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Por qué Sánchez elige a Ribera como 'número dos': referente en clima y gestión frente al negacionismo

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Pedro Sánchez ya tiene su número dos para las decisivas elecciones generales del 23J: Teresa Ribera. La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica será su tique tras años de máxima confianza en el Gobierno y como cara visible del proyecto socialista del presente, pero también del futuro.

Desde la travesía en el desierto durante la oposición, Pedro Sánchez siempre tuvo claro que quería a Ribera a su lado si llegaba al poder. Fue uno de los nombres que incluyó el hoy presidente en su Gobierno en la sombra, con la vista puesta en su lucha contra el cambio climático y a favor del medio ambientes desde que era secretaria de Estado del ramo en el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

Sánchez, según fuentes socialistas consultadas, además quiere mandar varios mensajes con la elección de Ribera. Una palabra que repiten muchos cargos: “gestión”. Ella pertenece al cuerpo de la élite del funcionariado (como personal de la Administración Civil del Estado, una de las oposiciones más exigentes). Es una de las ideas que quiere trasladar el jefe del Ejecutivo: un equipo solvente, sólido, respetado, serio. Un PSOE como gran partido de Estado con gestores de altura, señalan en la formación.

El presidente la nombró ministra en el primer Gobierno, pero luego, cuando se formó la coalición, la ascendió a vicepresidenta cuarta. Una de los factores determinantes para ello fue la organización en diciembre de 2019 de la cumbre del cambio climático en Madrid. Esa cita se debía celebrar en Chile, pero Sebastián Piñera pidió que no se hiciera allí por las protestas en las calles. Entonces Pedro Sánchez se ofreció ante la ONU y se tuvo que preparar en un tiempo récord de cuatro semanas una de las citas entre mandatarios más importantes a nivel global. Cuentan los que trabajaron en aquella organización que apenas durmieron aquellos días pero valió la pena por el éxito. 

Sánchez lo tuvo claro y la nombró vicepresidenta cuarta cuando se formó la coalición, mostrando su confianza en ella. Además, en el primer Consejo de Ministros en enero de 2020 el Ejecutivo declaró la emergencia por la crisis climática, fruto del convencimiento de Ribera. Y es que ella lleva años defendiendo postulados ecologistas, otra de las claves también de su nombramiento.

Por el voto verde

La designación como número dos de Ribera envía otro mensaje electoral: a por el voto ecologista. La conciencia social crece año tras año, en un país que nota de manera muy fuerte los efectos del cambio climático, como los últimos episodios de sequía. Los más jóvenes son más sensibles a este tema, también en las urnas. Un factor que también se disputan los partidos de la izquierda, con formaciones como Equo y Alianza Verde. Podemos, el PSOE y Más País son aliados en muchas votaciones, pero son también rivales en ese espectro.

Ribera se ha erigido como un azote contra el negacionismo que intenta expandirse en España a través de Vox, que empapa también al Partido Popular en algunas cuestiones. La vicepresidenta tercera se ha convertido en la cara visible de lucha contra la proposición de ley impulsada por los populares y por la ultraderecha en el Parlamento de Andalucía para legalizar regadíos en Doñana.

Este tema ya se coló en la campaña del 28M y será uno de los platos fuertes para el 23J. Los socialistas exigen a Juanma Moreno que frene ese proyecto, que cuenta con la negativa también de la Comisión Europea y de la mayoría de científicos. Precisamente este miércoles Ferraz lanzó una campaña bajo el lema Salva Doñana: “Tenemos que frenar el terrorismo medioambiental. Un tesoro como Doñana no es cortijo de nadie”.

La vicepresidenta lleva tiempo advirtiendo de las corrientes negacionistas que llegan desde el lado de las derechas. Este es otro de los ejes que ha lanzado con más fuerza Sánchez en sus intervenciones desde que convocó las elecciones adelantadas para el 23 de julio e incluso ha mostrado su preocupación en su Twitter por las consecuencias para la fresa de Huelva.

Conexiones internacionales

Además, Sánchez tiene también en Ribera el rostro del mecanismo ibérico. Ella es la ideóloga de la solución para rebajar el precio de la electricidad. Ese sistema, impulsado junto a Portugal, se ha convertido en esencial para luchar contra la inflación. Un modelo que al principio no se quería en la Unión Europea y que luchó Pedro Sánchez ante sus colegas (incluso se levantó en una dramática reunión). Pero luego resultó ser una fórmula exitosa, bendecida por Ursula Von der Leyen y que reclaman ahora más naciones del continente.

Sánchez exhibirá este logro como uno de los principales atractivos de su Gobierno, como un ejemplo de lo que es capaz de lograr el PSOE. No hay discurso importante en el PSOE que no se refiera a la excepción ibérica. Las conexiones internacionales de la vicepresidenta tercera han sido esenciales tras un recorrido profesional que también pasó por ser una de las negociadoras del Acuerdo de París. Ella representa a ese equipo, que presenta el presidente, que pone a España en la escena internacional y que domina idiomas (en el vídeo de respuesta a Feijóo sobre el conocimiento del inglés se muestran fragmentos del secretario general del PSOE, de Nadia Calviño y de Ribera hablando otros idiomas).

Así resumen fuentes de Ferraz esta designación: “Gestión, preparación, conocimiento de las instituciones europeas y mundiales, con logros como la excepción ibérica, compromiso, como el que demuestra en la protección de Doñana ante los negacionistas de PP y Vox”. 

Precisamente, ha pesado en la elección de Pedro Sánchez que Ribera es un referente en su campo mientras que el Partido Popular no tiene una persona en el área que le dé la réplica en primera plana. Esos temas los lleva Guillermo Mariscal en el Congreso de los Diputados, en tanto que Vox se enfrenta a ella en las sesiones de control con José María Figaredo.

Mensajes en clave interna

Además, en clave interna, también se mandan mensajes. Uno de ellos es que ella tiene el carné del partido, por lo tanto no se apuesta por un independiente o por una figura ajena a la política. El presidente traslada que elige a alguien de los suyos en un momento en el que el partido debe poner toda la maquinaria en marcha para ganar el 23J después del shock que ha supuesto el resultado de las autonómicas y municipales.

Otro de los mensajes internos es que no es un nombramiento pensando para el PSM y en las luchas internas de la federación de la que depende la plancha. De esta manera, el presidente elige a un nombre que está por encima de las guerras cainitas de los socialistas madrileños y que nadie va a rechistar. Y, sobre todo, refuerza su plan de llevar a grandes referentes dentro del socialismo para las listas.

Pedro Sánchez ya tiene su número dos para las decisivas elecciones generales del 23J: Teresa Ribera. La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica será su tique tras años de máxima confianza en el Gobierno y como cara visible del proyecto socialista del presente, pero también del futuro.

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