Se movían entre el 'sí' y la abstención con el argumento de que el principal partido de la oposición no podía quedarse fuera de la "foto" de la iniciativa legislativa que va a regular la vuelta a la 'nueva normalidad' tras la crisis del covid-19, sobre todo cuando el PP lidera varios gobiernos autonómicos. Y definitivamente será un 'sí', tal y como adelantaron fuentes de la dirección nacional consultadas por infoLibre minutos antes del arranque del debate, este jueves, en el Congreso de los Diputados.
Con el 'sí' del PP, el Ejecutivo de Pedro Sánchez logra que su última iniciativa en aterrizar en el Congreso de los Diputados salga adelante con una amplia mayoría, con los votos en contra de Vox, Esquerra Republicana de Catalunya, EH Bildu y Junts per Catalunya. Una de las condiciones del PP para el 'sí' al decreto de la nueva normalidad ha sido que este se tramite como proyecto de ley, lo que permite que los grupos parlamentarios registren enmiendas a partir de ahora. El resultado final de la votación fue de 265 votos a favor, 77 en contra y 5 abstenciones. Entre otras cuestiones, la iniciativa extiende la obligatoriedad del uso de mascarilla en espacios abiertos al público y medios de transporte y en el caso de que no se pueda mantener una distancia de 1,5 metros.
El papel negociador de la exministra Ana Pastor y las llamadas de algunos barones al consenso han sido, según dirigentes consultados por este diario, claves en el primer gran acuerdo al que se suma el principal partido de la oposición para la gestión de la crisis post covid-19. Pese a que la portavoz parlamentaria del Partido Popular es Cayetana Álvarez de Toledo, Pablo Casado dejó estas cuestiones en manos de la vicepresidenta del Congreso, del mismo modo que ella ha sido la voz del partido en la comisión para la reconstrucción política y social, que en la noche del miércoles recogió las conclusiones de los diferentes grupos parlamentarios.
En sus últimas intervenciones públicas, Casado había condicionado el 'sí' a que el Gobierno se sentase a hablar sobre la posibilidad de llegar a un pacto de Estado en materia sanitaria, el bautizado como 'pacto Cajal'. Y ese encuentro se produjo a última hora del miércoles. Tampoco en esta cita estaba Álvarez de Toledo.
La vicepresidenta del Congreso, Ana Pastor, junto con el secretario general del Grupo Parlamentario Popular, Guillermo Mariscal, mantuvo una reunión con Adriana Lastra y Rafael Simancas por parte del PSOE y Félix Bolaños y José Antonio Montilla por parte del Gobierno.
"Se han intercambiado las conclusiones de los respectivos grupos en la comisión de reconstrucción y se han emplazado a seguir hablando en los próximos días", anunciaron desde el partido conservador.
"Tal y como ha explicado el presidente Casado, proponemos un pacto de Estado Cajal por la Sanidad y reiteramos nuestra voluntad a llegar acuerdos en este ámbito con el Gobierno", añadían.
En el debate fue también Pastor la encargada de fijar la posición del Grupo Parlamentario Popular. Sostuvo que el PP vota sí a cambio de la tramitación como proyecto de ley. Y que su partido tiene la intención de que, en el proceso de enmiendas, el texto sea enriquecido con un plan de contingencia en aeropuertos y puertos, con mecanismos eficaces de rastreo, reservas estratégicas de fármacos, el refuerzo de los servicios sanitarios y también el refuerzo del Consejo Interterritorial de Sanidad. Ese proyecto de ley, añadió, ha de contener todas las medidas para hacer frente a los rebrotes, pero también a brotes excepcionales que puedan abarcar a todas las comunidades. "Y no estamos libres de ello", concluyó la exministra de Sanidad en una intervención en la que había pedido huir de una "visión partidista". "Creo que han actuado de buena fe, señor ministro... Pero no han acertado", dijo al titular de Sanidad, Salvador Illa.
Recelos por el entendimientos con PP y Cs
Desde Vox, su portavoz de Sanidad de Vox, Juan Carlos Steegmann, defendió su voto en contra mostrando el convencimiento de su formación de que la convalidación del decreto vuelve a ser un "nuevo acto de propaganda" del Ejecutivo. La extrema derecha se opone, además, a que esta norma haya tomado la forma del real decreto ley, aunque ahora vaya a ser tramitada como proyecto de ley.
Junts y ERC presentaron su voto en contra como un castigo al mando único que supuso el estado de alarma y que, en su opinión, les arrebató competencias a las autonomías, mientras que Bildu lo justificó por el viraje que percibe en el Gobierno al pactar con Ciudadanos y PP este decreto. "Así no", les advirtió la portavoz de la izquierda abertzale, Mertxe Aizpurua, según informa Europa Press.
Ver másLos rebrotes se extienden ya al menos a 11 comunidades
Ingreso mínimo vital
Hace un par de semanas, el PP votó también a favor del ingreso mínimo vital. Y, este mismo jueves, tras confirmase la candidatura de la vicepresidenta Nadia Calviño a la presidencia del Eurogrupo, los conservadores anunciaron que no se opondrán. Casado quiso poner este jueves en valor el apoyo a Calviño y el voto a favor del decreto de la nueva normalidad en un acto de la precampaña de Carlos Iturgaiz como candidato a lehendakari para las vascas del 12 de julio.
El PP, que fue de la mano del Gobierno, en las primeras prórrogas del estado de alarma, empezó a desmarcarse en las tres últimas. Primero, lo hizo con una abstención. Y las dos últimas prórrogas, otorgó su voto en contra al considerar que había herramientas alternativas que Pedro Sánchez se negaba a explorar y que el PP no podía corresponsabilizarse de los errores del Gobierno.
Se movían entre el 'sí' y la abstención con el argumento de que el principal partido de la oposición no podía quedarse fuera de la "foto" de la iniciativa legislativa que va a regular la vuelta a la 'nueva normalidad' tras la crisis del covid-19, sobre todo cuando el PP lidera varios gobiernos autonómicos. Y definitivamente será un 'sí', tal y como adelantaron fuentes de la dirección nacional consultadas por infoLibre minutos antes del arranque del debate, este jueves, en el Congreso de los Diputados.