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Robles da un mazazo a la "minoría" militar por sus "delirios" y el rey se limita a reiterar el compromiso "de todos" con la Constitución

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El rebrote de la extrema derecha en forma de cartas al rey que mandos militares ya jubilados plagaron de ataques al Gobierno y la existencia del chat destapado por infoLibre y donde se llegó a defender el fusilamiento de "26 millones de hijos de puta" ha dejado huella visible en la Pascua Militar, una de las ceremonias castrenses más importantes del año. Pero la huella no la ha marcado el rey sino la ministra de Defensa, Margarita Robles, que ha lanzado un ataque en toda regla contra la "minoría" cuyos "delirios" buscan "perjudicar el inmenso prestigio" de un Ejército guiado "por la más estricta neutralidad política" y que defiende "si fuera necesario con su vida" la Constitución y los valores democráticos.

La alocución de la ministra precedió a la de Felipe VI, quien nada más arrancar le agradeció su "clara exposición" sobre la situación y los desafíos que deben afrontar las Fuerzas Armadas pero que evitó cualquier atisbo de condena por lo sucedido con esa minoría a la que Robles acababa de definir como "insignificante". En lo que desde enero de 2018 se ha convertido en un leitmotiv de sus mensajes del 6 de enero, el jefe del Estado enfatizó el poder de la Constitución: "Todos estamos incondicionalmente comprometidos con ella porque es el origen de la legitimidad de todos los poderes y de todas las instituciones del Estado; una legitimidad que se renueva cada día respetándola y observándola".

¿Significa su agradecimiento a las palabras de la ministra y a su "clara exposición" que el rey secunda el auténtico mazazo de Robles a quienes con sus misivas a Zarzuela, alineadas con el discurso de Vox, y sus mensajes en el chat de la XIX promoción del Aire sacaron a la superficie la sombra del legado franquista? ¿Encierra un mensaje en clave la frase en la que tras afirmar que la Constitución "reconoce las libertades y los derechos" añade que consagra "también los deberes a los que todos estamos sujetos"? No se sabe. Y dificulta cualquier interpretación definitiva el precedente del mensaje de Nochebuena, donde Felipe VI dribló cualquier referencia al escándalo de su padre y deslizó tan solo que los valores éticos "están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales y familiares".

En las palabras dirigidas esta Pascua Militar a la cúpula del Ejército en presencia del presidente, Pedro Sánchez, y los ministros de Defensa, la ya citada Margarita Robles, e Interior, Fernando Grande-Marlaska, el rey no ha dedicado tampoco ni una sílaba al asunto del rey emérito, todavía en el destierro voluntario que emprendió tras conocerse que había ocultado fondos multimillonarios en paraísos fiscales. Ni una sílaba tampoco ha destinado al debate abierto sobre si habrá una Ley de la Corona o si la Casa Real dará algún paso para visibilizar su compromiso con una legislación sobre transparencia que obliga a más de 70.000 cargos públicos a publicar sus bienes pero no al jefe del Estado.

La titular de Defensa no nombró ninguno de los episodios que desde noviembre han aumentado la preocupación sobre el verdadero peso que los afines a la dictadura franquista mantienen dentro de unas Fuerzas Armadas cuya actuación durante la pandemia y su intervención en conflictos internacionales ocupan un papel central en cuanto a la imagen que proyectan sus miembros. Ni mencionó ninguna de las cuatro misivas cursadas en supuesta defensa de la democracia por militares jubilados, buena parte de los cuales firmaron en 2018 un manifiesto de adhesión a Franco. Ni citó siquiera de paso el chat de la XIX del Aire. Ni la fiesta de la Escuela Naval de Marín donde jóvenes alumnos coreaban el himno de la División Azul, la unidad que batalló en la Segunda Guerra Mundial en las filas nazis.

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Pero sus palabras resultaron inequívocas cuando, tras ensalzar la solidaridad de las Fuerzas Armadas con las víctimas del coronavirus y su compromiso con los valores democráticos desde "la más estricta neutralidad política y defendiendo si fuera necesario con su vida la Constitución", les imprimió un giro drástico: "Por ello, nadie tiene derecho y menos quienes en su día vistieron el uniforme de las Fuerzas Armadas, a perjudicar el inmenso prestigio que tienen nuestros Ejércitos, con la plena conciencia y agradecimiento de la sociedad española. Una insignificante minoría, que sólo se representa a sí misma, que busca una publicidad y un protagonismo, que ni merece ni tiene y que cuestiona irresponsablemente las bases de la convivencia en España, solo merece el rechazo más absoluto, por su intolerancia, sus delirios y su total alejamiento de los valores castrenses".

Pasando de largo por lo sucedido en los dos últimos meses, el rey se centró en defender la primacía absoluta de la Constitución como hace cada año desde el 6 de enero de 2018, la primera Pascua Militar celebrada tras el referéndum independentista catalán. "La Constitución –proclamó el monarca– es el camino libre y democráticamente decidido por el pueblo español".  "Todos –agregó– estamos incondicionalmente comprometidos con ella porque es el origen de la legitimidad de todos los poderes y de todas las instituciones del Estado; una legitimidad que se renueva cada día respetándola y observándola". El jefe del Estado remarcó que la Carta Magna es el "reflejo de España, fuente de cohesión, marco y garantía de convivencia, de estabilidad y de solidez democrática".

Tras destacar la entrega y el valor de las Fuerzas Armadas, el rey ha puesto en primer plano cómo los militares han estado y siguen "apoyando y animando a los ciudadanos, y aliviando el sufrimiento y la soledad de muchas personas y familias". "Habéis reaccionado con iniciativa, inmediatez y eficacia, realizando cometidos difíciles y variados por toda España". La sociedad –ha añadido– ha sentido "muy cerca" a los militares y tiene "plena confianza" en su profesionalidad y "entusiasmo".

El rebrote de la extrema derecha en forma de cartas al rey que mandos militares ya jubilados plagaron de ataques al Gobierno y la existencia del chat destapado por infoLibre y donde se llegó a defender el fusilamiento de "26 millones de hijos de puta" ha dejado huella visible en la Pascua Militar, una de las ceremonias castrenses más importantes del año. Pero la huella no la ha marcado el rey sino la ministra de Defensa, Margarita Robles, que ha lanzado un ataque en toda regla contra la "minoría" cuyos "delirios" buscan "perjudicar el inmenso prestigio" de un Ejército guiado "por la más estricta neutralidad política" y que defiende "si fuera necesario con su vida" la Constitución y los valores democráticos.

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