Las razones que explican el endurecimiento del discurso de Pablo Iglesias

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El tono de las declaraciones públicas del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se ha endurecido últimamente. "Dar miedo", "ser creíbles" y no llevar "careta", construir "contrapoder" y "cavar trincheras" han sido sólo algunos de los postulados que el líder del partido morado ha defendido en las últimas semanas, en las que ha planteado que Podemos debe buscar un discurso "duro" y combativo que, no obstante, es contestado por una parte de la organización que se referencia en las tesis que personifica el número dos de la formación, Íñigo Errejón.

Iglesias cultiva desde hace semanas su faceta de dirigente "directo e incendiario", como se definió a sí mismo el secretario general en una entrevista. Sus últimas alocuciones, en un tono duro y brusco, han generado choques con la corriente errejonista del partido. El más sonado de estos piques se produjo hace unos días, cuando Iglesias sostuvo en Twitter que "solo los mediocres piensan que la historia nació con ellos" y acompañó su mensaje con una foto de la activista de los Panteras Negras Angela Davis, con el puño cerrado en alto y también del premier británico Winston Churchill haciendo la señal de la victoria con los dedos.

La inclusión de esta última fotografía molestó a algunos dirigentes errejonistas, que vieron en la referencia al símbolo de la victoria –el que utilizan para identificarse– una crítica directa de Iglesias a buena parte de Podemos. Pero el secretario general ha seguido lanzando mensajes públicos a Errejón, el último de ellos en el programa Espejo Público de Antena 3. Allí, Iglesias avisó a su número dos de que los supuestos "elogios" que recibe de los "adversarios" de Podemos le colocan en una situación "de enorme debilidad" a la hora de defender sus posiciones.

Pero, ¿a qué se debe la actitud belicosa de Iglesias en las últimas semanas? Los dirigentes consultados por infoLibre la achacan a varios motivos, pero entre ellos tanto pablistas como errejonistas coinciden en plantear que existe una lectura interna, que tiene que ver con cómo las diferentes corrientes y sensibilidades de Podemos están tomando posiciones de cara tanto a los procesos de elección de cargos internos y de una nueva hoja de ruta que están teniendo lugar en la Comunidad de Madrid, Andalucía y Extremadura, como al congreso estatal que tendrá lugar en unos meses y que, dentro del partido, se conoce con el nombre de "Vistalegre 2".

Los procesos autonómicos y el estatal

"Hay una parte de debate político y estratégico, pero el cambio de actitud también tiene que ver con la situación interna", afirma en este sentido un dirigente estatal cercano a Errejón, que afirma que "el proceso de Madrid o el de Andalucía, al final, forman parte del proceso que va a culminar en Vistalegre". Estas fuentes interpretan el tono y los señalamientos de Iglesias como una forma de contentar y acercarse a los militantes "más ideologizados".

En Podemos, señala este dirigente, participan de una u otra forma los votantes, los inscritos y, por último, los más militantes, quienes hacen "un activismo continuado". Y a esos últimos, sostiene, "les gusta ese tono más duro". "Pero es que una cosa son las bases y otra la gente que nos vota", se queja este dirigente, que afirma que esta estrategia de Iglesias puede "dar resultado entre las bases", pero critica que "sería un error hablar sólo hacia dentro". 

Con él coincide otro miembro del entorno de Errejón, que afirma que el congreso que se está desarrollando en varias comunidades es clave para explicar el endurecimiento en la actitud de Iglesias. "En Madrid, por ejemplo, está instalado el discurso de que si la gente de Ramón Espinar pacta con los anticapitalistas [como finalmente ha ocurrido] desequilibrarían la balanza, pero yo no lo comparto", señala este dirigente, que afirma que el hecho de que Iglesias esté lanzando mensajes en clave interna revela, a su juicio, que tiene "ciertas dudas de que el proceso de Madrid vaya a ser un paseo militar" para su corriente, liderada por el Espinar a nivel autonómico.

En cualquier caso, afirman estas mismas fuentes, "sería un error confundir este proceso con Vistalegre 2, porque tiene dinámicas diferentes, pero sí que es verdad que Pablo [Iglesias] ha puesto parte de su capital político en juego, y el resultado de Madrid va a influir" en cómo afronte el debate en el próximo congreso estatal.

