Santiago Abascal no se esperaba la durísima intervención de Pablo Casado. Lo reconoció él mismo en su réplica, en la que fue incapaz de disimular su decepción y su desconcierto, pero en la que evitó volar los puentes con el Partido Popular. “Se ha unido a la brutal caricatura de Vox”, se quejó. “Ha dado una patada a la esperanza y generado una desesperanza brutal en millones de españoles que tenían una expectativa” con la unidad de la derecha. “Ha venido a colocarse en una equidistancia falsaria que no se cree ni usted”.
“Yo no te voy a devolverle (sic) con la misma moneda, respetado Pablo”, pero “me gustaría que alguna vez dijesen ‘gracias’ por haber facilitado los gobiernos” de Andalucía, Murcia y Madrid “a cambio de cero cargos. Y que se comprometiese a cumplir los pactos de gobierno”.
“Si yo fuera como usted ha demostrado”, añadió, “dejarían de gobernar mañana mismo en Murcia, Madrid y en Andalucía”. Pero “pueden tener tranquilidad respecto a la responsabilidad histórica de Vox en estos momentos”. “Lo que no se puede hacer es salir aquí a patear de manera inmisericorde a sus propios socios”.
Tal fue su sorpresa que no siquiera completó su réplica. “No voy a alimentar la zozobra en la alternativa que necesitan los españoles, no contribuiré al espectáculo que ha dado. Lo lamento y le pido que rectifique”, cortó.
Después, en al dúplica, y a la vista de que Casado mantenía sus acusaciones, ironizó sobre el “júbilo” de los diputados del PP. “La música del Titanic es la que suena en estos aplausos”.Titanic “Se han querido colocar en medio de los que actúan con ETA contra nosotros, y eso es una infamia que me indigna políticamente y me entristece personalmente. Trataremos de enmendar el inmenso error que han cometido: seguimos tendiéndoles la mano pese a todo lo que ha dicho de nosotros”.
Miucho más cómodo se encontró en el debate con Unidas Podemos. Abascal, replicó el discurso feminista de las cuatro portavoces de Unidas Podemos que subieron a la tribuna del Congreso negándoles capacidad para representar a las mujeres y tratando de desacreditar el movimiento feminista. “Son ustedes mujeres por no representan a las mujeres. Las iremos visto a ustedes y a sus compañeras gritando groserías por las calles”, pero “la gran mayoría” no son “como ustedes, no asaltan capillas, no agreden policías, no van pidiendo la muerte de la gente por la calle”. “A los menas”, que es como los ultras llaman a los niños inmigrantes no acompañados, “no les llaman sus niños”.
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Abascal las acusó de querer hacer una “caricatura” de él como un personaje “machista” pero no porque quieran, sino porque “se lo ha ordenado el ‘machito alfa”, en referencia a Pablo Iglesias. “¿A ustedes también les custodian las tarjetas del móvil? ¿Las llevan con velo a negociar el dinero con Irán?”, preguntó.
“Tienen todo mi respeto, pero no representan a las mujeres que nosotros conocemos”, sentenció. Ni “a las mujeres de nuestras familias, a las diputadas de otros grupos ni a millones de españolas ni tampoco a las niñas tutelaras y abusadas en Baleares”.
Abascal se mostró mucho más airado por las referencias de una de las portavoces moradas, Sofía Fernández Castañón, a que los diputados de Vox no saben lo que es levantar una persiana de un comercio. “¿No le da vergüenza?” Es una “caricatura burda, insultante y falsaria ¿En qué han trabajado ustedes? ¿Cómo se atreven? Nos llaman clasistas y clasista es no pagar la seguridad social a tu asistenta, que es lo que hacen algunos diputados de su grupo”, señaló en referencia a Pablo Echenique. Y recordó que él mismo levantaba la persiana del comercio de su padre a las ocho y media de la mañana.
Santiago Abascal no se esperaba la durísima intervención de Pablo Casado. Lo reconoció él mismo en su réplica, en la que fue incapaz de disimular su decepción y su desconcierto, pero en la que evitó volar los puentes con el Partido Popular. “Se ha unido a la brutal caricatura de Vox”, se quejó. “Ha dado una patada a la esperanza y generado una desesperanza brutal en millones de españoles que tenían una expectativa” con la unidad de la derecha. “Ha venido a colocarse en una equidistancia falsaria que no se cree ni usted”.