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Sánchez a Rajoy: “No está capacitado ni legitimado” para luchar contra la corrupción

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Con la intención declarada de no caer en el y tú másy tú más. Con más énfasis a la hora de defender las propuestas del PSOE que de atacar al presidente del Gobierno y al PP por sus múltiples casos de corrupción y por la serpiente de la Gürtel, que al final ha acabado pegando el zarpazo a la ya exministra de Sanidad, Ana Mato. Con estos mimbres construyó Pedro Sánchez su primera intervención, leída, de respuesta a Mariano Rajoy en el pleno monográfico sobre corrupción de este jueves en el Congreso. En la segunda, en la réplica, el secretario general sí entró más al cuerpo a cuerpo, afeándole al jefe del Ejecutivo la sucesión de escándalos que han explotado en su partido y exigiéndole que asuma responsabilidades por ello. Porque no se podrá zafar de esa mancha. Tanto que "esta es y será para siempre la legislatura de la Gürtel", dijo, como resumen de sus tres años en la Moncloa. 

Sánchez, para su primera intervención en la tribuna de la Cámara baja, tejió un discurso menos agresivo que en otras ocasiones, aunque sí dejando claro que Rajoy ni está "capacitado", ni "legitimado" para liderar la regeneración democrática. Fue la última estocada. "Tras leer el auto de ayer [miércoles, del juez Pablo Ruz], usted no está en condiciones de abordar la tarea de regeneración democrática que exige España en materia de limpieza y lucha contra la corrupción", le disparó. Era la conexión inevitable con el cadáver de Mato sobre la mesa y muy caliente la resolución del juez de la Audiencia Nacional, que acusó a la exministra de ser "partícipe a título lucrativo" de las actividades de su exmarido, Jesús Sepúlveda, imputado por la trama Gürtel

El líder de los socialistas citó también la caída de Mato al arrancar su discurso, mentando los "silencios elocuentes", y las "ausencias elocuentes" en la bancada azul del Gobierno. "No es el mejor día para usted –le atizó–. Pero en los últimos dos años y medio, ningún día es bueno". Se pasó, le dijo, del "todo es falso, salvo algunas cosas" (de febrero de 2013, poco después de que estallara el caso de los papeles de Bárcenas) al "todo era cierto". Y al final, le recordó, se ha visto "obligado" a dejar caer a la ministra de Sanidad, que en el auto de Ruz aparece rotulada con la misma calificación –"participación a título lucrativo" de la red Gürtel– que el PP. El magistrado "está apuntando directamente" al partido, así que "alguien tendrá que responder" y "asumir responsabilidades a nivel de partido", porque "no basta con pedir perdón", avisó. 

El secretario general describió la respuesta del presidente del Gobierno como de total pasividad frente a todo conflicto: cuando le tocaba "atacar de raíz" la corrupción, se volvió a ir "por las ramas", cuando correspondía abordar a los problemas que aquejan a la democracia, sólo replicó con "silencio", igual que prefirió la "inacción" frente al "mayor desafío" al Estado, la amenaza soberanista. 

Sánchez subrayó que los ciudadanos se sienten "engañados y desamparados" por el Ejecutivo, porque les ha pedido "esfuerzos" y en cambio este ha mermado su modo de vida y socavado el Estado del bienestar, lo que "significa que el modelo de convivencia justa y solidaria en el que habían creído y contribuido se ha resquebrajado y corre el riesgo de desmoronarse por un Gobierno que usa la crisis como gran excusa para construir un modelo de sociedad desigual". Ante este panorama, añadió, no puede "sorprender" que exista una "crisis de valores", ya que los ciudadanos están sumidos en la "incomprensión, la desconfianza y la indignación" hacia un Ejecutivo y hacia el sistema político. Reconoció que la culpa no es exclusiva del Gobierno, pero el presidente sí es el máximo "responsable" y su "deber" es "fortalecer la democracia", obligación que está "incumpliendo". 

