Ciudadanos no revisará, en términos generales, los acuerdos que regulan la relación del Estado con el Vaticano y se limitará a plantear algún ligero cambio. Así lo aseguró este lunes en rueda de prensa en líder de la formación, Albert Rivera, quien dijo sentirse "bastante cómodo" con el modelo que rige las relaciones del Estado con la Iglesia católica "salvo por algún privilegio económico concreto". Según Rivera, actualmente no hay un problema con el modelo vigente que lleve a los ciudadanos a quejarse de que "les faltan libertades" o de que "hay un abuso por parte de la Iglesia".
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A preguntas de los periodistas se refirió de forma más precisa a la revisión de la fiscalidad con el objetivo de que la Iglesia pague impuestos por los edificios e inmuebles que no dedica al culto y a las inmatriculaciones, es decir, la inscripción a nombre del clero, y a coste prácticamente cero, de bienes no registrados previamente. En cualquier caso, dijo no ser partidario de "hacer aspavientos para luego no hacer nada", como hizo, en su opinión, el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
Así, señaló que el de un Estado aconfesional con una Constitución que reconoce que existe "una mayoría amplia de ciudadanos que tienen una confesión religiosa" –que, dijo, no es la suya– le parece "un buen formato". No obstante, señaló que para garantizar "la igualdad de todos" ve necesario "revisar algunos privilegios" de la Iglesia, como la exención del pago del IBI o determinadas "cuestiones de patrimonio que no han sido resueltas".
Los autores y asociaciones laicistas, citados por el investigador Ángel Luis López Villaverde en el libro El poder de la Iglesia en la España contemporánea, calculan en entre 2.500 y 3.000 los millones que la Iglesia española pagaría al Estado si, como ha aprobado Italia, no estuviera exenta del IBI. La Fundació Ferrer i Guàrdia, en su Anuario de la laicidad 2012, rebaja esta cifra hasta los 900 millones de euros anuales.
Ciudadanos no revisará, en términos generales, los acuerdos que regulan la relación del Estado con el Vaticano y se limitará a plantear algún ligero cambio. Así lo aseguró este lunes en rueda de prensa en líder de la formación, Albert Rivera, quien dijo sentirse "bastante cómodo" con el modelo que rige las relaciones del Estado con la Iglesia católica "salvo por algún privilegio económico concreto". Según Rivera, actualmente no hay un problema con el modelo vigente que lleve a los ciudadanos a quejarse de que "les faltan libertades" o de que "hay un abuso por parte de la Iglesia".