“¿Ha decidido ya a qué partido votará?”. El 31% de los votantes responde que no. Este alto volumen de población es el objeto más deseado en la recta final de la campaña de las elecciones europeas del próximo domingo. Ellos serán los que decidan finalmente cómo terminará de configurarse un mapa electoral muy abierto y en el que los sondeos apuntan a una empate técnico ahora mismo entre el PP y el PSOE.
Las elecciones europeas tienen sus propias características y suelen registrar un porcentaje de participación inferior al de unas generales. Lo habitual es que esté por debajo del 50% si no coincide con las elecciones municipales. Además, se impregnan de un espíritu diferente, ya que muchos ciudadanos apuestan por voto de castigo y por partidos emergentes. Otro de los factores que marca esta batalla es que se trata de un sistema de circunscripción única.
En los cuarteles generales de los partidos están obsesionados con ese alto porcentaje de indecisos y lanzan sus mensajes para ellos. Los socialistas han acentuado el discurso contra la ultraderecha y las propuestas verdes o feministas que pueden también atraer a votantes del espacio a su izquierda y de algunos nacionalistas, mientras que Yolanda Díaz marca las diferencias con el PSOE para que no haya fuga hacia Pedro Sánchez. La competición por esos indecisos se ve todos los días en los discursos de la derecha, con el PP endureciendo el tono ante la resistencia de Vox, en tanto que Santiago Abascal busca captar tanto de los populares como frenar a posibles votantes de Se acabó la fiesta.
La decisión del voto, cada vez más in extremis
Los partidos tienen la experiencia del pasado 23 de julio cuando las encuestas fallaron y muchos de los equipos demoscópicos advirtieron de que todo cambió por los últimos días de campaña, que cada vez pesan más entre los electores. En el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas hecho público este lunes se refleja que el 20% de los ciudadanos decide su voto durante esta última semana de campaña. Pero no se queda ahí el fenómeno: el 6,8% escoge durante el día de reflexión y hasta un 7,2% se iluminará el mismo 9 de junio.
Por eso, como confiesan fuentes del PSOE y de Sumar, hay que aprovechar la campaña hasta el último minuto del viernes y continuar con la tendencia que se detecta de subida de las opciones progresistas frente al Partido Popular. “A nosotros se nos suele dar muy bien la última semana”, comentan fuentes de Ferraz. También en el entorno de Yolanda Díaz creen que van hacia arriba y que, en cambio, a Alberto Núñez Feijóo se le hacen largos estos días hacia las urnas. El Gobierno salió en tromba este lunes para criticar las declaraciones del líder del PP en las que abre la puerta a una moción de censura contra Pedro Sánchez, lo que supondría un pacto a tres bandas entre el PP, Vox y Junts.
Y esa tendencia de que importen cada vez más los días finales ha hecho también que tanto Pedro Sánchez como Yolanda Díaz se impliquen personalmente en la campaña con actos a lo largo y ancho de toda España con el objetivo también de activar al votante progresista para que no se quede en el sofá después de haber logrado conservar el Palacio de La Moncloa tras las pasadas elecciones del 23 de julio.
Sobre fugas y tapones de votos
En esta pugna de la recta final se juegan especialmente mucho Sumar y Vox, que quieren arañar votos a sus grandes competidores. Los partidos de Santiago Abascal y de Yolanda Díaz aparecen en el estudio preelectoral del CIS como las “segundas opciones” mejor posicionadas si los votantes tuvieran que coger otra papeleta.
En esta pugna por los votantes, según el sondeo de 40dB para El País y la Cadena Ser publicado también este lunes evidenciaba que el Partido Popular, que es el favorito, se nutre principalmente de antiguos votantes de Ciudadanos, pero se encuentra una fuga en estos momentos de un 13% de sus electores de 2019 hacia Vox. En esa lucha en ese espacio, los de Santiago Abascal pierden un 8% hacia el PP, pero, sobre todo, se encuentra con otro fenómeno: más de un 5% de los que le apoyaron en las anteriores europeas ahora se va con Se acabó la fiesta.
Según este estudio, los socialistas tienen ahora mismo el mayor grado de fidelidad entre sus votantes (algo en lo que le solía ganar el Partido Popular). Las pequeñas fugas van principalmente a Sumar mientras que el PP apenas consigue arrancarle voto a pesar de su intento de utilizar la amnistía para pescar entre los “socialistas desencantados”. Además, se detectan movimientos de votantes nacionalistas hacia Pedro Sánchez. En el espacio de las izquierdas, Podemos consigue retener a más votantes de las anteriores europeas (un 47%) que los que se van a Sumar, un poco menos del 30%.
Las mujeres, el gran apoyo de las fuerzas progresistas
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Como pasó en el 23 de julio, también los sondeos apuntan a que las mujeres son ahora mismo el gran motor de las fuerzas progresistas. En el barómetro del CIS, el voto femenino se decanta principalmente por las fuerzas de izquierdas (sumando más del 35% de intención de apoyo entre el PSOE, Sumar y Podemos), mientras que ese porcentaje baja al 28,7% entre hombres. En cambio, el índice se dispara entre los electores masculinos hacia las opciones de derecha y extrema derecha (suman un 40,4% aquellos que declaran que cogerán las papeletas del Partido Popular, Vox y Se acabó la fiesta). En cambio, esa cifra baja hasta casi catorce puntos cuando se pregunta a las mujeres por esas formaciones (con un 26,6%).
Por franjas de edad, los votantes más jóvenes tienen al PSOE como fuerza favorita, con un 17% de intención directa de voto, pero las opciones de las derechas en conjunto les atraen mucho más, con un 35,4% entre las tres formaciones, frente al 24,2% de socialistas, Sumar y Podemos. Uno de los fenómenos que se detecta es que el apoyo a la extrema derecha consigue sus mejores cotas en todos los grupos de edad por debajo de los cuarenta años (Vox llega al 12,2% entre los nuevos electores mientras que apenas supera el 4% entre los mayores de 75 años).
Los socialistas logran especialmente grandes bolsas de apoyo entre los mayores de 65 años (con porcentajes de apoyo por encima del 38%), mientras que flojean entre aquellos que tienen entre 25 y 34 años. El PP es especialmente competitivo entre lo que han cumplido más de 75 años (con un 27,3%) y sufre especialmente entre los jóvenes. Sumar está más fuerte entre los que tienen 25 y 34 años (con un 7% de intención de voto) y se desinfla especialmente entre los mayores (solo cuenta con un 1,5% entre los mayores de 75 años). Respecto a Podemos, ahora mismo tiene su mejor caladero entre aquellos comprendidos entre los 64 y 75 años, con un 3,9%.
“¿Ha decidido ya a qué partido votará?”. El 31% de los votantes responde que no. Este alto volumen de población es el objeto más deseado en la recta final de la campaña de las elecciones europeas del próximo domingo. Ellos serán los que decidan finalmente cómo terminará de configurarse un mapa electoral muy abierto y en el que los sondeos apuntan a una empate técnico ahora mismo entre el PP y el PSOE.