Responder con "más democracia"

Reivindicando aquello de que los problemas de la democracia "se resuelven con más democracia" que dijo el socialdemócrata Willy Brandt, subrayó que eso es lo que hace falta ahora, y de eso, de "más democracia" adolecen los dos proyectos de ley defendidos este jueves por Rajoy –el estatuto del alto cargo y el control de la actividad económica de los partidos–. El PSOE no "discrepa de la orientación", pero sí en su "falta de ambición". Así, los socialistas quiere que haya primarias en todos los partidos para elegir a sus cargos internos; "fortalecer la independencia" de los órganos constitucionales y los organismos reguladores para "abandonar su colonización" por las formaciones políticas; motivar los indultos y excluir aplicar la medida de gracia en los casos de corrupción; "ampliar y extender las previsiones de la Ley de Transparencia"; reformar el Reglamento del Congreso para agilizar la dinámica de la Cámara y facilitar la participación de los ciudadanos o "flexibilizar las condiciones" de las comparecencias del Gobierno y de las comisiones de investigación. 

Sánchez reconoció que la corrupción es un problema que alarma a toda la sociedad, "sin distinción del color político". Es, de hecho, "el enemigo común". "Y pone bajo sospecha a todos nosotros por mucho que proclamemos honestidad política". Entonó algo parecido a un mea culpa, pues "unos y otros" han cometido el "error de pensar y decir" que es una lacra sólo del adversario. "La realidad nos ha desmentido con dureza a todos nosotros". De forma implícita, se refirió a Podemos, que fustiga a las formaciones de "la casta" por, entre otras cosas, sus múltiples escándalos de corrupción: "Quienes todavía no han probado el amargo sabor de la decepción" por contar con corruptos a sus filas es porque no han tenido responsabilidades de gobierno.

No hay, pues, "partidos corruptos ni partidos inmunes a la corrupción", pues "la mayoría de los militantes son honestos". Son corruptas "las personas las que se corrompen y las que corrompen". Por otro lado, agregó, "no se puede entender buena parte de la corrupción política, la peor parte, sin reconocer la voluntad de otros poderes, especialmente el económico, de capturar el poder político democrático".

En un discurso que desde su entorno definieron como "de Estado", Sánchez intentó limitar el alcance de la corrupción. Argumentó que no conviene "confundir la corrupción del sistema con corrupción en el sistema", porque en este último caso no afloran nuevos casos, mientras que en el primero, "la batalla no está perdida", y ahí está la "esperanza", que se sigue investigando y persiguiendo. 

Ahora bien, apremió: "Llegó la hora de reaccionar", porque "no basta con pedir perdón". Y aunque la corrupción "afecta a todos", "no a todos por igual". "No me siendo en un despacho de una sede construida con dinero negro, ni he recibido sobres de mi partido con dinero en una caja B", ni el tesorero del PSOE está encarcelado "por cuentas en Suiza". Sin embargo, lo más "constructivo" no es "rivalizar sobre quién es menos corrupto", sino poner las medidas para prevenir y castigar "con contundencia" la corrupción.  

Las propuestas del PSOE

¿Cómo? Con sanciones y medidas preventivas. De nuevo se volvió a referir a las iniciativas de su partido, presentadas hace semanas: incrementar las penas, ampliar los plazos por prescripción, que la Audiencia Nacional asuma los delitos de corrupción, que el que robe lo pague con su patrimonio, que Hacienda emita certificado fiscal de la situación patrimonial de los cargos públicos antes y después de su gestión, prohibición de las puertas giratorias...

Las propuestas del PSOE, prosperarán o no según quiera el PP. Pero a los dos partidos, dijo, les separa la "actitud". "Entre la declaración enfática de un líder de que su partido es incompatible con la corrupción y la constatación de que se financia ilegalmente a veces, señor Rajoy, só lo media una fotocopia. Entre una interpretación restrictiva de la Ley de Transparencia y una voluntad política de hacer práctica normal la aplicación de sus previsiones, hay sólo su falta de voluntad para que todos los altos cargos del Gobierno, sin excepción, den publicidad a su patrimonio y renta. Entre las reclamaciones de consenso a la oposición y la imposición, sin diálogo siquiera, de una mayoría absoluta abrumadora, está sólo la apropiación y la aprobación unilateral de la Presidencia del Consejo de RTVE o de la Presidencia del Consejo de Transparencia". 

