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Sánchez se fija como objetivo que el PSOE sea la fuerza más votada en las elecciones de 2019

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Con el partido ya bajo su control, sin voces críticas que se atrevan a desafiarle en público y dispuesto a no volver a enredarse con el debate territorial —pasó de puntillas por el conflicto catalán y volvió a evitar cualquier referencia a la España plurinacional con la que ganó las primarias—, Pedro Sánchez se fijó este sábado en Aranjuez el objetivo de hacer del PSOE la primera fuerza política de España de aquí a las elecciones de 2019. Una posición que los socialistas no ocupan desde hace diez años, la última vez que se presentaron a las elecciones con José Luis Rodríguez Zapatero como cabeza de cartel, justo en los prolegómenos de la crisis económica que acabó barriéndoles del Gobierno.

El secretario general del PSOE culmina la transformación del partido que inició con la consagración del modelo de elección directa de los líderes, que el año pasado le permitió reconquistar la secretaría general con el apoyo de los militantes frente al intento de la práctica totalidad de los dirigentes orgánicos y de la vieja guardia del partido de poner en su lugar a la presidenta andaluza, Susana Díaz.

El último acto, al menos hasta que las elecciones de 2019 confirmen o desbaraten la estrategia de Sánchez, se consumó en un Comité Federal —el órgano del PSOE que toma las grandes decisiones entre congresos— en el que los barones críticos, todavía escaldados por la derrota que sufrieron el año pasado, renunciaron a dar la batalla contra las nuevas normas que dan más poder de decisión a los militantes. Algunos, como Díaz, el valenciano Ximo Puig, la balear Francina Armengol o el asturiano Javier Fernández ni siquiera hicieron acto de presencia.

El nuevo reglamento cierra las puertas para que los críticos puedan forzar una eventual caída del secretario general como la de 2016, que además afianzará su prevalencia sobre los barones territoriales a quienes podrá imponer, por ejemplo, consultas a la militancia aún contra su criterio. Los afiliados también ganan capacidad de decisión: serán ellos los que elijan a los secretarios generales en todos los niveles territoriales y serán los únicos que podrán derribarlos.

“En 2019”, proclamó Sánchez en un discurso cuajado de referencias a figuras históricas del partido, como Enrique Tierno Galván o Francisco Tomás y Valiente, “vamos a ir a las urnas con la seguridad del trabajo bien hecho” en las comunidades autónomas y en los ayuntamientos en los que el PSOE ha gobernado. “Y con un propósito claro y firme al alcance de la mano: ser la primera fuerza política en 2019 en este país”.

No obstante, advirtió, “hay mucho que hacer” y “cada minuto que pase es un minuto perdido. Hagamos país ya y ahora. Esa es nuestra política. La propuesta que merece la gente: modernizadora, progresista y europeísta” para “ganar la confianza de la mayoría”. Porque “no nos van a regalar nada”, indicó en referencia a los intereses mediáticos que Sánchez considera contrarios a su aspiraciones políticas. “Nuestro proyecto es autónomo; no estamos al servicio de la plutocracia de este país”.

Programa electoral

Cristina Narbona, presidenta del partido, y José Félix Tezanos, secretario de Estudios, se pondrán desde ahora mismo, anunció Sánchez, al frente de la preparación de la oferta electoral que el PSOE presentará a los electores el año que viene en los municipios, las comunidades autónomas que celebran elecciones y el Parlamento Europeo, un triple reto del que dependen en gran medida las posibilidades del propio Sánchez de aspirar a ganar las elecciones generales, si es que finalmente Mariano Rajoy las demora hasta 2020 y no las anticipa.

Un programa “progresista, europeísta y modernizador” con el que hacer frente a la “pugna de la que somos testigos” entre “las dos derechas”, el PP y Ciudadanos. “Una pugna de poder, no ideológica, por ver cómo se reparten los escaños en el centro derecha” y cuya consecuencia directa es la “parálisis política. No gobiernan y tienen a España paralizada”, lamentó el líder socialista.

Este Gobierno, enfatizó Sánchez, “es un lastre para nuestro país”. Está “agotado”, se le han acabado las ideas y vive “mirando a los tribunales y dando a aespalda a los ciudadanos”. En plena “guerra fría” con sus socios, ahora “amenazan con prorrogar los presupuestos y dicen que están dispuestos a llegar así a 2020”.

Eluden así su principal responsabilidad como Gobierno, subrayó. Por eso “les pedimos” que se dejen de “excusas y presenten el proyecto de Presupuestos para dar confianza y credibilidad a la vida política”.

En su defensa del reglamento de primarias, que el Comité federal ha convertido en ley y que amplía las competencias de los militantes al tiempo que limita las de los órganos intermedios del partido en muchas decisiones clave, Sánchez vinculó socialismo y democracia y recordó que la participación directa de los afiliados socialistas se remonta a la Segunda República. El reglamento, subrayó, pone fin a los “interminables debates por hacer más democrática nuestra organización. Hoy la determinación de los afiliados se materializa en las normas que sometemos a aprobación. Pone negro sobre blanco la voluntad de los afiliados de hacer del PSOE el partido de la militancia”.

La división interna, el fracaso de su política territorial y la dificultad para marcar la agenda lastran a Sánchez

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Los partidos, recordó, “son instrumentos al servicio de la sociedad y esto entra de lleno en lo que queremos para nuestro país, una democracia abierta y participativa transparente, con rendición de cuentas. Y nos lo aplicamos en primera persona”. Por eso a partir de ahora será posible, destacó, “participar en la toma de decisiones del rumbo político, elegir representantes con los que sentirse representados y competir en igualdad” porque la militancia, añadió, sigue siendo “la vanguardia de la sociedad”. Son personas que “se comprometen con valores, contribuyen con ahorros, renuncian a horas de vida familiar por la construcción de un modelo de sociedad”. Con el nuevo reglamento, concluyó, “prestigiamos la militancia y reconocemos la sociedad que queremos”.

Pedro Sánchez no quiso tampoco dejar pasar la ocasión de comprometer la actuación de su partido con las reivindicaciones feministas. “Como secretario general del PSOE, pido a todos nuestros cuadros que sigan los paros laborales convocados por los sindicatos para el próximo día 8 de marzo. Y pido a todos los partidos, a izquierda y derecha, que también los secunden porque no hablamos de una cuestión ideológica sino de una cuestión de justicia social. La mitad de la población sufre la discriminación salarial por el mero hecho de ser mujer”.

  -------------------------------Esta información ha sido editada para hacer una corrección: el secretario general del PSOE aragonés, Javier Lambán, sí estuvo presente en una parte de la reunión del Comité Federal y no ausente durante toda la sesión como erróneamente afirmaba la versión inicial.

Con el partido ya bajo su control, sin voces críticas que se atrevan a desafiarle en público y dispuesto a no volver a enredarse con el debate territorial —pasó de puntillas por el conflicto catalán y volvió a evitar cualquier referencia a la España plurinacional con la que ganó las primarias—, Pedro Sánchez se fijó este sábado en Aranjuez el objetivo de hacer del PSOE la primera fuerza política de España de aquí a las elecciones de 2019. Una posición que los socialistas no ocupan desde hace diez años, la última vez que se presentaron a las elecciones con José Luis Rodríguez Zapatero como cabeza de cartel, justo en los prolegómenos de la crisis económica que acabó barriéndoles del Gobierno.

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