El número de jugadores que apuestan en locales de juego de azar aumenta progresivamente con la expansión de casas de apuestas en las zonas vulnerables de las ciudades y, con ello, la cantidad de ludópatas crece también. ¿Qué normativa existe sobre este tipo de negocio? ¿Hay estadísticas o datos transparentes sobre las licencias, los usuarios y su perfil? ¿Cuál es la respuesta social? ¿Hay tratamientos de la sanidad pública destinados a la ludopatía? ActivaT abogad@s y Traficantes de Sueños organizaron una charla este miércoles para responder a estas preguntas y combatir así el problema.
"Estamos planteando propuestas", comenta Silvia González, representante de la Federación regional de asociaciones vecinales de Madrid. El 13 de diciembre los vecinos se reunirán en el Ayuntamiento de Madrid con cuatro concejales (el de Ordenación Territorial; el de Salud, Seguridad y Emergencias; el de Economía, y el de Desarrollo Urbano Sostenible) para tratar aspectos como el control de licencias o la publicidad.
Silvia González propondrá un control riguroso de la entrada de menores en estos locales, comprobación del registro de jugadores prohibidos –"ya que se incumple"–, así como una publicidad de los datos (esto es, tener "datos objetivos relacionados con las casas de apuestas"). "Vamos a pedir creación de zonas de protección a población vulnerable, igual que hay zonas de protección acústica", señala la representante de la federación. Añade la proposición de limitar las distancias entre establecimientos dedicados a las apuestas o entre locales de juego y centros educativos, y aboga por tomar el modelo de publicidad del tabaco como ejemplo para las apuestas: "Prohibición total en medios de comunicación y más en horario infantil". "La idea es avanzar a la regulación y la movilización social", sostiene González.
"La problemática de las casas de apuestas afecta con la crisis económica a barrios obreros. Tratamos el asunto porque refleja los años 80 y el boom de la droga en esos barrios, que acabó con muchas personas", asevera la abogada Anabel Segado, que presentó el evento. Según los datos de la Comunidad de Madrid, los locales de juego de azar se instalan sobre todo en el eje sur-este de la capital española, donde se encuentran los ingresos per cápita más bajos.
"Se inicia con Esperanza Aguirre –opina la presentadora sobre el origen de esta problemática– porque fue la primera en abrir la veda en el año 2006. En el 2011, el Gobierno de Zapatero reguló el juego por internet, poniendo (en teoría) coto a su extensión y a su despliegue, pero evidentemente normalizándolo y haciéndolo como una cuestión económica normal", relata Segado. De 2015 a 2017, el número de locales se ha duplicado, según los datos de la abogada. "Y los barrios obreros son la presa idónea porque cumplen el doble objetivo de desarticular la respuesta colectiva de indignación por las circunstancias de explotación y porque juegan con el anhelo de independencia económica", denuncia la ponente.
El juego es una vía de escape en situaciones precarias, menciona Bayta Díaz, psicóloga de la Asociación de prevención y ayuda al ludópata (APAL). Según el estudio clínico de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), dependiente del Ministerio de Hacienda, la mayoría de los apostantes patológicos caen en el juego por la muerte de un familiar (53%) o por tener problemas económicos (45%).
La psicóloga, además, señala este "juego" como generador de pobreza. Y aboga por el uso del término "gamblificación": mientras que en inglés se diferencia entre el concepto game (juego como actividad de ocio) del gamble (apuestas, juego con factor económico), en español no se realiza esta distinción, se invisibiliza así la relación de ocio y pobreza que supone. En los casos de ludopatía, entre las consecuencias aparece la destrucción de patrimonio, robos o el abandono de los estudios. A esta situación llegan los apostantes impulsados por los referentes sociales –que normalizan esta actividad–, la publicidad y el tratamiento en los medios de comunicación, y la ilusión de profesionalización, mediante escuelas, foros o la falsa sensación de control.
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La preocupación de las ponentes se centra también en la edad del consumidor: "El grupo de 18 a 25 años es el que más crece en altas en la asociación", asegura Bayta Díaz, que explica que un 6,4% de los jóvenes entrevistados en centros educativos han apostado por Internet y un 13,6% lo ha hecho en locales según el informe Estudes. La psicóloga, que describe este tipo de ludópata como jóvenes que apuestan online (es decir, en cualquier lugar, no se limita a los locales especializados) y cuyo periodo de latencia –desde que apostaron por primera vez hasta ser patológicos– ha disminuido, declaró a este diario en septiembre que en la asociación atienden a casos desde los 16 hasta los 80 años pero que "es habitual que la mayoría de jugadores se iniciaran en la adolescencia". La preocupación que exponen es tanto la caída de la media de edad como el aumento de número de altas en la asociación, ya que critica la falta de tratamiento de ayuda al ludópata en la sanidad pública.
Mientras las asociaciones piden medidas regulatorias, España, de momento, se ha escudado en el "juego responsable". Algunas comunidades están desarrollando normas restrictivas dirigidas a las licencias de locales para evitar el crecimiento masivo de este tipo de establecimientos. La mayoría de comunidades establece una distancia mínima entre ellos o respecto a dependencias juveniles. Es el ejemplo de Murcia, que exige 400 metros entre locales; de Aragón o de Andalucía (300 y 100 metros respectivamente). La Comunidad de Madrid no es el caso. La Consejería de Economía de la Comunidad se respalda en que aquellas comunidades autónomas con mayor regulación –como puedan ser Murcia, Baleares o Canarias– tienen, a pesar de esto, un número mucho mayor de salones de juego que Madrid en relación con el nivel de población.
Por su parte, la DGOJ anunció este lunes la composición del Consejo Asesor del Juego Responsable para orientar "la formulación, seguimiento y ejecución de sus políticas públicas en lo que respecta a juego responsable". Constará con representantes de Sportium, Luckia y Wanafet, tres empresas dedicadas a las apuestas deportivas.
El número de jugadores que apuestan en locales de juego de azar aumenta progresivamente con la expansión de casas de apuestas en las zonas vulnerables de las ciudades y, con ello, la cantidad de ludópatas crece también. ¿Qué normativa existe sobre este tipo de negocio? ¿Hay estadísticas o datos transparentes sobre las licencias, los usuarios y su perfil? ¿Cuál es la respuesta social? ¿Hay tratamientos de la sanidad pública destinados a la ludopatía? ActivaT abogad@s y Traficantes de Sueños organizaron una charla este miércoles para responder a estas preguntas y combatir así el problema.