El Gobierno recibe como un “reconocimiento histórico” que Marruecos acepte aduanas en Ceuta y Melilla

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Tras un largo período de tensiones, las relaciones entre España y Marruecos entran oficialmente en una nueva fase. La delegación española encabezada por el presidente del Gobierno que este jueves acudió a Rabat para celebrar una cumbre al máximo nivel con Mohamed VI como anfitrión, no ocultaba su satisfacción a la salida del encuentro. “Es una buena noche”, describían fuentes diplomáticas. 

Varios meses de conversaciones entre el departamento del ministro José Manuel Albares y el gobierno marroquí desembocaron en la cumbre de Rabat, en la que se pudo concretar un comunicado conjunto de ambos países que incluye hasta dieciséis compromisos adquiridos. “Es una hoja de ruta duradera y ambiciosa”, dijo Pedro Sánchez durante su comparecencia ante la prensa, llegando a hablar incluso de “un momento histórico en la definición de nuestras relaciones bilaterales”. 

Desde el Ministerio de Exteriores también se recurrió al mismo término para definir lo que a juicio del Ejecutivo supone uno de los grandes avances de esa nueva hoja de ruta: “Lo que se dice hoy aquí de Ceuta y Melilla es histórico”, aseguran. En realidad, en ese comunicado conjunto no se menciona expresamente a las dos ciudades autónomas ni a la “integridad territorial” a la que el propio Sánchez aludió en su carta al rey de Marruecos. Sin embargo, fuentes del Ejecutivo resaltan la trascendencia del punto 3 del acuerdo: “La plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo”.

Ceuta y Melilla

En el Gobierno subrayan que la mención a los controles aduaneros terrestres son referencias obvias a Ceuta y Melilla, y valoran la aceptación de esos controles por parte de Marruecos como un salto cualitativo jamás dado anteriormente: “Por primera vez nos ponemos de acuerdo para implementar esos controles aduaneros en Ceuta y en Melilla”, sostienen fuentes diplomáticas que concluyen que el país vecino está llevando a cabo una aceptación de facto de la soberanía española de ambas ciudades. 

Los pasos fronterizos de ambas ciudades llevan más de dos años cerrados. La pandemia fue la causa oficial de una decisión que luego se ha mantenido el tiempo por la crisis diplomática vivida entre ambos países, con episodios muy sonados como el traslado del líder del Frente Polisario a un hospital español o la actitud de las autoridades marroquíes facilitando la entrada de cientos de personas a Ceuta en mayo del año pasado. Los problemas en la frontera, sin embargo, venían de mucho tiempo atrás y siempre relacionados con la concepción marroquí de ambas ciudades como territorios ocupados. En Ceuta, de hecho, no ha existido hasta ahora un reconocimiento de un control aduanero por parte de Marruecos. Y en Melilla, donde sí existía, se ha llegado a cerrar unilateralmente por parte de Marruecos en diferentes momentos de tensión política, con el consecuente colapso en el traslado de personas y mercancías. 

Ahora, los gobiernos español y marroquí se comprometen a desarrollar un grupo de trabajo que en el plazo máximo de tres meses vaya rehabilitando de manera escalonada la normalidad fronteriza. “Las propias autoridades de Ceuta y Melilla quieren que sea ordenado. No es tan sencillo como abrir una barrera y no queremos que se produzca un colapso. A lo mejor incluso podemos mejorar las cosas respecto a lo que se hacía antes, como en el caso de las personas porteadoras”, explican desde Exteriores. 

"Sin recurrir a actos unilaterales"

En el Gobierno también valoran como un avance trascendental lo pactado en el punto 2 del comunicado: “Los temas de interés común serán tratados con espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados”. Ese destierro de la unilateralidad, otorga a España la certeza de que “la tranquilidad de nuestras fronteras está garantizada”, y de hecho el Gobierno asegura que el descenso de los flujos migratorios irregulares tanto en Canarias como en Ceuta y en Melilla es “drástico” desde que la colaboración con Marruecos quedó restablecida hace algunas semanas. 

Postura sobre el Sáhara

Durante su comparecencia, el presidente del Gobierno se centró en las relaciones de España y Marruecos y no hizo mención alguna al cambio en la política exterior española respecto al conflicto del Sáhara. Antes, en conversación informal con los periodistas, Sánchez aseguró que el “paso adelante” dado por España en relación a ese conflicto apoyando explícitamente los planes de autonomía propuestos por Marruecos tienen el amparo de Naciones Unidas y suponen “la mejor salida para encontrar una solución diplomática” al conflicto. El presidente también reseñó que el enviado especial de la ONU será en todo caso garantía de que la solución final esté basada en un acuerdo entre todas las partes y destacó que la mayoría de países de nuestro entorno defienden una postura que, en su opinión, “es también la mejor para el interés general de España”. 