"Es cierto que hay escaramuzas a nivel subestatal que operan en clave Vistalegre 2", sostiene por su parte un dirigente próximo a Iglesias, que igualmente admite que "se están marcando las posiciones" de cara a ese congreso. Otra fuente pablista señala que "es evidente que el nuevo discurso tiene una lectura interna", pero asegura, por el contrario, que no es "para ganar Vistalegre 2". "Pablo [Iglesias], internamente, ha dicho siempre lo mismo", y es ahora, cuando no hay unas elecciones a la vuelta de la esquina, cuando puede desarrollar una estrategia más a largo plazo, señalan ambas fuentes, que afirman que "no hay tanto un cambio de estrategia como un cambio de la realidad en la que opera nuestra estrategia".

El debate sobre las instituciones

Pero el endurecimiento en el discurso de Iglesias no sólo tiene que ver con una toma de posición interna, sino que también se debe al debate que está teniendo lugar durante los últimos en Podemos y que se ha intensificado en las últimas semanas a tenor de las diferentes visiones sobre cómo debe ejercer el partido su labor de oposición y también sobre si debe mantener un tono más tranquilo para atraer a nuevos votantes o si, por el contrario, el discurso ha de ser belicoso y combativo para evitar dar un giro al centro.

En este sentido, Iglesias ha dado ya muchas pinceladas de su posición en las últimas semanas, si bien una de las cuestiones que más diferencias está generando es la relativa al papel de Podemos en el Congreso. "Se pueden cambiar muchas cosas desde el Gobierno, en el Parlamento, no", señalaba Iglesias en una entrevista en eldiario.es para apoyar su argumento de que Podemos debe centrar su actividad en construir un partido "militante", enraizado en la calle y que ejerza presión desde fuera de las instituciones, aunque eso no implique desatenderlas.

"La construcción de una alternativa de Gobierno sólo puede hacerse, ahora mismo, desde la calle, porque si ahora mismo no gobernamos es porque no hemos tenido suficiente apoyo popular", argumenta en el mismo sentido un dirigente próximo a Iglesias, que señala que la formación debe conseguir representar las "demandas de la gente" sin perder el "pulso" de la calle. No obstante, fuentes errejonistas critican que "decir que no vale de nada el Congreso provoca que la gente piense 'entonces, ¿para qué los he votado?'".

A este respecto, el propio Iglesias ha mostrado su postura. "No nos creamos que por presentar una PNL que te vota el PSOE eres gobierno, porque no eres gobierno, sigues estando en el plano de la impugnación", señaló en la entrevista de hace unos días. No obstante, un dirigente próximo a Errejón critica que el secretario general busque esa "impugnación", ya que supone "arrinconar" a Podemos en un extremo y eso "le vendría muy bien al régimen".

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"Como pueblo contestatario hemos cambiado cosas, pero ahora hemos pasado de unas demandas de cambio, que existieron hasta las elecciones, a unas demandas de orden, de pónganse de acuerdo ya, y que nos situemos en un espacio contestatario es muy cómodo para el régimen", señalan estas fuentes, que aseguran que las afirmaciones de Iglesias sobre lo escasamente útil que puede ser la actividad parlamentaria de Podemos son apresuradas.

"No podemos opinar sobre si vamos a ser útiles o no en la institución porque estamos en una situación inédita, es la primera vez que una fuerza con un proyecto alternativo tiene esta potencia", señala este dirigente, que plantea que eso es precisamente lo que puede obligar al PSOE a "posicionarse". Fuentes del sector pablista, por el contrario, señalan que "es obvio que sin entrar en las instituciones no puedes inciar el cambio", pero insisten en que "si no gobiernas, puedes aspirar a conseguir que aprueben tus propuestas en el Congreso, pero su ejecución depende del Gobierno, como hemos aprendido durante este año y pico en las comunidades autónomas".

Con respecto al tono a emplear las diferencias también son evidentes entre una y otra corriente. "Hay un error de diagnóstico [de Pablo Iglesias] a la hora de saber quién nos ha dejado de votar, y eso enraiza con un error de la concepción de las clases populares que tienen algunas personas en el partido, que piensan que a las clases populares les gustan los gritos o hablar de cosas que pueden ser verdad, pero que no tienen sentido en el contexto actual", critica duramente un miembro del entorno de Errejón, que asegura que ese error de base queda reflejado en una de las expresiones más utilizadas por Iglesias en las últimas semanas: "cavar trincheras", que a su juicio conduce a una "concepción bélica" que no comparte buena parte de la población.

El tono de las declaraciones públicas del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se ha endurecido últimamente. "Dar miedo", "ser creíbles" y no llevar "careta", construir "contrapoder" y "cavar trincheras" han sido sólo algunos de los postulados que el líder del partido morado ha defendido en las últimas semanas, en las que ha planteado que Podemos debe buscar un discurso "duro" y combativo que, no obstante, es contestado por una parte de la organización que se referencia en las tesis que personifica el número dos de la formación, Íñigo Errejón.

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