La izquierda cierra campaña convencida de que el cambio es posible tras dos semanas de tropiezos en el PP

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En menos de 48 horas las urnas se cerrarán en Galicia. Unas elecciones que se prevén disputadas y en las que la izquierda busca activar todo lo posible a su electorado para arrebatar al Partido Popular la Presidencia de la Xunta. La última vez que los gallegos acudieron a votar, en las generales del 23J, lo hicieron mayoritariamente a candidaturas de izquierdas (50,9%) frente a las papeletas de partidos de la derecha, que se quedaron en un 49,2%. El empeño de la izquierda, encabezada por el BNG de Ana Pontón, es hacer creer a los suyos que hay partido y que el domingo es posible poner fin a 15 años de mayorías absolutas consecutivas de la derecha.

Durante estas dos semanas, las fuerzas del ámbito progresista han protagonizado una campaña de no agresión, en mítines, entrevistas y también en formatos donde sí que es más habitual la confrontación como los debates. Ocurrió tanto en el que se celebró en la radiotelevisión gallega, que contó con la participación del presidente de la Xunta y candidato del PP, Alfonso Rueda, como en el que tuvo lugar esta semana organizado por TVE, al que conservador declinó asistir. En este último únicamente participaron la candidata del BNG y el del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro —al ser las únicas formaciones, junto con el PP, con presencia en el Parlamento—, y se dedicaron analizar la gestión del PP al frente de la Xunta exhibiendo una cuidadosa sintonía.

A esto se le suman los tropiezos del Partido Popular. Las declaraciones de Alberto Núñez Feijóo mostrándose a favor de un plan de “reconciliación” para Cataluña que incluya la concesión de indultos condicionados de los que podrían beneficiarse Carles Puigdemont y otras personas pendientes de procedimientos judiciales relacionados con el procés cayeron como una bomba en las filas del Partido Popular justo en el inicio de la recta final de la campaña.

El silencio demoscópico impuesto por la ley electoral impide conocer los datos que manejan tanto las formaciones políticas como algunos medios de comunicación, si bien diversas fuentes apuntan a una tensión creciente en el entorno popular, fundamentalmente por que la subida del BNG acabe siendo lo suficientemente intensa como para dar lugar a una mayoría parlamentaria de izquierdas. Por ese motivo, en los últimos días los dirigentes del PP han redoblado sus ataques hacia la candidata del Bloque, la más valorada por la ciudadanía según varios sondeos, que podría convertirse en la primera presidenta de la Xunta.

BNG: todo gira alrededor de Pontón

Ana Pontón ha logrado capitalizar la imagen del cambio en Galicia. La campaña ha girado en torno a su figura —es la única candidata que se presenta como segunda vez como cabeza de cartel y cuenta con un amplio conocimiento entre los electores— con constantes referencias a lo que hará "cuando sea presidenta" y reclamando concentrar el voto útil en las siglas del BNG. Aunque en estas semanas Pontón ha acentuado especialmente las reivindicaciones de carácter social y económico, ha aprovechado su vertiente nacionalista para presentarse como la única que se preocupa por Galicia y que no está condicionada por la dinámica nacional.

La formación ha realizado una campaña con mucha presencia en redes, consciente de que su apoyo entre los jóvenes se ha disparado, y ha conseguido sumar a voces—como la del expresidente de Uruguay Pepe Mujica o la del activista argentino y Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel— que desbordan el espacio tradicional del Bloque, y que han contribuido a dar una imagen de liderazgo. Los esfuerzos del PP por desacreditarla vinculándola a EH Bildu no parecen haber hecho mella en su imagen y fuentes de la formación ya aventuran que obtendrán un resultado histórico, gobiernen o no.

PSOE: líderes nacionales al auxilio del candidato

La estrategia del PSOE, condicionado por la debilidad estructural del partido en Galicia y el bajo conocimiento de su candidato, José Ramón Gómez Besteiro, ha buscado movilizar a quienes votan socialista en las generales y municipales pero no lo hacen en las autonómicas. Desde Ferraz han activado la maquinaria convencidos de que una derrota del PP puede ser el detonante que acabe con su líder, Alberto Núñez Feijóo, y abra una nueva crisis de liderazgo en el PP nacional, y han asumido que será el BNG quien ostente el liderazgo del espacio progresista.

En estas dos semanas han contado con el apoyo de figuras a nivel nacional empezando por la del propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se ha volcado en campaña, aunque no tango como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, cuyas intervenciones públicas fueron determinantes antes de las elecciones generales para movilizar al electorado progresista y dar energía a los cargos y militantes. Además, también han participado ministros como María Jesús Montero, Pilar Alegría y Félix Bolaños, entre otros cargos socialistas.

Sumar: un complicado primer test para Yolanda Díaz

La coalición liderada por Yolanda Díaz se estrena por primera vez en unas autonómicas y lo hace en la comunidad natal de su jefa de filas. Su candidata es Marta Lois, a quien la vicepresidenta segunda situó hace medio año al frente de la portavocía del Congreso, pero que no cuenta con un alto grado de conocimiento entre los electores. Su objetivo en esta campaña ha sido tratar de convencer a los electores progresistas de que su entrada en el Parlamento gallego —para la que necesita al menos un 5% de los votos— es decisiva para que la izquierda sume suficientes escaños y desaloje de la Xunta a la derecha y por eso han apelado a una masiva participación.

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La plana mayor de Sumar, con sus cinco ministros al frente, se ha volcado en campaña, especialmente Díaz, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y el portavoz parlamentario Íñigo Errejón. Más discreta ha sido la presencia de la líder de Más Madrid y ministra de Sanidad, Mónica García, que solo ha visitado la comunidad en una ocasión pese a que la mala situación de sanidad pública ha sido objeto de protestas y García podría haber capitalizado ese malestar.

Podemos: la lucha contra la invisibilidad

La candidatura en solitario de Podemos, encabezada por Isabel Faraldo, solo se entiende por la negativa de la militancia morada a concurrir conjuntamente con Sumar, que sí cerró una alianza con Izquierda Unida. Las perspectivas de los morados son prácticamente nulas, ya que en las últimas encuestas no superan ni tan siquiera el 1% de los votos, pero el objetivo, tal y como explicó Faraldo en una entrevista con infoLibre es "construir organización" para el futuro, conscientes de que en el pasado hubo quien dio por muerto también al BNG y ahora lidera el espacio progresista.

Pese al complicado escenario, tanto la líder de Podemos y exministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, como su número dos y extitular de Igualdad, Irene Montero, se han volcado durante la campaña electoral, en la que también ha participado el exvicepresidente Pablo Iglesias. Faraldo considera que el debate de la televisión gallega le dio impulso pero que se ha "invisibilizado su candidatura y, sea cual sea el resultado electoral, asegura que dará la cara el próximo domingo.

En menos de 48 horas las urnas se cerrarán en Galicia. Unas elecciones que se prevén disputadas y en las que la izquierda busca activar todo lo posible a su electorado para arrebatar al Partido Popular la Presidencia de la Xunta. La última vez que los gallegos acudieron a votar, en las generales del 23J, lo hicieron mayoritariamente a candidaturas de izquierdas (50,9%) frente a las papeletas de partidos de la derecha, que se quedaron en un 49,2%. El empeño de la izquierda, encabezada por el BNG de Ana Pontón, es hacer creer a los suyos que hay partido y que el domingo es posible poner fin a 15 años de mayorías absolutas consecutivas de la derecha.

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