Dos meses después de las elecciones España sigue sin Gobierno. En público los partidos se pronuncian con cautela y el PSOE mantiene que las negociaciones avanzan a buen ritmo. Su candidato, Pedro Sánchez, insiste en su empeño de lograr la investidura. Otra cosa es en privado, donde nadie descarta que se repitan las generales: un escenario inédito en España con derivadas en todos los ámbitos.
Una de las consecuencias de esa hipotética nueva votación sería la necesidad de afrontar otra campaña electoral, un gasto imprevisto para los partidos que supondría un verdadero quebradero de cabeza para algunas formaciones. Y es que por ejemplo el PP perdió el 20-D algo más de 3,5 millones de votos y 63 escaños, mientras que los socialistas se dejaron 1,5 millones de apoyos y 20 escaños con respecto a noviembre de 2011.
En la práctica eso se traduce en una importante reducción de los ingresos públicos a los que los dos grandes partidos tienen derecho. El Estado entrega 21.167,64 euros por cada escaño, sea en el Congreso o en el Senado. Además, las organizaciones reciben 0,81 euros adicionales por cada voto al Congreso siempre que obtengan al menos un acta en la circunscripción, y 0,32 euros extra por cada sufragio recibido por sus senadores electos.
Más acuciante es la situación de IU, que afronta un duro plan de ajuste que incluye recortes de plantilla tras perder 9 de sus 11 diputados en diciembre. Además del descenso de ingresos al pasar de casi 1,7 millones de votos en 2011 a poco más de 900.000 en 2015, la candidatura de Alberto Garzón, al no haber constituido grupo parlamentario, no recuperará el dinero empleado en los envíos de papeletas y propaganda.
El motivo es que el Estado sólo abona esa cantidad a los partidos que logran grupo propio. IU-Unidad Popular se quedará, por tanto, sin los 0,18 euros por elector que se pagan para compensar los gastos de envío de publicidad electoral. Sólo en la Comunidad de Madrid, con un censo de 4,6 millones de electores, la pérdida puede superar los 800.000 euros –aunque sólo se reembolsan los gastos realmente efectuados–.
Entre los nuevos partidos, Podemos y Ciudadanos, las situaciones son dispares. El partido de Pablo Iglesias se dice satisfecho con los microcréditos con los que financió su campaña. La formación de Albert Rivera, pese a su compromiso con la transparencia en público, no respondió a las preguntas de este diario. C's pidió para el 20-D un crédito basado en un cálculo de que obtendría 60 escaños y no los 40 que finalmente consiguió, por lo que podría tener más dificultades ante unos nuevos comicios.
¿Podrían los partidos afrontar una nueva campaña electoral? ¿Cuánto gastaron para el 20-D y con qué presupuesto contarían ahora? ¿Qué recortes de gasto han decidido para intentar cuadrar sus cuentas? Esta es la situación de las cinco principales formaciones que concurrieron a las generales de acuerdo con las fuentes consultadas por infoLibre.
PP
El PP fue el único partido que no hizo público su presupuesto para la campaña de las generales. También fue el único que no comunicó cuánto gastó en las municipales y autonómicas de mayo de 2015. Fuentes de la formación se limitaron a decir que el desembolso estaría por debajo del límite que marca la ley. "Vamos a hacer una campaña limpia y económica", prometió el director de campaña, Jorge Moragas.
Moragas también señaló que los conservadores tenían el compromiso de comunicar de forma "transparente" las cifras de gasto una vez celebrada la cita electoral. Sin embargo, y a preguntas de infoLibre, el partido no precisó esta semana cuál fue su gasto en la campaña del 20-D. El PP tampoco indicó cuál es su presupuesto para 2016. Las últimas cuentas aprobadas y publicadas en su web son las de 2014.
En ese ejercicio el PP ingresó 71,9 millones de euros, de los que 58,2 millones eran de origen público y los restantes 13,6 procedían del ámbito privado, fundamentalmente de cuotas y donaciones de afiliados y simpatizantes. Los conservadores tuvieron gastos en ese ejercicio por valor de 64,3 millones, cantidad de la que la mayor parte correspondió al personal (30,9 millones) y a servicios externalizados (30,8 millones).
Fuentes del partido señalaron que "hasta que no se estabilice la situación" y se aclare la cuestión de la gobernabilidad es imposible saber qué ingresos y gastos deberán afrontar en 2016. "Es un misterio, porque no sabemos lo que va a pasar", apuntaron. Los conservadores no precisaron si se verán obligados a acometer recortes de personal para compensar la caída de ingresos públicos por sus resultados electorales.
En cualquier caso, agregaron que unas nuevas elecciones "claro que serían un problema" y razonaron que lo serían "para todos los partidos, porque es un gasto imprevisto". Así, estas fuentes recordaron que las campañas electorales como tal "están subvencionadas" y que no plantean demasiados problemas para sus cuentas, pero advirtieron de que por ejemplo la precampaña va "a cuenta del partido".
