Sánchez ya es dueño de su partido. El Comité Federal del PSOE aprobó este domingo por unanimidad las listas que los socialistas presentarán a las próximas elecciones generales y europeas. Nadie votó en contra, nadie pidió la palabra para discutir la decisión y sólo media docena de representantes andaluces, entre ellos la baronesa Susana Díaz, se limitaron a no levantar la mano cuando se hizo recuento de votos a favor, en contra y abstenciones. La reunión concluyó en un abrir y cerrar de ojos.
Fue su forma de expresar su discrepancia con la decisión de Sánchez de modificar parcialmente las listas de cuatro provincias —Sevilla, Córdoba, Cádiz y Almería—, especialmente el veto impuesto a Antonio Pradas. La dirección federal ha respetado algunos nombres afines a Díaz pero no a su mano derecha uno de los protagonistas de la conjura interna que forzó la dimisión de Sánchez en 2016,que se ha quedado fuera de las candidaturas a Congreso y al Senado.
Los socialistas andaluces dejaron constancia de lo ocurrido de dos maneras: con un voto particular en la comisión de listas y con una declaración de la propia Díaz en la que, de manera críptica, aseguró tomar “nota” de la decisión de Sánchez. El líder del PSOE, en busca de un grupo parlamentario leal y cohesionado, impuso su criterio en las candidaturas, lo mismo que hizo Díaz en las elecciones andaluzas, subrayaron este domingo fuentes próximas al secretario general.
Nadie en el partido espera ahora una reacción adversa del PSOE andaluz. Fuentes del partido aseguran que ellos son los primeros interesados en no repetir los errores del 2 de diciembre y favorecer una gran movilización que haga posible un buen resultado. En otras cosas porque si Sánchez consigue retener el Gobierno, se da por seguro que la mayor parte de los ministros y altos cargos a los que ahora se ha hecho hueco en las candidaturas renunciarán a sus escaños y eso abrirá las puertas del Congreso a quienes han tenido que ser desplazados a la zona baja de las listas, entre ellos muchos susanistas.
El principal damnificiado, Antonio Pradas, publicó una nota en Facebook en la que hizo un llamamiento a cuantos le conocen y le respetan, señaló, para “que en las próximas elecciones generales voten al PSOE” y “que se movilicen para que la derecha no obtenga su objetivo”. A pesar de haber sido “sacado” de las listas, puntualiza.
Dos años y medio después de su forzada dimisión como secretario general, Sánchez ya controla casi todos los resortes del poder dentro del PSOE. Sólo le faltan los aparatos territoriales de Andalucía, Aragón y Castilla-La Mancha. Los dos últimos son terreno vedado mientras sus secretarios generales, Javier Lambán y Emiliano García-Page, conserven la presidencia de sus respectivas comunidades, pero el primero no. Cuando Díaz perdió la Junta, la ejecutiva federal ya insinuó su intención de jugar un papel en Andalucía y planteó la necesidad de proceder a una renovación. Lo ocurrido este domingo anticipa la batalla, porque Díaz no parece dispuesta a ceder pacíficamente su liderazgo territorial.
La dirección de Pedro Sánchez no dio apenas margen al aparato andaluz para salirse con la suya y éste, aunque se sabía sin posibilidades reales de imponer sus deseos, no quiso renunciar a expresar su discrepancia. Lo hizo, sin embargo, con un matiz importante: el voto particular que pidieron incluir expresamente en la comisión de listas también deja claro que el PSOE andaluz hace suyas las candidatura definitivas y desde ahora mismo trabajará como el que más para conseguir un buen resultado.
Las candidaturas al Congreso, al Senado y a Estrasburgo se convirtieron así en la máxima expresión del poder de Sánchez frente a los barones críticos que quedan en activo —Lambán, Page y Díaz— y transformaron el comité federal en un paseo triunfal al servicio de un discurso del secretario general y candidato a la Presidencia dominado por los mensajes de campaña.
El presidente del Gobierno quiso identificar expresamente su proyecto con el de la España que se moviliza frente a la foto de Colón. Desde los que los indignados del 15M a las mujeres del 8 de marzo, sin olvidar a los jóvenes que este viernes se sumaron a las protestas climáticas en todo el mundo.
E insistió, una vez más, en el mensaje central de su campaña: estas elecciones son para decidir entre “avanzar o retroceder, mirar al futuro o girar la vista al pasado. Una España en la que quepamos todos, o una España en la que quepan solamente aquellos que se fotografiaron en la plaza de Colón”. La del PSOE “es la España que se manifestó en las plazas el pasado 8 de marzo, la del pasado viernes” y la “del 15 de marzo de hace unos cuantos años ya, que reclamó con razón una democracia real ya”. “Es la España que se convoca cada primero de mayo por el empleo, por la dignidad laboral y por la dignidad salarial”.
