La imagen que encabeza esta información se tomó a comienzos de abril, en la precampaña de las elecciones generales, en un acto de Ciudadanos en el que su presidente, Albert Rivera, quiso exhibir la potencia de su equipo económico, al que se acababan de incorporar el exejecutivo de Coca-Cola Marcos de Quinto y la asesora financiera María Muñoz.
Cuatro meses después, el rumbo decidido por Rivera —la participación en gobiernos locales y autonómicos apoyados por Vox y la negativa a tender puentes con el PSOE para impedir que Unidas Podemos acceda al Gobierno— ha quebrado la pose de aparente solidez de aquella fotografía. Dos de los dirigentes que aparecen en ella, el segundo y el sexto por la izquierda, Francisco de la Torre y Toni Roldán, se han ido de Ciudadanos dando un sonoro portazo que pone en entredicho el centrismo y el liberalismo que Rivera dice seguir abrazando. Ambos llegaron al partido de la mano de Luis Garicano (primero por la izquierda), cabeza visible del sector del partido que intentó sin éxito hacer frente al escoramiento a la derecha de Rivera.
Garicano es el portavoz de la formación naranja en el Parlamento Europeo y desde este lunes está más aislado que nunca en la Ejecutiva de Rivera. La decisión del líder naranja de ampliar a medio centenar los miembros de la dirección dando entrada, de golpe, a 22 nuevos integrantes, la mayoría de ellos fichajes muy recientes cerrados para la campaña electoral, unida a recientes abandonos como los de Roldán y De la Torre, ha dejado el sector crítico reducido a la mínima expresión: el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, el vicepresidente del Congreso Ignacio Prendes y la catedrática de Comunicación y Publicidad en la Universidad de Alicante Marta Martín, además del propio Garicano.
Luis Garicano (primero por la izquierda), en la mesa de la nueva Ejecutiva de Cs. A la derecha, Albert Rivera e Inés Arrimadas.
Rivera justificó la ampliación de la Ejecutiva como una consecuencia del “éxito” electoral de Ciudadanos, que le ha dado entrada en 400 gobiernos municipales y en los ejecutivos de tres comunidades autónomas que pronto serán cuatro si consiguen sacar adelante un acuerdo con Vox en Madrid. Pero no hizo ninguna referencia a los dirigentes que se han ido de Ciudadanos en las últimas semanas y que han criticado con dureza el rumbo que ha tomado la organización más allá de un genérico aviso a navegantes: “Mientras yo sea presidente en este partido habrá democracia, pero también trabajaremos todos a una para que el Gobierno de España sea naranja”.
Su prioridad es convertir Cs en una alternativa al PSOE. “Estamos aquí para crecer, hacernos fuertes y volver a evolucionar como hemos hecho en los últimos años”. Se trata de construir “un proyecto ganador. El objetivo es gobernar España más pronto que tarde”.
“Y para eso”, añadió, “hay que reforzarse, hay que hacerse fuertes, hay que coger músculo, experiencia y mirar hacia adelante. Eso es lo que vamos a hacer a partir de hoy, reforzar una nueva Ejecutiva y reestructurar la permanente (el núcleo duro de dirigentes afines que decide la estrategia cada semana) para trabajar mejor”. Es “el momento de reforzarse, de creer en la victoria, de ofrecer a los españoles certidumbre y un proyecto de futuro. Más que nunca, ahora hay que apretar”, resumió.
Duras críticas
La decisión de dominar a los discrepantes sumando fieles ahoga a los críticos, muy debilitados ya por los abandonos de los últimos meses. Pero no puede tapar las duras críticas de quienes ya se han ido y que, liberados del deber de confidencialidad que arrastraban hasta ahora, comparten sus opiniones a través de los medios de comunicación.
Toni Roldán, hasta su marcha responsable nada menos que del programa electoral y portavoz económico, y hombre de absoluta confianza de Garicano, dejó todos sus cargos con un contundente alegato en el que acusó a Rivera de haber “desvirtuado” los principios de “reformismo, regeneración y batalla contra el nacionalismo” con los que nació la organización.
“¿Cómo vamos a superar la dinámica de confrontación de rojos y azules que vinimos a combatir si nos convertimos en azules? ¿Cómo vamos a ser creíbles en nuestro compromiso con la regeneración si vamos a apoyar a gobiernos que llevan más de 20 años en el poder? ¿Cómo vamos a vencer al nacionalismo si no ponemos todo de nuestra parte, aunque otros no lo hagan, para evacuarlo del poder? y ¿Cómo vamos a construir un proyecto liberal en España si no somos capaces de enfrentarnos a la extrema derecha que está en las antípodas de todo lo que pensamos?”, se preguntó el pasado 24 de junio.
Ese mismo día su mentor, Luis Garicano, forzó —y perdió— una votación en la Ejecutiva en la que trataba de cambiar la estrategia de Rivera. A su lado tomaron posición Igea, el dirigente de Castilla y León que a punto estuvo de ser laminado en unas primarias manipuladas, y el eurodiputado Javier Nart, que no abandonó el partido pero sí dejó su puesto en la dirección. A ellos se sumó el abogado y economista Fernando Maura, uno de los que Rivera expulsó este lunes de la dirección.
En aquella votación se registraron además tres abstenciones: las de Ignacio Prendes y Marta Martín, que continúan en la dirección, y la de la filóloga Orlena de Miguel, a la que Rivera ha mostrado también la puerta de salida.
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Francisco de la Torre, el inspector fiscal que Rivera fichó como número dos de Ciudadanos por Madrid en 2015, votó aquel día a favor de la línea oficial del partido pero, al final, su discrepancia con la deriva hacia la derecha le llevó a seguir el camino de Roldán y abandonar también la organización. Lo hizo la semana pasada con una carta en la que censuró la estrategia de Ciudadanos en la investidura de Pedro Sánchez y afeó que “tristemente” la formación se haya convertido en los últimos meses en “parte del problema” y no en “parte de la solución”.
"Has decidido quedarte en uno de los extremos”, le echó en cara a Rivera, y eso “no es hacer política” ni resulta “propio de un partido centrista”. Todo por “populismo infantil”, llegó a afirmar en una entrevista publicada por ElConfidencial.es.
A las bajas de Roldán y De la Torre se sumaron también las de dos cofundadores de la organización: el escritor Xavier Pericay y el catedrático de Derecho Constitucional Francesc de Carreras. Este último llegó a cuestionar duramente a Rivera en una carta publicada recientemente en el diario El País: “No entiendo que ahora nos falles, Albert, que nos falle Cs, que el joven maduro y responsable se haya convertido en un adolescente caprichoso que da un giro estratégico de 180 grados y antepone supuestos intereses de partido a los intereses generales de España”.
La imagen que encabeza esta información se tomó a comienzos de abril, en la precampaña de las elecciones generales, en un acto de Ciudadanos en el que su presidente, Albert Rivera, quiso exhibir la potencia de su equipo económico, al que se acababan de incorporar el exejecutivo de Coca-Cola Marcos de Quinto y la asesora financiera María Muñoz.