Tan solo un año después de llevar a cabo la remodelación del Consejo de Ministros, Pedro Sánchez sigue el mismo camino con la dirección de Ferraz y del grupo parlamentario. Como parte de su estrategia para afrontar el próximo ciclo electoral de 2023 y ante la necesidad de un revulsivo, Sánchez ha nombrado a la ministra María Jesús Montero como la número dos del partido, al exlehendakari Patxi López como portavoz en el Congreso y a la ministra Pilar Alegría como la portavoz de Ferraz.
Además, el ministro Miquel Iceta formará parte de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE como responsable de Memoria Democrática y Laicidad, un puesto que antes ocupaba López. De esta manera serán siete los ministros que tomen asiento en la ejecutiva federal del PSOE, a la que ya pertenecen Alegría, Montero, Félix Bolaños, Isabel Rodríguez, Carolina Darias y Diana Morant. Será el Comité Federal del próximo sábado el que ratifique de manera oficial estos cambios.
El presidente y secretario general del PSOE se ha rodeado de socialismo pata negra sin mirar antecedentes, a la vez que ha prescindido de aquellos que le apoyaron en las primarias de 2017, en las que se enfrentó al aparato del partido y ganó. Entonces le acompañó un núcleo duro formado por Adriana Lastra, José Luis Ábalos, Carmen Calvo, Paco Salazar e Iván Redondo. Ninguno de ellos sigue ya en la órbita más cercana a Sánchez.
Seis años después de esa victoria y tras llegar a La Moncloa en 2018 mediante una moción de censura, los sanchistas de pura cepa han dejado paso a exsusanistas, a felipistas de toda la vida, a gente que se alejó de Pedro Sánchez cuando más solo estaba e incluso a algún que otro antisanchista declarado. Pero, a tenor de los recientes acontecimientos, el tiempo de esas etiquetas ya pasó.
La ministra Montero fue consejera con Susana Díaz y también la encargada de presentar el escrito de la Comisión de Ética y Garantías del partido que certificó que la única autoridad del PSOE en 2016 era Verónica Pérez. Patxi López se enfrentó a Sánchez en las primarias del año siguiente, con Óscar López como jefe de campaña. Pilar Alegría fue la portavoz de la candidatura de Susana Díaz en esas primarias, mientras que Antonio Hernando defendió la abstención en la investidura de Rajoy. Todos ellos ocupan ahora posiciones de poder dentro del partido o en el Ejecutivo.
Sánchez ha optado por afrontar un proceso con el objetivo de estrechar el vínculo entre Moncloa y Ferraz.
Sánchez aparta a Héctor Gómez y Felipe Sicilia
Patxi López sustituirá al canario Héctor Gómez, que accedió al cargo hace poco menos de un año, mientras que Alegría será el nuevo rostro de la calle Ferraz en sustitución de Felipe Sicilia, muy cercano a Adriana Lastra. A ambos se les achaca la escasa proyección pública durante este tiempo. En el entorno de Gómez no se esperaban estos cambios y se mostraban muy satisfechos de la coordinación con otros grupos y la actividad parlamentaria de esta legislatura, que culminó con la celebración del debate sobre el estado de la nación.
Ha sido Sánchez el que les ha comunicado estos cambios y ha confirmado que Eva Granados se mantendrá en el cargo de portavoz de los socialistas en el Senado y Santos Cerdán continuará como secretario de Organización del partido. Las tensiones entre Cerdán y Lastra habían alcanzado su punto álgido en los últimos meses y se especulaba también con su salida, algo que finalmente no ha ocurrido.
La marcha de Adriana Lastra ha facilitado que Sánchez realice esos cambios de calado. La socialista hizo pública su renuncia a la vicesecretaría general por un embarazo de riesgo y alegó que era incompatible conservar el cargo ante “la intensidad que exige la dirección del partido", pero a pocos dentro y fuera del partido se les escapaba que su marcha también estaba motivada por sus enfrentamientos con Santos Cerdán. Una situación que incomodaba a Sánchez y que él mismo les pidió reconducir, tal y como admiten fuentes socialistas.
El maratón electoral de 2023
Ver másSánchez elige a María Jesús Montero como número dos del PSOE y a Patxi López portavoz en el Congreso
Lo cierto es que los tiempos no acompañan a Pedro Sánchez: en mayo de 2023 se celebrarán las elecciones autonómicas (en 12 comunidades) y municipales y generales. Las últimas elecciones celebradas (en Madrid, Castilla y León y Andalucía) se saldaron con un resultado decepcionante para los socialistas y una clara victoria del PP. En el caso andaluz con mayoría absoluta para Juanma Moreno.
Hasta ahora la consigna que habían mantenido tanto en Moncloa como en Ferraz había consistido en reivindicar la gestión como principal baza electoral. Las voces de la cúpula directiva defendían que el PP ganó en esas tres comunidades porque los electores premiaron al partido que ya gobernaba, pero las encuestas reflejan el desgaste de Sánchez y de las siglas del PSOE, especialmente con la llegada Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP.
En algunas grandes capitales gobernadas por el PSOE, de hecho, ya se han empezado a acelerar proyectos o ejecuciones de obras y a apurar los calendarios para que todo esté listo dentro de un año. Pero Sánchez sabe que hace falta algo más. Con estos cambios, unidos a medidas como los impuestos a la banca y a las eléctricas, así como las rebajas en el transporte, Sánchez trata de desafiar, de nuevo, a aquellos que ya pronostican su final.
Tan solo un año después de llevar a cabo la remodelación del Consejo de Ministros, Pedro Sánchez sigue el mismo camino con la dirección de Ferraz y del grupo parlamentario. Como parte de su estrategia para afrontar el próximo ciclo electoral de 2023 y ante la necesidad de un revulsivo, Sánchez ha nombrado a la ministra María Jesús Montero como la número dos del partido, al exlehendakari Patxi López como portavoz en el Congreso y a la ministra Pilar Alegría como la portavoz de Ferraz.