PSOE
El partido afirmó que se gastaría en la campaña 9 millones de euros. Según el secretario de Organización, César Luena, esa cantidad era un 30% inferior a la desembolsada en los actos para las generales de 2011. Entonces el PSOE invirtió un total de 22 millones de euros, incluyendo los pagos del PSC –que se fiscalizan por separado– y sumando las operaciones ordinarias (14,6 millones) y los envíos de propaganda (7,4 millones).
Fuentes socialistas consultadas por infoLibre señalan que el partido está aún "contabilizando todos los gastos realizados en la campaña". Para financiarlos el PSOE pidió un crédito, aunque no desveló ni el importe de esa operación ni la entidad con la que la contrató. Estas mismas fuentes añaden que una vez esté "todo debidamente contabilizado" se remitirán los informes al Tribunal de Cuentas y se publicarán en la web del partido.
Sobre la posible repetición de elecciones, desde el PSOE se asegura que, "siempre que se cumplan los presupuestos y que no incluyan déficit", la repetición de los comicios "no debería suponer un problema económico". Se admite, eso sí, que la formación debería seguir aplicando la "política de contención del gasto" en materia de gasto electoral que, afirman, se ha seguido "en los últimos procesos electorales".
Y es que la caída continuada de los socialistas en las urnas se ha traducido en una reducción de su presupuesto que se ha acentuado en las cuentas para 2016, aprobadas en el Comité Federal del 30 de enero. El partido cuenta este año con 40,8 millones frente a los 49 millones de un año atrás (-16,8%). Por ello habrá recortes, especialmente en recursos humanos (de 18,3 a 16,6 millones) y gastos sociales (de 2,6 millones a 52.000 euros).
Según fuentes del partido, no se prevén "recortes adicionales de personal" porque en los últimos tres años el partido realizó un ERE. El motivo del citado recorte en el presupuesto de la plantilla, apunta el PSOE, es que contará con "un número menor de personas" dado que es un "año no electoral". El ajuste de 1,6 millones se repartirá entre el personal de la dirección ejecutiva –555.000 euros menos– y el resto de la organización.
El recorte en la partida de gastos sociales, que de acuerdo con fuentes socialistas consultadas por este diario se refiere a conceptos que "no son salarios de la partida de personal", tales como "seguros de vida y accidentes, uniformes y formación", se debe a que, hasta este año, se ha incluido en ella "el coste de los planes de rentas para los trabajadores afectados" por el ERE, que concluyó en 2015.
Además, la partida destinada al pago de la deuda destaca como la segunda más importante, sólo por detrás de la de los gastos de personal. En las cuentas para 2016 del PSOE alcanza los 8,1 millones de euros, un 19,8% del presupuesto total. En 2015, el partido pagó otros 10 millones de euros por este concepto, en 2014 fueron 5,7 millones, en 2013 la partida fue de 6 millones y en 2012 de 5 millones.
Podemos
La formación de Pablo Iglesias tenía previsto gastar unos dos millones de euros, según explicó en diciembre su responsable de Finanzas, Segundo González. Sin embargo, un portavoz del partido respondió este jueves a preguntas de infoLibre que, a falta de cerrar definitivamente la contabilidad electoral, "los gastos efectuados finalmente rondarán los 2,7 millones".
El motivo de ese incremento, agregaron fuentes de la formación morada, es que la campaña de microcréditos logró recaudar 2,8 millones de euros. En concreto, los simpatizantes de Podemos que se sumaron a esa campaña aportaron entre 100 y 10.000 euros, y el partido se comprometió a devolver esas cantidades una vez reciba la subvención del Estado que le corresponde por sus resultados electorales.
Fuentes de Podemos aseguran que, de repetirse las elecciones, se mantendría el rechazo a los créditos bancarios y que se contaría para financiar los actos de partido con "el anticipo del 30% del gasto efectuado en la campaña del 20-D (la ley permite a los partidos solicitar esa cantidad de forma previa), con los primeros ingresos de las subvenciones de funcionamiento y con los microcréditos".
En última instancia, y únicamente "si fuera necesario", Podemos no descartaría recurrir a un crowdfundingcrowdfunding, o aportaciones voluntarias de simpatizantes que, en este caso y a diferencia de los microcréditos, no se devuelven. La formación, consultada por este diario, aseguró que el nivel de gasto global sería "similar" al de la campaña del 20-D y recordó que no tiene "deudas con los bancos" y que es "austera en el gasto".
En cuanto a su presupuesto, un portavoz del partido indicó que las cuentas para 2016 aún no se han aprobado y señaló que el calendario para hacerlo dependerá, en buena medida, de si se repiten las elecciones. "Al financiarnos con donaciones y subvenciones dependemos de las elecciones. Si se repiten, puede que otros gastos se retrasen o no se ejecuten", agregó.
