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Sanidad

Recortes en atención primaria: "No puedo trabajar con calidad porque no tengo suficiente tiempo"

Sala de espera en un centro de salud.

Una carta publicada en un blog que se hace viral, un tuit indignado, un vídeo en el que se denuncia en clave de humor las consultas a contrarreloj... cada vez son más los profesionales del servicio de atención primaria, el primer nivel asistencial, que hacen públicas en las redes sociales las situaciones que viven en su día a día en los puntos de atención continuada, consultorios y centros de salud en los que trabajan. ¿El objetivo? Visibilizar los efectos de los recortes de los últimos años y poner el acento sobre las consecuencias que pueden tener tanto para la salud de la población como para la sostenibilidad del sistema a medio y largo plazo. 

La última profesional en lanzar la voz de alarma a través de las redes sociales ha sido la doctora Ina Idarreta Mendiola, con una trayectoria laboral de 35 años, 25 de ellos ejerciendo de médica de cabecera en un mismo centro de salud del País Vasco. En una carta hace un relato de "un día de trabajo como cualquier otro día de los últimos años" el que, por diferentes circunstancias, faltan tres de los ocho médicos del turno de mañana. Asegura que ese texto "podría haber sido escrito cualquier médico que trabaje en atención primaria, sea cual sea su edad, experiencia, ubicación o tipo de contrato". 

Idarreta Mendiola explica que como ninguno de sus compañeros es sustituido, el resto de médicos, a pesar de tener la agenda completa con diez minutos por paciente, tienen que recibir a los enfermos asignados a los ausentes, hacer visitas en domicilios y atender las "consultas extras urgentes". Una sobrecarga de trabajo que, ese día, la hizo sentir "desbordada". "Mi pretensión es recabar adhesiones para que quien deba saberlo sepa que no es un problema aislado y que requiere respeto, escucha, atención y solución", señala.

"Os aseguro que quiero trabajar; que me gusta mucho mi profesión; quiero ser verdadera puerta de entrada al sistema; que quiero respetar el deseo de no ingresar y morir en casa, plantear la terminalidad y atenderla, escuchar los problemas que causan esa ansiedad por la que consulta una persona, estudiar y procurar estar al día, reunirme con los compañeros para sesiones clínicas o para mejorar la gestión, hacer un buen seguimiento de los tratamientos... Lo he hecho durante años y cualquiera lo puede constatar. Ahora no puedo hacerlo con calidad porque no tengo suficiente tiempo ni reconocimiento que me anime a seguir mejorando", puede leerse también en su carta. 

Idarreta Mendiola dice que esta no es una cuestión personal y que no quiere "ningún protagonismo añadido". "He querido hacer pública la situación de la atención primaria para que llegue a quien tiene que llegar y quiera coger el guante. Este servicio merece una verdadera apuesta porque es el que puede contribuir de forma importante a la sostenibilidad del sistema público de salud", asegura a infoLibre. Hasta este miércoles 1.647 personas habían respondido a su carta, de las que el 99,5% compartían el relato expresado por ella. 

Lo cierto es que entre los expertos existe el consenso de que la atención primaria, que ejerce de filtro y vínculo de unión con la asistencia hospitalaria, es la columna vertebral de la atención sanitaria. Sin embargo, ha sido el área más maltratada en los años de recortes. Vicente Matas, vocal de Atención Primara Urbana de la Organización Médico Colegial, la institución que agrupa a todos los colegios de médicos de España, asegura que situaciones como las denunciadas por la doctora Idarreta Mendiola han dejado de ser tan excepcionales como deberían y son cada vez más recurrentes incluso fuera de períodos de vacaciones o de picos de demanda.

Según Matas, en esta situación ha tenido mucho que ver las restricciones presupuestarias de los últimos años. Entre 2010 y 2014, de cuando son los últimos datos desagregados disponibles, la inversión sanitaria pública total se recortó un 10,7% (de 69.400 millones a 61.947 millones). En atención primaria el tijeretazo fue del 14,7% (de 10.596 millones a 10.045). "Menos presupuesto significa plantillas más debilitadas y explica algunos datos como que el 40% de los facultativos de atención primaria tengan asignados cupos de 1.500 pacientes o más, lo que supone una media de cuarenta citas por jornada", explica este facultativo.

