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CAMBIO DE GOBIERNO

Sánchez refuerza con López el peso político del Gobierno y se compromete a “tres años” de legislatura

Óscar López, en el Congreso

Óscar López cruza la puerta de las Cariátides del Instituto Cervantes en la madrileña calle de Alcalá. Arranca oficialmente el curso político con el discurso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El jefe de gabinete no lleva su habitual corbata. Algunos periodistas remolonean alrededor. Pero nadie sabe el gran secreto. El as en la manga. Él será ministro en pocas horas.

Esta escena se producía el miércoles a primera hora. El inicio del curso llega con una pequeña remodelación del Gobierno, pero que conlleva un mensaje de calado. López pasa a la primera línea del Ejecutivo como sustituto de José Luis Escrivá al frente del Ministerio de Transformación Digital y Función Pública y el movimiento se hace, según analizan fuentes socialistas, principalmente para reforzar la faceta política en un momento muy complicado.

López es un político de raza, un dirigente del PSOE que lleva décadas en las salas de máquinas, el colaborador más cercano de Sánchez. Horas y horas de conversaciones y estrategias. Y desembarca ahora en el Ejecutivo en una temporada crucial para el socialismo con la vista puesta en intentar aprobar los presupuestos, solventar el debate de la financiación autonómica y apuntalar una legislatura que está en riesgo también por el rumbo que tomen en sus congresos partidos como Junts y ERC durante el otoño.

Sánchez se ha visto obligado a hacer el nombramiento por la designación de Escrivá como nuevo gobernador del Banco de España. Podía haber elegido un perfil más técnico para el departamento pero ha escogido a López en un contexto complejo. Es una declaración de intenciones, puesto que esto supone que deje de estar a su lado como jefe de gabinete. De esta manera pone en primera línea a una persona habituada a los medios y a la negociación. Se une de facto ya a los pesos pesados que dan la cara como María Jesús Montero (Hacienda), Félix Bolaños (Presidencia y Justicia) y Óscar Puente (Transportes).

Nuevas riendas en La Moncloa

Ese desplazamiento de fichas hace que llegue a la jefatura del gabinete del jefe del Ejecutivo Diego Rubio, uno de los hombres en la sombra del complejo presidencial que más conexión ha logrado con Sánchez en los últimos años. Este historiador de 38 años y sherpa en temas internacionales se hace ahora con las riendas de la maquinaria monclovita con aires juveniles y con la vista puesta a medio y largo plazo (algo que ha experimentado al frente de la Oficina Nacional de Prospectiva).

El puesto de jefe de gabinete es apenas conocido por la mayoría de los ciudadanos, pero supone ocupar uno de los despachos con más poder de todo el país. Es el sucesor de Iván Redondo y de López y en sus manos ahora tiene al equipo de asesores y la agenda del presidente. Es la persona con la que más veces al día va a hablar Sánchez. Tras pasar por universidades como Oxford, Columbia, la Autònoma de Barcelona y La Sorbona, debe reorganizar la actividad del núcleo monclovita. Entre los asesores hay expectación y muchos ponen sobre la mesa también la necesidad de que Rubio conecte también con el partido y no desprecie a Ferraz para no caer en los errores de Iván Redondo. El contrapeso de Antonio Hernando será esencial.

En el Gobierno y en el PSOE se hacen lecturas del retoque hecho por Sánchez. El presidente lanza el mensaje de que quiere aguantar la legislatura, de que hay que dar una barniz más político y que todo el mundo puede moverse de su sitio. “Si ha puesto a López de ministro y lo ha perdido como jefe de gabinete, puede tocar a cualquiera”, comenta un veterano dirigente socialista. El jefe del Ejecutivo ha iniciado de esta manera el proceso para afinar el Ejecutivo y al partido durante los próximos meses. El equipo ministerial se verá afectado como mínimo otra vez más antes de que acabe el año cuando salga Teresa Ribera de la vicepresidencia tercera y del Ministerio de Transición Ecológica para ocupar uno de los grandes cargos de la Comisión Europea que pilota Ursula Von der Leyen. La idea que se abre paso entre muchos socialistas es que con esa excusa puede llevar a cabo una remodelación más profunda de los ministros.

Más cambios a la vista y mucha pedagogía

Y a la misma vez Sánchez ha dado el pistoletazo de salida para renovar el partido. Este sábado el Comité Federal convocará oficialmente el congreso ordinario que se celebrará en Sevilla del 29 de noviembre al 1 de diciembre. El presidente tiene previsto remodelar su Ejecutiva en un tiempo que no tiene nada que ver con el anterior cónclave celebrado en Valencia en 2021. A la vez, se espera un debate ideológico más profundo que en aquella cita y que en la conferencia política del pasado mes de enero en A Coruña. El grueso se centrará en el avance de la España federal, un tema que ahora remueve al partido a raíz del pacto firmado entre el PSC y ERC para hacer presidente de la Generalitat a Salvador Illa.

El Gobierno tiene ahora la titánica tarea de cambiar el relato impuesto por la oposición y los críticos sobre la desigualdad del pacto en Cataluña. Fue el propio jefe del Ejecutivo el que durante su discurso de arranque del curso político trató de explicar lo que se va a hacer en materia de financiación autonómica, algo que hasta el momento apenas había señalado. Su promesa es duplicar el fondo de compensación interterritorial y garantizar más recursos a las autonomías de los que tenían durante la época de la administración de Mariano Rajoy.

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El jefe de Ejecutivo ya deslizó a puerta cerrada el pasado lunes en la reunión de la Ejecutiva del PSOE la necesidad de hacer esa labor pedagógica. Una de las líneas que va a remarcar a partir de ahora es que va a impulsar un modelo más justo con corresponsabilidad de las autonomías. El presidente va a poner el foco especialmente sobre la gestión de la Comunidad de Madrid. 

De hecho, se va a repetir en los actos del PSOE el argumento utilizado por el presidente en el arranque del curso: "Entre 2018 y 2023, la Comunidad de Madrid recibió casi 100.000 millones de euros del Gobierno de España. Un 21% más de lo que le transfirió el Gobierno de Rajoy. Pero, al mismo tiempo, sus recortes de impuestos, siempre dirigidos a beneficiar a las rentas más altas, redujo los ingresos de Madrid en 31.000 millones de euros. Dicho de otro modo: de cada diez euros que el Gobierno de España le ha dado a la Comunidad de Madrid para mejorar la vida de los madrileños, el Gobierno regional ha usado para hacer regalos fiscales a los ricos”.

El jefe del Ejecutivo se ve con fuerzas para aguantar la legislatura y quiere imprimir también, como ha repetido él mismo en su comparecencia, un aire de optimismo. Necesita un Gobierno y un partido que tiren hacia adelante ante un panorama muy complicado por los socios y la crispación de la oposición. La prueba de fuego también vendrá a partir del martes cuando aprobará el Consejo de Ministros un nuevo techo de gasto para jugar la gran partida en el Congreso de los presupuestos generales del Estado. Sánchez empieza a tocar las teclas para llegar a 2027.

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