La política catalana vive una auténtica sacudida del tablero. La crisis del Govern hace replantear todos los escenarios en estos momentos. Pere Aragonès espera la decisión final de Junts per Catalunya de abandonar o no el Consell y está preparado para intentar gobernar en solitario a partir de ese momento. Y ahí cambiará todo.
Junts ha dejado en manos de su militancia la opción de salirse del actual Gobierno de coalición en la plaza de Sant Jaume, a través de una consulta fechada para los próximos jueves y viernes. Por el momento se mantienen en el Ejecutivo, a pesar de la batalla que se está viviendo y que ha tenido como momento culmen el cese del hasta ahora vicepresident, Jordi Puignerò.
Si Junts decide marcharse la semana que viene, se abren muchos escenarios. Uno podría ser el de anticipar elecciones autonómicas, pero pocos quieren esa opción. A Esquerra le pesan en estos momentos mucho las encuestas que hay, en las que aparece en primera posición el PSC. ¿Se puede permitir Aragonès perder la joya de la corona así y después de haberla conseguido quedando en segundo lugar? La mayoría en el partido, según fuentes republicanas, no quiere jugarse ahora mismo la Generalitat.
En ERC saben que el PSC está fuerte en estos momentos y que Salvador Illa tiene como objetivo arrebatarles el Palau en los siguientes comicios. El último sondeo del CEO se dibujaba este resultado: PSC (36-42 diputados), ERC (31-37), Junts (22-27), PP (9-14), CUP (8-12) Vox (4-8), En Comù Podem (4-7) y Ciutadans (3-6).
El escenario en solitario y los posibles apoyos
La opción que tiene más posibilidades, si hay una ruptura, es que Aragonès intente agotar la legislatura en solitario con apoyos externos. Se abren dos vías. Una pasaría por la propia Junts, que decidiera dar ese sustento a pesar de esa batalla. Algo que parece improbable después de esta guerra, pero como dice un político catalán, en el Parlament “todo es posible”.
Pero ganaría principalmente enteros un intento de Aragonès de buscar el apoyo del PSC y de los ‘comunes’. Los de Salvador Illa no quieren elecciones, lo ha dicho el propio líder del socialismo catalán, pero sí ha tendido su mano en varias ocasiones. De hecho, ya el año pasado se ofreció a Esquerra para sacar adelante el proyecto de presupuestos. Y durante estos días también ha propuesto colaboración en varias líneas. El exministro de Sanidad ha planteado varios pactos durante el debate de política general sobre infraestructuras, los presupuestos y para impulsar leyes como la electoral, la forestal y del sistema policial.
El acercamiento en Cataluña, según reconocen fuentes socialistas, también tiene otro posible efecto: allanaría el camino con Esquerra en el Congreso de los Diputados. Como se pregunta un diputado socialista: “¿No apoyaría las cuentas en Madrid si del PSC dependen los presupuestos allí?”
El PSOE y ERC han vivido momentos de alto voltaje durante esta legislatura, como en enfado mayúsculo por el caso Pegasus. Pero la relación se ha ido recomponiendo. De todas formas, Esquerra siempre es impredecible. Pero los socialistas la necesitan para sacar las grandes normas. Y la gran ley que busca ahora el Gobierno es la de los presupuestos (todavía tiene que pasar por el Consejo de Ministros, pero el Gobierno tiene la intención de que esté lista para entrar en vigor el próximo 1 de enero).
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, todavía no ha tenido ningún contacto con Gabriel Rufián para esta norma porque antes quiere cerrar los flecos del proyecto con sus socios de Unidas Podemos. No obstante, fuentes gubernamentales confían en que los socios de investidura se sumarán y darán su voto a favor a las terceras cuentas de la coalición. En ERC, sin embargo, avisan de que todavía hay que “negociar todo”. Y es que no sólo les vale el paquete fiscal que se ha presentado, sino que hay que abordar la inversión territorializada.
En otras ocasiones, Esquerra ha vinculado los presupuestos a otras leyes, como fue la audiovisual. Ahora está estancada en el Congreso una ley muy importante para ERC, la de vivienda. La situación, reconocen en el Gobierno, es “muy difícil” en estos momentos, pero el grupo parlamentario socialista se está afanando para llegar a un acuerdo. Por otro lado, las exigencias de los de Gabriel Rufián podrían pasar por la reforma del delito de sedición. Desde La Moncloa se insiste en que estas negociaciones no tienen nada que ver entre ellas y no se pueden vincular. Si ERC depende del PSC en Barcelona, los decibelios bajarían en Madrid.
Lo mismo opinan fuentes de los ‘comunes’ en la Cámara Baja. No obstante, los ‘morados’ advierten de que hay que esperar porque intuyen que Junts ya está bajando el pistón y podría no salir finalmente del Gobierno catalán. En Unidas Podemos no esconden que apoyarían allí a Aragonès y que esto se traduciría en una mejor todavía colaboración en el Parlamento nacional.
El componente electoral
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A la espera de la decisión que tome finalmente Junts, sí se ven ya pequeñas puertas que se están abriendo ante lo que pueda pasar próximamente. Los republicanos votaron a favor de una resolución del PSC en el debate de política general en la que se pide la creación de la mesa de diálogo entre partidos catalanes que llevan meses pidiendo Illa y Pedro Sánchez y que hasta el momento había rechazado Aragonès.
Pero esta relación entre ERC y el PSC también puede tener un problema, según reconocen varios socialistas, de cara a las elecciones municipales. Ahí no existe ese eje ideológico del bloque de independentismo frente a unionismo, sino que Esquerra y socialistas entran de lleno en la batalla por algunos grupos de electores en clave de políticas progresistas. De hecho, una de las grandes batallas será la de la ciudad de Barcelona (ERC ganó en las anteriores pero no logró gobernar). En esta ocasión el PSC se siente de subidón y cree que Jaume Collboni podría dar la campanada. Es tal la rivalidad que hasta Gabriel Rufián medita el ofrecimiento de sus compañeros de presentarse a la Alcaldía de Santa Coloma de Gramenet, un enclave histórico del PSC gobernado por mayoría absoluta por Núria Parlón.
Y otro frente que tiene Esquerra tiene nombre y apellido: Yolanda Díaz. En ERC también presienten que la gallega puede tener tirón entre su propio electorado de cara a las elecciones generales. El portavoz de los republicanos en el Congreso, Gabriel Rufián, ha sido muy duro con la vicepresidenta segunda y ministra de Empleo en varias intervenciones en el Pleno y en las ruedas de prensa, una relación que se rompió especialmente con el ‘no’ a la reforma laboral. Todos a la espera de Junts, pero lo que pase en Barcelona va a afectar directamente al corazón de Madrid.
La política catalana vive una auténtica sacudida del tablero. La crisis del Govern hace replantear todos los escenarios en estos momentos. Pere Aragonès espera la decisión final de Junts per Catalunya de abandonar o no el Consell y está preparado para intentar gobernar en solitario a partir de ese momento. Y ahí cambiará todo.