que, pese a que el PP ha tomado medidas al respecto en los últimos años sigue dispuesto a escuchar todo tipo de propuestas que sirvan para poner coto a la corrupción.
El jefe de los conservadores evitó hacer una defensa cerrada de Aguirre. Pero sí dejó claro que no se le acusa de nada.
Al mismo tiempo que Rajoy ofrecía la rueda de prensa, el PP de Los Alcázares (Murcia) se veía envuelto en un presunto escándalo de corrupción. Precisamente este sábado el jefe de los conservadores acudira a Murcia a un acto de partido. "¿Se siente acorralado por la corrupción?", se le preguntó. "No", respondió rotundo.
Sí hubo saludo... pese al gesto
Una anécdota previa a la reunión eclipsó gran parte de la misma. Tanto Rajoy como Sánchez le restaron importancia. Pero fue una muestra más de la frialdad y tensión con la que los protagonistas de la cita se enfrentaban a la misma. Pese a que PP y PSOE aseguran que ambos ya se habían saludado previamente, las cámaras captaron la imagen de Rajoy evitando estrechar la mano al jefe de los socialistas.
En la rueda de prensa posterior a la reunión, el dirigente cpnservador no le dio importancia.
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El Consejo Europeo consume el tiempo
El menú de los temas tratados que describió Rajoy es también una muestra de lo distanciados que están ambos líderes en lo que tiene que ver con la investidura a la que se someterá Sánchez en unas semanas. Según el jefe de los conservadores, gran parte del tiempo de esa media hora de reunión fue consumido hablando del Consejo Europeo de la semana que viene.
Rajoy admitió que este asunto había habido algo de sintonía con el socialista, pero que lo que no se podía pretender es que él viaje a Bruselas con un mandato cerrado del Parlamento porque le da muy poco margen de negociación. En este sentido recordó que las comparecencias de los presidentes del Gobierno españoles siempre han sido posteriores a estas citas europeas y no previas. Será el titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, el que el día 17 comparezca en Comisión para debatir algunos de los asuntos del Consejo que tendrá lugar un día después.
"Ni me ha pedido el apoyo ni me ha pedido que facilite nada". Quien así hablaba era el presidente del Gobierno en funciones y se refería a la persona escogida por el rey Felipe VI para que se someta a la sesión de investidura a jefe del Ejecutido. La reunión más esperada de cara a la búsqueda de un inquilino para el palacio de La Moncloa quedó reducida a un encuentro de media hora en las dependencias del Congreso de los Diputados en el que Pedro Sánchez (PSOE) y Mariano Rajoy (PP) exhibieron nula sintonía. El líder del PP sigue empeñado en que debe ser él quien gobierne y asegura no sentirse "acorralado" por la corrupción, un asunto que le está poniendo todavía más cuesta arriba sus intentos para lograr una gran coalición PP-PSOE-Ciudadanos.