91 pacientes 

Ángel López Hernanz, médico desde hace 25 años en el pueblo sevillano de Cañada Rosal (3.300 habitantes), también ha utilizado las redes sociales para denunciar los recortes de personal y la no sustitución de las ausencias. Asegura que el pasado 31 de julio, cuando se incorporó al trabajo tras las vacaciones, tenía 48 pacientes "sin cita" además de los 43 citados en su lista. "En un pueblo como el mío estamos dos médicos. Cuando uno se ausenta por vacaciones o baja laboral el que queda tiene que atender a toda la población porque no hay sustituciones", asegura. 

 

A su juicio, sería imprescindible que al menos en periodos como vacaciones las ausencias fueran reemplazadas. Asegura que él puede salir del paso de estos momentos de colapso porque, como conoce a la historia clínica y personal de la mayoría de los pacientes, puede atenderlos en menor tiempo. No obstante, sí sostiene que la saturación de las agendas tiene implicaciones. Por ejemplo, no puede llevar a cabo programas de prevención sobre la diabetes, el abuso del tabaco y el alcohol o la importancia de la buena nutrición en los niños... "Las consecuencias de esto posiblemente las veremos a medio y largo plazo porque la prevención evita costes humanos y económicos", asevera. 

Colectivos como 1 cada 8 horas también ponen el foco, con un toque de humor, en la situación de sobrecarga laboral que sufren los profesionales de la atención primaria. Con vídeos difundidos a través de YouTube han denunciado las consultas a contrarreloj, han criticado la falta de personal sustituto durante las vacaciones o han intentado desmontar la "coartada" de las gerencias sobre la dificultad de encontrar suplentes explicando las precarias condiciones que ofrecen.

"Queríamos mostrar en formato audiovisual todo aquello que no se discutía en la facultad ni en consulta ni en los medios de comunicación y romper así con la individualización que se produce en nuestro gremio", explica Carlos Navarro, miembro de este colectivo creado hace un año por médicos residentes, pero al que se han ido sumando después otros profesionales de dentro y fuera del ámbito sanitario. A su juicio, los recortes de los últimos años "han acelerado la hoja de ruta de empeoramiento de los servicios públicos". 

En cuestiones concretas, Navarro explica que explica que estas restricciones presupuestarias se hacen visibles en cuestiones concretas como las "irrisorias" cifras de sustituciones de enfermería y medicina en los centros de salud, que hacen que las consultas por un mismo profesional se dupliquen e incluso se tripliquen; el aumento de incentivos centrado en el ahorro "bajo criterios economicistas que raramente tienen que ver con una mejora de la calidad asistencial"; o los contratos cada vez más precarios, muchas veces incluso de un día o de cinco días, de lunes a viernes, para evitar cotizar por ellos el fin de semana. 

 

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Los recortes en atención primaria chocan también con el aumento en la longevidad de la población, que está relacionado con una mayor incidencia de dolencias crónicas (diabetes, cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, afecciones pulmonares, dolencias psiquiátricas...) en cuyo tratamiento en muy importante el papel de este primer nivel asistencial. De ahí que las fuentes consultadas mantengan que los recortes en este servicio son pan para hoy y hambre para mañana, pues el paciente que tiene una buena atención en un centro de salud necesita menos de otros servicios. 

"Al final los pacientes acaban recalando en los hospitales encareciendo un servicio que de otra manera sería más eficaz y económico", señala Matas. En 2015, según el barómetro que publica el Ministerio de Sanidad, apenas el 26,2% de los pacientes que acudieron al servicio de urgencias de un hospital público lo hicieron por indicación de su médico de cabecera o desde el servicio de urgencias de atención primaria. 

En este sentido, Carlos Navarro, del colectivo 1 cada 8 horas, recuerda la retirada de la atención normalizada a los inmigrantes que están en situación administrativa irregular como uno de los recortes "más flagrantes" que se han producido en los años de crisis. "Este medida se llevó a cabo bajo la premisa de un supuesto ahorro que ni es cierto ni es justo. El hecho de que estas personas solo puedan ser atendidas en urgencias dificulta enormemente su seguimiento y supone un aumento de los costes", subraya. 

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