Sánchez blinda el grueso de la reforma laboral que Trabajo negociaba con patronal y sindicatos

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Temporalidad, negociación colectiva y subcontratación. Los tres estandartes de la reforma laboral que el Ministerio de Trabajo ya negociaba con patronal y sindicatos desde el 17 de marzo, han quedado blindados tras una reunión presidida por Pedro Sánchez, que ha contado con la presencia de las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz, y que ha servido para poner punto y aparte al último enfrentamiento en el seno de la coalición. Al menos, de momento.

“Y al final, como al principio”. El resumen (a modo de síntesis y de broma) lo hacía de manera informal un miembro del Gobierno en los pasillos del Senado este martes por la tarde. Antes, a mediodía, Moncloa había informado vía comunicado que la reforma laboral ya estaba pactada entre los socios de Gobierno. Pactada otra vez. Porque esta misma discusión ya se dió entre el PSOE y Unidas Podemos cuando negociaron la coalición en noviembre de 2019 y, hace solo unos meses, también cuando tuvieron que enviar los planes de reforma a Bruselas en el ya famoso “Componente 23”.

El círculo parece cerrarlo, por ahora, esa cita de Moncloa posterior al Consejo de Ministros en la que el presidente, sus vicepresidentas primera y segunda y los ministros de Seguridad Social, Hacienda y Educación volvieron a comprometerse en la ya archicomprometida “derogación de la reforma laboral”, término empleado también en el acuerdo de Gobierno, evitado expresamente por el PSOE en los últimos meses y en el que hace especial hincapié la líder de Unidas Podemos en la coalición, Yolanda Díaz.

Satisfacción en Trabajo, silencio en Economía

Desde el punto de vista de la dialéctica supone, por tanto, una nueva victoria política de Yolanda Díaz, que hace solo dos semanas dio su palabra en el Congreso de Comisiones Obreras de que se iba “a derogar la reforma laboral a pesar de todas las reticencias, que son muchas”. El equipo de la vicepresidenta segunda no ocultaba su satisfacción tras el comunicado de Moncloa no ya por el lenguaje, sino porque en la práctica supone blindar el texto elaborado por el Ministerio de Trabajo y que negocia con patronal y sindicatos desde hace siete meses. 

En ese comunicado hecho público, el Gobierno habla, por ejemplo, de “disponer de herramientas equilibradas en la negociación colectiva”. Todas las fuentes consultadas coinciden en traducir ese entrecomillado como el fin de la prevalencia del convenio de empresa sobre el sector, una de las principales demandas de los sindicatos y una clara apuesta del equipo de Yolanda Díaz. También se menciona la necesidad de “establecer condiciones claras para la subcontratación” y se califica la temporalidad como “una de las principales anomalías del mercado laboral español” junto a la precariedad y el desempleo. “Y estamos decididos a dejarlas atrás”, concluye ese texto.

En el Ministerio de Trabajo dan por sentado que eso supone un acuerdo definitivo sobre el documento que ellos mismos venían defendiendo en las mesas de diálogo social de cada miércoles ante sindicatos y CEOE. En la Moncloa, tras diez días de turbulencias internas en los que se habían generado dudas sobre el alcance de la reforma laboral, quieren dejar claro que ni evitan la palabra ni han alterado el compromiso de investidura: “Queremos que quede claro que se va a derogar todo lo que pone el acuerdo de Gobierno que había que derogar”, explican fuentes de la parte socialista del Ejecutivo que, en cualquier caso, aclaran: “Lo que vamos a hacer es mucho más ambicioso que derogar la reforma del PP. No nos vamos a quedar ahí. Vamos a establecer un marco moderno de relaciones laborales para el siglo XXI”.

Tras la resolución pactada este martes, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no escondió su "satisfacción" porque, a su juicio, el acuerdo supone "una gran noticia para los trabajadores y trabajadoras de este país". La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, prefirió no hacer declaraciones y esquivar las preguntas de los periodistas tras la sesión de control en el Senado.

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“Un acuerdo con todas las partes”

En la parte socialista del Ejecutivo hay quien interpreta que todos estos movimientos de los últimos días tienen que ver con un intento del presidente del Gobierno por ensanchar las posibilidades de llegar a un acuerdo con la patronal, algo que ya ha ocurrido hasta en doce ocasiones durante la legislatura fruto de las mesas de diálogo social. En esta ocasión, Moncloa pone el foco en la necesidad de que los empresarios formen parte de una reforma que será de calado y que se aspira a que también sea “duradera”.

De hecho, en el comunicado emitido se subraya que “el Gobierno busca, a través del diálogo social, un acuerdo con todas las partes justo y equilibrado”. Y añade que “esta voluntad es la mejor garantía de obtener una reforma duradera dentro del acuerdo establecido con la Comisión Europea en el Componente 23 del Plan de Recuperación”.

Temporalidad, negociación colectiva y subcontratación. Los tres estandartes de la reforma laboral que el Ministerio de Trabajo ya negociaba con patronal y sindicatos desde el 17 de marzo, han quedado blindados tras una reunión presidida por Pedro Sánchez, que ha contado con la presencia de las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz, y que ha servido para poner punto y aparte al último enfrentamiento en el seno de la coalición. Al menos, de momento.

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