El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, propuso este miércoles en el Congreso la apertura de “un debate político en la Cámara para ver cómo podemos reforzar los mecanismos de coordinación entre los distintos niveles de la administración” para que, cuando ya no esté en vigor el estado de alarma, si se producen rebrotes tengan el menor efecto posible sobre la salud de las personas, sobre el sistema sanitario y sobre la actividad económica.
No obstante, y hasta llegar a esa fase, Sánchez insistió en la necesidad de “transitar hacia esa nueva normalidad con un estado de alarma distinto, porque es muy distinta la situación a hace ocho semanas. Pero necesitamos culminar esta etapa”, subrayó en una respuesta parlamentaria al portavoz del PNV, Aitor Esteban, que acababa de compartir con él su preocupación por las “restricciones en derechos” y en “competencias” que ha supuesto la aplicación del estado de alarma durante la pandemia.
Esteban, cuyo grupo es clave para que el Gobierno pueda prorrogar la vigencia de las medidas extraordinarias para luchas contra el covid-19, se mostró especialmente preocupado por la tardanza en conseguir que la Unión Europea comprometa fondos para la reconstrucción y por las dificultades que puedan encontrar en los próximos meses las instituciones para financiarse. Por esa razón urgió a Sánchez a convocar cuanto antes la comisión del concierto vasco, un órgano bilateral entre el Gobierno de Euskadi y el Ejecutivo central que entre otras funciones tiene las de acordar las modificaciones del Concierto Económico (el cantidad que anualmente cede la hacienda vasca al Estado) y acordar los compromisos de colaboración y coordinación en materia de estabilidad presupuestaria.
Sánchez repitió lo que lleva diciendo desde hace días: “El estado de alarma para nosotros es una necesidad, no un proyecto político. Nosotros no hemos recentralizado ningún tipo de competencias por parte de las autonomías”, y recordó que Interior y Sanidad han podido coordinar a las fuerzas de seguridad autonómicas y locales y a los servicios sanitarios de cada territorio sin afectar a las competencias de los gobiernos de cada comunidad.
En la misma sesión, el presidente insistió en pedir unidad a Pablo Casado después de que el líder del PP le confirmase que se opondrá a que el gobierno siga utilizando el estado de alarma para regular la movilidad y conservar el mando único.
Casado confirma el ‘no’
Casado, ha renunciado a apoyar al Gobierno en sus medidas económicas para afrontar la crisis provocada por el coronavirus, pues considera que llevarán a “arruinar a España”. Frente a ese argumento, Sánchez afirmó que “si algo se ha demostrado con esta crisis es que el camino para adelantar esa recuperación es el de la unidad. La unidad salva vidas y también puede salvar empresas y puestos de trabajo", remarcó.
Casado arropó su anuncio de voto en contra, que ya había anticipado el lunes, remontándose a los recortes aprobados por el PSOE hace diez años durante la crisis desatada en 2008 y sugiriendo, como lleva haciendo varias semanas, que España va a pedir un rescate financiero a la Unión Europea como consecuencia de la crisis actual. Como alternativa al estado de alarma y a las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno para paliar las consecuencias económicas y sociales de pandemia, Casado defendió su propio plan de desescalada y recuperación del empleo, que incluye propuestas como un desconfinamiento por grupos de riesgo.
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Sánchez volvió a ignorar las críticas de Casado, más allá de considerar que sus argumentos son de “cartón piedra”. “El camino es el de la unidad”, le respondió. “El de que entre todos forjemos esa unidad no solamente para salvar vidas en el frente sanitario sino también para salvar empresas y puestos de trabajo. Le pido que abandone la confrontación y que sume y arrime el hombro”.
También en el Pleno de control del Congreso, Sánchez reivindicó el proyecto político de su Gobierno como el programa progresista que pactó con Unidas Podemos y por el que fue investidoy pidió “no mezclar” esa hoja de ruta con el acuerdo que selló la semana pasada con Ciudadanos para salvar la cuarta prórroga del estado de alarma. Lo hizo en respuesta al portavoz de EH Bildu, Oskar Matute, que le trasladó la preocupación de la formación abertzale porque el Gobierno planee aliarse con la derecha.
“No hay que mezclar los debates”, le contestó Sánchez. El estado de alarma es “simple y llanamente” una necesidad para dar respuesta a la crisis del coronavirus y el programa político del Gobierno sigue siendo el de su investidura.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, propuso este miércoles en el Congreso la apertura de “un debate político en la Cámara para ver cómo podemos reforzar los mecanismos de coordinación entre los distintos niveles de la administración” para que, cuando ya no esté en vigor el estado de alarma, si se producen rebrotes tengan el menor efecto posible sobre la salud de las personas, sobre el sistema sanitario y sobre la actividad económica.