Los últimos documentos hechos públicos por la formación son los correspondientes al primer y el segundo semestre 2015, cuando la formación gastó un total de 3,7 millones de euros, aunque no detalla sus ingresos. Las últimas cuentas que ha publicado Podemos en su portal de transparencia son las de 2014. En ese ejercicio ingresó 720.261 euros y gastó 466.037 euros.
Ciudadanos
El partido de Albert Rivera señaló en la precampaña de las generales que su presupuesto de cara al 20-D rondaría los cuatro millones de euros. La formación naranja financió esos gastos mediante un crédito contratado con el Banco Popular que esperaba devolver con las subvenciones públicas. Sin embargo, los cálculos de Ciudadanos eran obtener 60 escaños y no los 40 con los que finalmente se quedó en el Congreso.
En cuanto a sus presupuestos, la formación naranja tampoco ha aprobado los del año 2016. En sus previsiones económicas para 2015, el partido calculó ingresar 1.780.000 euros y gastar exactamente la misma cantidad. Aproximadamente dos tercios de los ingresos provenían de su grupo parlamentario y el tercio restante de cuotas de afiliados. Entre los gastos, la partida más importante fue la de personal, con 733.000 euros.
infoLibre remitió al partido un cuestionario sobre ambos temas y sobre cómo afectaría a la formación en el plano económico una repetición de los comiciones en la tarde del martes. La consulta se reiteró en los días siguientes. Sin embargo, no hubo respuesta por parte de la formación del Albert Rivera.
IZQUIERDA UNIDA
La situación más compleja es, con seguridad, la de Izquierda Unida. De hecho la federación ha puesto en marcha una campaña en la que solicita el apoyo económico de sus militantes. "Como conoces, la situación económica de nuestra organización es sumamente complicada", apunta IU, que culpa a la "injusta ley electoral" y al "veto" de otros partidos a la obtención de grupo parlamentario entre otras causas.
Fuentes de la federación añaden que habrá otras dos fases más en esa campaña. La primera, que se pondrá en marcha en los próximos días, dirigida a que los cargos públicos de IU incrementen sus aportaciones al partido. La segunda, más adelante, buscará recabar apoyos no sólo de los militantes, sino también de los simpatizantes.
Esas mismas voces añaden que por ahora no se aprobará un presupuesto como tal para 2016, sino que todos los esfuerzos se centrarán en "aplicar el plan de viabilidad" y en "ajustar gastos e ingresos". Desde IU se asegura que el citado plan es necesario "para poder seguir haciendo política".
Ese plan se aprobó en el último Consejo Político de la formación, celebrado el 7 de febrero. Ese documento refleja una reducción del 40% en los ingresos mensuales de IU. Para hacer frente a esa caída, fuentes de la cúpula de la organización admitieron que se recortará el 60% de la plantilla entre despidos, prejubilaciones y bajas incentivadas. IU tenía 22 trabajadores y 7 liberados, que pasarán a ser 9 y 5 respectivamente.
"Sin grupo parlamentario, el plan de viabilidad se endurece mucho y afecta al conjunto de la formación", dijo entonces el coordinador federal Cayo Lara, entre otros motivos porque la organización no recuperará los dos millones de euros que invirtió en los envíos de papeletas y propaganda electoral. Fuentes del partido señalaron a infoLibre este jueves que aún están trabajando en detalles sobre cómo aplicar el plan.
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Además de los despidos, los salarios se reducirán entre un 10 y un 20% y se aumentarán las aportaciones de los cargos públicos al partido. En cuanto a los ajustes en otras partidas, las mismas fuentes apuntaron que se ajustará en un 50% la de proveedores. En la actualidad el partido debe a las entidades financieras un total de 9 millones de euros.
IU niega, sin embargo, que haya dejado de atender sus pagos. Asegura que "no está en bancarrota" y que el escenario, aunque "complicado", es "gestionable". "Estamos renegociando con los bancos. El mayor crédito que tenemos pendiente, sobre la sede, no se ha dejado de pagar: lo pagamos cada tres meses, en diciembre pagamos y estamos renegociando de cara al pago de marzo", aseguran.
Finalmente, y sobre lo que supondría una repetición de las elecciones, la federación pide ir "paso a paso". "Desde luego IU-Unidad Popular se presentaría a esas generales, sea con o sin recursos. Si no tenemos subvenciones ni anticipo electoral, buscaremos recabar fondos de las federaciones, de los cargos municipales o del grupo europeo", concluyen las fuentes del partido consultadas por este diario.
Dos meses después de las elecciones España sigue sin Gobierno. En público los partidos se pronuncian con cautela y el PSOE mantiene que las negociaciones avanzan a buen ritmo. Su candidato, Pedro Sánchez, insiste en su empeño de lograr la investidura. Otra cosa es en privado, donde nadie descarta que se repitan las generales: un escenario inédito en España con derivadas en todos los ámbitos.