Porque España, subrayó, “no es extremista. Los españoles saben que ninguno de sus problemas se va a resolver nunca desde posiciones ultras. Nuestra sociedad está cargada de valores y también de un enorme sentido común”. Por eso el proyecto del PSOE, añadió, “no va contra nadie. Entendemos que unir a España es unir a los españoles y unir también a sus territorios”.
España mira al PSOE, afirmó, porque sabe que es “el único baluarte de la estabilidad ahora mismo en el sistema político español, la única esperanza de la razón frente a la irracionalidad que crece no sólo aquí sino en todo el continente”.
Aprender la lección de las elecciones andaluzas
El 28 de abril “tenemos que llamar a la puerta y a la conciencia de esa España que cree en los valores colectivos”, emplazó. “Ahí reside el verdadero patriotismo. Tenemos que aprender la lección de lo que ocurrió el pasado 2 de diciembre en Andalucía”. De ahí su llamamiento a la movilización. “Que nadie se quede en casa”, pidió, porque “ese es el eje de toda la campaña de la derecha: desmovilizar al adversario. La única oportunidad que tiene la derecha es la abstención. Las urnas vacías significarán el 28 de abril involución. Las urnas llenas, progreso, esperanza y un futuro mejor”.
Sánchez pidió expresamente a sus compañeros que imaginasen lo que podrá hacer el PSOE si el 28 de abril consigue una mayoría amplia en el Congreso. “¿Os imagináis lo que podemos llegar a hacer con una mayoría sólida? ¿Os imagináis lo que podemos llegar a hacer si dependemos de nuestras propias fuerzas en el próximo Congreso?” Y, para hacerlo realidad, apeló a salir a la calle y hablar con los jóvenes, las mujeres, los pensionistas y los “hombres y mujeres que trabajan cada día”.
Sánchez describió el camino recorrido desde la moción de censura en términos ferroviarios. “Nos subimos a un tren que había estado siete años en vía muerta, lo pusimos en marcha y desde entonces no hemos parado. Hoy os quiero decir, que ese tren no se va a parar” y que “la primera parada será el 28 de abril, para ganar y gobernar España. Y la segunda parada, el 26 de mayo, para ganar y gobernar la España municipal y autonómica y que la voz de los progresistas españoles se escuche con más fuerza que nunca en Bruselas”. “¿Qué mejor manera de celebrar nuestros 140 años de historia que ganando todas las elecciones?”, se preguntó.
Y no dejó sin respuesta ninguno de los discursos con los que PP y Ciudadanos tratan de cuestionar la labor de su gobierno durante los últimos nueve meses. “A este partido, que se ha dejado vidas en la lucha contra el terrorismo y por las libertades en el País Vasco, lecciones de constitucionalismo ni una”, advirtió.
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El rechazo a los presupuestos “desveló la verdad”: que “el Gobierno siempre defendió el diálogo dentro de la legalidad, que “la derecha ha sido desleal no con el gobierno sino con el Estado” y que “el independentismo vivía mejor con un gobierno del PP”.
En estos diez meses “han quedado varias cosas bien claras”, resumió: que “con un gobierno socialista no se va a producir la independencia de Cataluña”, que la única vía para resolver la crisis catalana es “la vía constitucional” y que España es una de las democracias “más avanzadas del mundo” porque “garantiza la libertad de manifestación, como por ejemplo la de ayer en Madrid”, al tiempo que “juzga a los políticos que quiebran las normas y la legalidad constitucional”.
El 28 de abril se decide, repitió, entre “una España en la que quepamos todos o en la que quepan los tres de la plaza de Colón”. Y “ninguna de las tres caras de la derecha le va a poner un cordón sanitario al PSOE” porque “no va a haber cordón sanitario que frene la voluntad mayoritaria de este país, que quiere avanzar y no quiere retroceder 40 años”.
Sánchez ya es dueño de su partido. El Comité Federal del PSOE aprobó este domingo por unanimidad las listas que los socialistas presentarán a las próximas elecciones generales y europeas. Nadie votó en contra, nadie pidió la palabra para discutir la decisión y sólo media docena de representantes andaluces, entre ellos la baronesa Susana Díaz, se limitaron a no levantar la mano cuando se hizo recuento de votos a favor, en contra y abstenciones. La reunión concluyó en un abrir y cerrar de ojos.