A pesar de que en el documento consensuado entre ambos países se evitan menciones explícitas a asuntos especialmente espinosos para Marruecos, sí aparece detallada la nueva postura española sobre el Sáhara que al Ejecutivo de Sánchez le ha supuesto una crítica unánime del conjunto de fuerzas parlamentarias. Sin ir más lejos, esa postura queda reflejada en el punto número 1: “España reconoce la importancia de la cuestión del Sáhara Occidental para Marruecos, así como los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable. En este sentido, España considera la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver este diferendo”. 

Fuentes diplomáticas consultadas por infoLibre sostienen que lo que hace España es “ponerse al servicio del enviado especial de la ONU” en la búsqueda de una salida que sea mutuamente aceptable, volviendo a ser nuestro país “un activo en la búsqueda de un acuerdo entre Marruecos y el Frente Polisario”. Esas mismas fuentes sostienen que un apoyo incondicional a la autodeterminación del pueblo saharaui se ha demostrado una postura que solo contribuye a un bloqueo de consecuencias indeseables para todas las partes. “Y 46 años son demasiados”, concluyen. 

La nueva etapa emprendida oficialmente este jueves en Rabat quedará sellada con una Reunión de Alto Nivel (RAN) entre ambos países antes de final de año. Según fuentes del Ejecutivo español el objetivo es llevar a cabo una actualización del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación, firmado en 1991, que pueda dotar de estabilidad “los próximos 40 años” de relaciones bilaterales. 

Estos son los puntos acordados este jueves por España y Marruecos como hoja de ruta para la relación entre ambos países:

1. España reconoce la importancia de la cuestión del Sáhara Occidental para Marruecos, así como los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable. En este sentido, España considera la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver este diferendo.

2. Los temas de interés común serán tratados con espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados.

3. La plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo.

4. Las conexiones marítimas de pasajeros entre los dos países se restablecerán de manera inmediata y gradual hasta la apertura de todas las frecuencias. 

5. Con este mismo enfoque se iniciarán los preparativos para la operación Paso del Estrecho/Marhaba. 

6. Se reactivará el grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica, con el objetivo de lograr avances concretos. 

7. Se iniciarán conversaciones sobre la gestión de los espacios aéreos. 

8. Se relanzará y reforzará la cooperación en el ámbito de la migración. El Grupo Permanente Hispano-Marroquí sobre Migraciones se reunirá próximamente. 

9. La coordinación en el marco de las respectivas presidencias del proceso de Rabat, durante el período 2022-2023, se realizará de forma que se ponga de relieve la cooperación ejemplar que mantienen los dos países en este ámbito, en beneficio de un enfoque global y equilibrado del fenómeno migratorio. 

10. Se reactivará la cooperación sectorial en todos los ámbitos de interés común: económico, comercial, energético, industrial y cultural, entre otros. 

11. La facilitación de los intercambios económicos y las conexiones entre los dos países será objeto de una próxima reunión. 

12. El ámbito de la educación, la formación profesional y la educación superior será prioritario en esta nueva etapa. Se establecerá un grupo de trabajo específico con este objeto. 

13. Se fortalecerá la cooperación cultural. Se constituirá un grupo de trabajo sectorial en el ámbito de la Cultura y el Deporte. Se dará un nuevo impulso al Patronato de la Fundación Tres Culturas. 

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14. Los informes de actividad de las reuniones y Grupos de Trabajo establecidos o reactivados se presentarán a la Reunión de Alto Nivel. 

15. Los dos países iniciarán conversaciones sobre la actualización del Tratado de Buena Vecindad, Amistad y Cooperación de 1991, sobre la base de los principios, parámetros y prioridades que deben guiar sus relaciones bilaterales en los años venideros. 

16. Su Majestad el Rey Mohamed VI y el Presidente del Gobierno de España, Excmo. Sr. D. Pedro Sánchez, designarán un comité encargado de la puesta en práctica de la presente declaración en un plazo de tres meses.

Tras un largo período de tensiones, las relaciones entre España y Marruecos entran oficialmente en una nueva fase. La delegación española encabezada por el presidente del Gobierno que este jueves acudió a Rabat para celebrar una cumbre al máximo nivel con Mohamed VI como anfitrión, no ocultaba su satisfacción a la salida del encuentro. “Es una buena noche”, describían fuentes diplomáticas. 

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