La "actitud", por tanto, "no se ve" en Rajoy. No es "implacable" con los corruptas, es "condescendiente con sus errores al elegir cargos y candidatos", no da "explicaciones", continúa "atrincherándose" en la sede del PP, no "escucha la indignación de la gente", le recriminó Sánchez, en la parte final de su intervención, la más crítica. Para remachar: "Tras leer el auto de ayer, tras conocer que su partido se lucró de la red Gürtel, usted no está en condiciones de abordar la tarea de regeneración democrática que exige España, en materia de limpieza y de lucha contra la corrupción [...]. España necesita reformas radicales en regeneración, en ejemplaridad, en democracia, en limpieza, y que usted, por su trayectoria, no está capacitado ni legitimado para liderarlas".

"Ustedes no son de fiar"

Ese mensaje, el de la falta de autoridad del presidente para abanderar la lucha contra la corrupción –elemento común de las interverciones de la mayoría de portavoces–, lo reiteró Sánchez en su réplica, de apenas siete minutos. Aunque insistió, esta vez con más fuerza, de que Rajoy no debía dejar el Congreso sin responder "si alguien en su partido" va a asumir "alguna responsabilidad por la trama de financiación irregular" que ha convivido entre las paredes de Génova durante años. 

Sánchez no se abstrajo de la tentación del y tú más en esta segunda parte. "No espere un acuerdo global contra la corrupción. No les creemos. No, no son de fiar", clamó. Porque no se sabe todo el patrimonio de los altos cargos, para empezar. "Si publican los bienes, a lo mejor empezamos a hablar, pero no antes". Y a partir de ahí encadenó: el "dopaje" del PP en las elecciones, las dos décadas de "financiación ilegal" que afectan a varias comunidades... "El PP tiene un problema estructural con la corrupción". Además, y respondiendo al portavoz parlamentario del Grupo Popular, Alfonso Alonso, que hizo alusión al caso Filesa, dijo que ese escándalo le "avergüenza". "Pero la diferencia es que yo estaba en la universidad [Sánchez tiene 42 años] y quien nombró a Luis Bárcenas como tesorero es hoy presidente del Gobierno". 

Frialdad en el Grupo Socialista

Como colofón, el secretario general verbalizó un eslogan: "Esta legislatura es y será para siempre la legislatura de la Gürtel, de la financiación ilegal del PP", y así "estará escrito en las reseñas que hagan los libros de historia". 

Las no explicaciones de Mato sobre la 'Gürtel'

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La réplica gustó más al Grupo Socialista. En ella se desembarazó de los papeles que traía escritos para la primera respuesta, y se sintió algo más cómodo. Subió el tono de combate. Pasado el pleno, sus compañeros de bancada no respiraban con total entusiasmo. De hecho, no se levantaron en pie para jalear su intervención. "Un debate sobre corrupción no es como para aplaudir, en el PP lo hicieron para cerrar filas con el presidente", le disculpaba un diputado miembro de la ejecutiva federal.

Algunos parlamentarios encontró que se quedó algo "corto" en su acometida inicial, que había estado algo "flojo", que tenía que haber aprovechado para atacar al presidente, haber tejido un discurso con más mordiente, como hicieron, entre otros, Cayo Lara (IU), Joan Coscubiela (ICV) y Rosa Díez (UPyD). Otros salieron en defensa del secretario general y alegaban que en una sesión como esta, con Mato ya cesada, habría sido poco edificante volver al y tú más, porque no es lo que los ciudadanos esperan, de modo que era preferible mostrarse "contenido", "sobrio". Y encontrar el equilibrio en un tema tan resbaladizo como la corrupción, le escudaban, no siempre es sencillo. 

Con la intención declarada de no caer en el y tú másy tú más. Con más énfasis a la hora de defender las propuestas del PSOE que de atacar al presidente del Gobierno y al PP por sus múltiples casos de corrupción y por la serpiente de la Gürtel, que al final ha acabado pegando el zarpazo a la ya exministra de Sanidad, Ana Mato. Con estos mimbres construyó Pedro Sánchez su primera intervención, leída, de respuesta a Mariano Rajoy en el pleno monográfico sobre corrupción de este jueves en el Congreso. En la segunda, en la réplica, el secretario general sí entró más al cuerpo a cuerpo, afeándole al jefe del Ejecutivo la sucesión de escándalos que han explotado en su partido y exigiéndole que asuma responsabilidades por ello. Porque no se podrá zafar de esa mancha. Tanto que "esta es y será para siempre la legislatura de la Gürtel", dijo, como resumen de sus tres años en la Moncloa. 

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