El crecimiento es "suave", a pesar de la explosión de casos notificados el día previo que se ha dado a conocer este jueves (2.935 positivos), pero España se encuentra, si no en una segunda ola, en un "riesgo importante" frente al covid-19. Así lo ha reconocido el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón. Aragón está en una fase de estabilización próxima al descenso y en Cataluña ya bajan con fuerza los nuevos contagios detectados, pero en la mayoría de comunidades están al alza y en regiones como Madrid y Euskadi se produce una rápida progresión que puede adelantar medidas más severas de confinamiento en las próximas semanas. Los datos son similares a los registrados por el país a finales de abril, con dos diferencias clave: en aquel momento la curva era de bajada, no de subida, y la cifra actual se acerca mucho más a la realidad epidemiológica por la mejora en el rastreo y la cantidad notable de test PCR que se realizan.
España se encuentra, por lo general, en una "subida suave que permite la implementación de medidas de control de manera mas seria y controlada", ha explicado Simón este jueves. Puso de ejemplo el caso de Aragón y Cataluña: las administraciones autonómicas han llevado a cabo restricciones que han permitido despejar el horizonte con eficacia, aunque aún queda mucho por transitar. Pero mientras ambas regiones bajan sus cifras, otras comunidades están rápidamente subiendo al carro de las más afectadas por el covid-19 desde que se completó el desconfinamiento. Destacan Madrid y Euskadi con amplia diferencia, aunque también llevan ritmos peligrosos Navarra, Baleares, Andalucía o, de manera incipiente, Extremadura. Los responsables sanitarios de esta última comunidad han vuelto a sacar a la palestra la expresión segunda ola, aunque el director del Ccaes sigue reticente a usar el término, toda vez que la situación, pese a ser preocupante por el riesgo de transmisión comunitaria desbocada en determinadas zonas, es muy alejada a la de marzo: detectamos muchísimos más casos, la mitad de ellos asintomáticos. La cifra probablemente aún se aleje de la realidad, pero no tanto como en la explosión primaveral de la pandemia en España, cuando el sistema de vigilancia epidemiológica colapsó.
Los datos de notificaciones durante el día previo son los que acaparan más titulares, pero no permiten establecer una evolución fiable, porque en muchas ocasiones a las regiones no les da tiempo a incluir toda la información en el sistema informático con el que se comunica con Sanidad. En España se comunicaron este jueves 2.935 positivos con diagnóstico del día anterior, frente a los solo 1.690 del miércoles, pero ese día la Comunidad de Madrid no incluyó sus cifras por problemas técnicos. Si acudimos a los casos detectados con fecha de inicio de síntomas en los últimos 7 días, la evolución es más lenta, pero más constante, con apenas efectos fin de semana: 4.113 notificados este jueves, frente a los 3.908 del miércoles y los 3.520 del martes. En los últimos 14 días se han comunicado 49.249 casos, 3.517 al día, con una incidencia acumulada que ha subido de 96,82 a 104,73. Cada vez se hacen más test PCR y se detectan contagios que antes pasabban inadvertidos, sí, pero ningún responsable, ni estatal ni autonómico, niega que el coronavirus sigue ganando terreno en este país pese al respiro en Aragón y Cataluña.
En la Comunidad de Madrid, la progresión está siendo muy rápida y muy preocupante. Comunicaron al Ministerio de Sanidad 842 positivos notificados durante el día previo. El pasado viernes fueron 567, y a finales de julio registraban 372. La incidencia acumulada, que mide el número de positivos en comparación a la población, ya ha superado a la de Cataluña y se sitúa, en esta última actualización, en 162,35, en relación con los casos diagnosticados en las últimas dos semanas. En la semana el 27 de julio al 2 de agosto estaba en 62,18. Es la comunidad autónoma que más positivos ha aportado al recuento total: la sigue, a bastante distancia, Euskadi, con 545, aunque con una incidencia mayor por su población reducida. En el País Vasco el crecimiento también se acerca a lo exponencial: no registraban una cifra diaria tan alta desde finales de marzo, en pleno confinamiento, y la explosión apenas se ha visto venir: hace justo una semana rondaban los 400 contagios identificados y, en julio, el número más alto fue 158. El Gobierno vasco ya está estudiando nuevas medidas de contención. Aunque, eso sí, detectan muchos más asintomáticos.
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Otras comunidades también están cogiendo carrerilla y, si bien el covid-19 aún no ha trasladado la presión de manera significativa a sus centros hospitalarios, la progresión no es buena. Andalucía ha notificado a Sanidad 217 casos el día previo, doblando los registros de hace dos semanas, con especial incidencia en Málaga y Almería y con brotes en el ocio nocturno y en el sector agrario. Extremadura empezó el mes con apenas 20 casos y y ha doblado la cifra, aunque la incidencia (34,75) aún no es destacada y la comparación con marzo que ha hecho el Gobierno autonómico tiene muchos matices. En Baleares, al igual que en otras comunidades como Cataluña, hay una diferencia amplia entre los casos diagnosticados el día previo y los de los últimos 7 días, porque los responsables no llegan a tiempo para introducir los datos. Pero si acudimos a los diagnosticados en los últimos 14 días, una estadística más fiable, la evolución es brutal: de los 691 del lunes (de esta semana) a los 1504 de este jueves. Más del doble en tres días. Navarra, por su parte, sigue con un leve crecimiento, bordeando los 200 positivos diarios.
En el capítulo de buenas noticias o, al menos, de noticias esperanzadoras, Aragón sigue con su estabilización, aunque aún no se puede hablar de caída clara. Siguen con cifras altas, similares a las obtenidas a finales de julio, pero algo más lejos de su pico de 614 positivos diarios comunicados el 4 de agosto. En Cataluña, con un importante desfase en sus cifras, los números de diagnosticados en los últimos 14 y 7 días caen, así como la incidencia acumulada en todas las provincias. Simón ha puesto a ambas regiones de ejemplo a la hora de asegurar que no parecen ser necesarios confinamientos como los de marzo para mantener a raya al virus cuando se descontrola: pero sí medidas más estrictas que las que han tomado, por ahora, las comunidades que ven despegan sus números de positivos. Por otro lado, se sigue detectando un porcentaje de asintomáticos considerable, lo cual indica que se detecta mucho más que en marzo. Y una parte de los crecimientos que hemos relatado tienen que ver con las mejoras en la capacidad de vigilancia epidemiológica.
Sin embargo, otra parte de los aumentos en las cifras tiene que ver, sencillamente, con que el virus está más presente que en junio y julio en nuestro país. Así lo indica la tasa de hospitalizaciones, que crece no de manera explosiva pero sí continua en la mayoría de comunidades autónomas: solo Aragón y Cataluña, previsiblemente, notarán una menor presión asistencial en los próximos días. También ha crecido el número de fallecidos: de 70 en los últimos siete días este jueves a 16 a principios de mes. Y el porcentaje de positivos por test ha crecido del 1% a principios de julio al 7% de la actualidad, una remontada inédita en Europa, como refleja Our World in Data. Pese a que en el noreste español las aguas parecen volver a su cauce, la situación del resto del país sigue escalando, y cada vez parece más lejano ese septiembre con transmisión comunitaria "mínima" que se marca de objetivo Fernando Simón, vital para unas vueltas al cole y al trabajo razonablemente seguras.