Nadie sabe nada en un PSOE que presiente cambios de calado para ir “a por todas” en 2023

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“Ya sé lo que me vas a preguntar, pero de verdad que no sé nada”. Esa frase pronunciada por un destacado senador socialista resume a la perfección el estado de ánimo dentro del PSOE ante la convocatoria del Comité Federal del próximo sábado. “Yo no tengo ni idea de qué puede pasar, pero voy a bichear a ver si me entero de algo”, decía otra senadora, entre risas, tras salir del pleno. Acostumbrados a estar lejos de los focos, los senadores no escondían su sorpresa por el “éxito de convocatoria” de este último pleno extraordinario de julio. “Hay que tener lío interno para que nos hagáis caso”, apostillaba un tercero.

Lo que sí trasladan voces de peso es que la formación debe "apretar ya sin parar en acción y comunicación" intensificando la "labor del partido", tal y como resume un dirigente territorial en conversación con infoLibre, que opina que los cambios "son necesarios" para "abrir una nueva etapa" y reconducir el partido de cara a los comicios de 2023: "Lo importante de verdad es que se monten buenos equipos y dar todo lo que tenemos".

Un mensaje que ya expresó el propio presidente del Gobierno durante el debate sobre el estado de la nación celebrado la pasada semana. Entonces aseguró que el Ejecutivo que preside iba a ir "a por todas" para defender "el interés de la mayoría social" pese a las dificultades económicas derivadas de la guerra de Ucrania. Ahora Sánchez trata de replicar ese mensaje en el seno de la organización que dirige.

Sin embargo, los tiempos no le acompañan: en mayo de 2023 se celebrarán las elecciones autonómicas (en 12 comunidades) y municipales y generales. Hasta ahora la consigna que habían mantenido tanto en Moncloa como en Ferraz había consistido en reivindicar la gestión como principal baza electoral. En algunas grandes capitales gobernadas por el PSOE, de hecho, ya se han empezado a acelerar proyectos o ejecuciones de obras y a apurar los calendarios para que todo esté listo dentro de un año. Pero Sánchez sabe que hace falta algo más: un revulsivo que también llegue a su organización.

La renuncia de Lastra facilita los cambios en el PSOE

La renuncia de Adriana Lastra facilita que Sánchez realice esos cambios de calado. La socialista hizo pública este lunes su renuncia a la vicesecretaría general por un embarazo de riesgo y alegó que era incompatible conservar el cargo ante “la intensidad que exige la dirección del partido". "En los últimos meses se han producido cambios importantes en mi vida personal que me exigen tranquilidad y reposo y que, en las dos últimas semanas, me han obligado a tomar una baja laboral que se va a prolongar aún un tiempo”, explicó.

El papel de Lastra dentro de la organización ya se estaba cuestionando desde hace semanas. Ella y su equipo más cercano fueron los encargados de justificar los malos resultados electorales de Castilla y León y, especialmente, de Andalucía, tras la mayoría absoluta del PP. Excusas que iban desde la fecha de la convocatoria de Juanma Moreno hasta que el candidato Juan Espadas no había tenido tiempo para desplegar un proyecto renovado.

Argumentarios con los que incluso algunos dirigentes socialistas reconocían no sentirse especialmente cómodos por la falta absoluta de autocrítica. Tras la debacle, la calle Ferraz se convirtió en una desfile de caras largas, con la mayoría de miembros de la Ejecutiva entrando cabizbajos y sin atreverse a pronunciar palabra. Incluso hubo quien dio por hecho que tras esa reunión se producirían cambios, pero no fue así.

"Solo Sánchez sabe lo que tiene en la cabeza"

El adiós de Lastra abre una nueva etapa en el PSOE con la vista puesta en las citas electorales de 2023

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El nombre del posible sucesor o sucesora de Adriana Lastra sigue siendo una incógnita para sus compañeros de partido. Algunos sitúan al exlehendakari Patxi López en esta carrera, si bien Sánchez podría optar por dejar que el actual número tres del PSOE, Santos Cerdán, asuma las competencias de Lastra o repartirlas entre varios miembros de la Ejecutiva. Las tensiones entre el secretario de Organización y la dirigente asturiana habían alcanzado su punto álgido en los últimos meses y la marcha de Lastra reducirá, previsiblemente, los decibelios dentro de la sede de Ferraz.

Sánchez, como ya hizo en el pasado, mantiene un calculado silencio. "Se está especulando demasiado pero solo el presidente sabe lo que tiene en la cabeza", resume a este periódico una voz de la actual dirección socialista. "Falta información y sobra cotilleo", añade una segunda persona. Lo cierto es que Sánchez se ha caracterizado por tomar decisiones impredecibles y así lo trasladan quienes lo conocen bien. Hace un año decidió prescindir de su jefe de gabinete, Iván Redondo, de la vicepresidenta Carmen Calvo o del ministro José Luis Ábalos. Todos ellos le habían apoyado en su campaña de primarias en 2017.

Algunas fuentes piden no hacer a los "relatos interesados" que ya sitúan fuera del organigrama al portavoz parlamentario, Héctor Gómez, y a su homólogo en Ferraz, Felipe Sicilia, muy cercano a Lastra. En este sentido reivindican la acción parlamentaria de esta legislatura, en la que se han aprobado, según trasladan, 146 iniciativas, así como todos los proyectos importantes del Gobierno. También recuerdan las buenas sensaciones generadas tras el debate sobre el estado de la nación.

“Ya sé lo que me vas a preguntar, pero de verdad que no sé nada”. Esa frase pronunciada por un destacado senador socialista resume a la perfección el estado de ánimo dentro del PSOE ante la convocatoria del Comité Federal del próximo sábado. “Yo no tengo ni idea de qué puede pasar, pero voy a bichear a ver si me entero de algo”, decía otra senadora, entre risas, tras salir del pleno. Acostumbrados a estar lejos de los focos, los senadores no escondían su sorpresa por el “éxito de convocatoria” de este último pleno extraordinario de julio. “Hay que tener lío interno para que nos hagáis caso”, apostillaba un tercero.

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