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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Sánchez busca transformar la gestión en arma electoral de cara al 19J y pide no "caer en la trampa" del ruido

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No soplan vientos de optimismo para la izquierda. El ambiente de desánimo ante la campaña electoral andaluza que está a punto de comenzar ha venido a coronar varias semanas consecutivas de malas noticias para el Gobierno de coalición, enzarzado en todo tipo de disputas internas a cuenta de la cumbre de la OTAN, del caso Pegasus del envío de armas a Ucrania. Las consecuencias económicas de la invasión rusa tampoco ayudan. Los planes trazados por Moncloa contemplaban que a estas alturas la recuperación económica tras la pandemia ya pudiera ser palpable en el bolsillo de los ciudadanos. Pero una inflación desbocada que mantiene los precios de la energía o de los alimentos por las nubes está poniendo sordina al despliegue de los millonarios fondos europeos.

En mitad de esa dinámica y a las puertas del arranque oficial de la campaña del 19J, Pedro Sánchez aterrizó este miércoles en el Congreso para arengar a los suyos. "Hace cuatro años que España cuenta con un Gobierno social y ejemplar. Se puso fin a un Gobierno sentenciado por la corrupción que usó las instituciones para tapar sus vergüenzas, sus escándalos políticos y perseguir a sus adversarios", dijo el presidente ante los grupos parlamentarios socialistas durante una reunión en la que el PSOE conmemoró el aniversario de la moción de censura que propició su llegada a la Moncloa. "Estamos cambiando a mejor la vida de la gente a pesar de todas las dificultades. La izquierda protege, la derecha recorta”, proclamó antes de desechar "los pronósticos agoreros" y poner en valor que su Gobierno de coalición esté sacando al país adelante.

Sánchez le hizo a los suyos varias peticiones expresas: "Hablar solo de los problemas de la gente" y huir del ruido para reivindicar el legado de su Ejecutivo. "Hay que hablar de las cifras porque son cifras que importan y que explican nuestra acción de Gobierno", pidió. El presidente quiso remarcar la cifra de los 20 millones actuales de empleados y de la cifra récord de cotizantes a la Seguridad Social desde el año 2008, así como el impacto de la reforma laboral en la creación de contratos indefinidos y de la subida del salario mínimo a los 1.000 euros.

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Ante esos hitos, el presidente contrapuso la actitud de una oposición que calificó como "destructiva". La derecha y la extrema derecha buscan desanimar y desmovilizar a la España progresista y por eso alimentan una bronca política artificial con un ruido ensordecedor", lamentó antes de lanzar un llamamiento ante la inminencia de las elecciones andaluzas y del nuevo ciclo electoral que tendrá como fechas clave las autonómicas y municipales de mayo de 2023 y las generales de ese mismo año: "No podemos caer en su trampa, debemos argumentarles con pasión, sin gritos y con serenidad”, pidió.

Pedro Sánchez también confirmó que el paquete de medidas desplegado a cuenta de la invasión rusa de Ucrania, entre las que se encuentran ayudas directas al combustible, a sectores estratégicos o créditos ICO para empresas en crisis, no decaerá el 30 de junio. A falta de que Hacienda dé detalles de en qué términos se producirá la prórroga, el presidente anunció que el conjunto de ayudas seguirán en vigor y que su Ejecutivo "siempre estará del lado" de quienes más sufren las consecuencias de la crisis.

Tras señalar a “una oposición negacionista que es capaz de votar en contra del interés general” hizo una referencia al PP sobre la votación de esa prórroga en el Congreso: "A ver si esta vez tenemos más suerte y los que dicen que aman a España lo demuestran aprobando medidas que son buenas para los españoles”, deslizó.

No soplan vientos de optimismo para la izquierda. El ambiente de desánimo ante la campaña electoral andaluza que está a punto de comenzar ha venido a coronar varias semanas consecutivas de malas noticias para el Gobierno de coalición, enzarzado en todo tipo de disputas internas a cuenta de la cumbre de la OTAN, del caso Pegasus del envío de armas a Ucrania. Las consecuencias económicas de la invasión rusa tampoco ayudan. Los planes trazados por Moncloa contemplaban que a estas alturas la recuperación económica tras la pandemia ya pudiera ser palpable en el bolsillo de los ciudadanos. Pero una inflación desbocada que mantiene los precios de la energía o de los alimentos por las nubes está poniendo sordina al despliegue de los millonarios fondos europeos.

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