El PSOE debate a estas horas su futuro en una reunión de la Comisión Ejecutiva Federal que se prevé larga y dura. Y ninguna solución parece fácil después del brutal desastre de las elecciones europeas, en las que el partido cosechó el peor resultado de toda su historia en número de votos, porcentaje y diputados. La dimisión del secretario general y la convocatoria del congreso parece a priori una de las opciones más previsibles, pero todo dependerá de la voluntad de Alfredo Pérez Rubalcaba y de la presión que ejerzan los barones. Singularmente, Andalucía y su jefa de filas, Susana Díaz. Pero esa pulsión a favor de un cónclave extraordinario que renueve a una dirección ya quemada se enfrenta a una pulsión igual de importante: las primarias nacionales, teóricamente convocadas para noviembre pero que podrían adelantarse, en caso de que se mantuviera la hoja de ruta. Todo está por ver.
Hasta ahora, hay pocas certezas de por dónde se inclinará la balanza. Esta mañana, la reserva, en declaraciones públicas, era total. A la entrada de la sede federal, en Ferraz, sólo se pronunciaron el secretario general del PSE, Patxi López, y el número cuatro de la candidatura europea, Juan Fernando López Aguilar. Y ambos visualizaron, siquiera sutilmente, esa batalla que se libra a estas horas de puertas para dentro.
“Lo que es evidente es que hemos tenido unos muy malos resultados, que no son aislados, y llevamos unos cuantos en un país que ha votado mayoritariamente a la izquierda, y por tanto el PSOE no ha sabido ser ese gran referente de las personas que querían un cambio en este país y necesitaban una izquierda fuerte. Por lo tanto, tenemos que adoptar decisiones, tenemos que repensarnos, cambiarnos, y de eso hablaremos hoy”, señaló López a las puertas de Ferraz. Él pertenece a la ejecutiva federal como secretario de Relaciones Políticas, aunque no ha ejercido como tal. Pero, sobre todo, es uno de los posibles candidatos al relevo de Rubalcaba, y tendría más fácil ganar un congreso, según se analizaba internamente. Su problema, sin embargo, son sus propios resultados: dejó la Lehendakaritza al cabo de tres años, barrido por las urnas, y ayer mismo obtuvo un pésimo resultado. Pasó del 27,78% de los votos al 13,78%, por detrás de PNV y EH Bildu. 14 puntos menos.
No valen "métodos convencionales"
"Hacen falta todos los cambios y toda la apertura del mundo", terció López Aguilar. Primarias, dijo, "tiene que haberlas", porque una debacle tal del partido "no debería solventarse sin más con métodos convencionales del estilo de la convocatoria de un congreso". El exministro de Justicia advirtió de que "ni una sopa de letras ni una miscelánea de oportunismos catódicos" –en referencia a Podemos, cuyo éxito la ha ubicado como cuarta fuerza, con 5 escaños y muy cerca de IU– será capaz de "derrotar al PP".
Quien sí apostó claramente por las primarias, y primarias ya, es Carme Chacón. "El cambio empieza en nosotros #primarias abiertas", escribió en su cuenta de Twitter. Ella es una de las mayores interesadas en que las elecciones abiertas no se cancelen, y ha dejado claro, a través de su entorno más inmediato, que no desea un cónclave extraordinario. Eduardo Madina, miembro de la ejecutiva federal, no se pronunció ni a la entrada (ni se le vio) ni por Twitter. Y Pedro Sánchez tampoco habló a través de su cuenta personal.
Ninguna solución parece, desde luego, sencilla. La dirección actual se halla totalmente debilitada tras el batacazo del 25-M, con lo que, de no renunciar, tendrá difícil seguir caminando. Un congreso extraordinario, sin embargo, podría anular una de las grandes promesas que se formularon en Sevilla: la apertura del PSOE a la sociedad a través de las primarias abiertas. La alternativa b, el adelanto de las elecciones abiertas, contaría con la desventaja de los tiempos, ya que hay poco margen para celebrarlas antes de las vacaciones de verano.
En este complicadísimo puzle está por ver el movimiento de la verdadera ganadora (con matices) de las europeas, Susana Díaz. Andalucía fue una de las tres comunidades, junto con Asturias y Extremadura, en las que el PSOE ganó, y lo hizo con muchísima holgura, atesorando el 26,06% del total de votos al PSOE (937.319, por los 3.596.324 apoyos en toda España). Diez puntos sobre el PP (35,12% frente a un 25,89%), aunque firmando el peor resultado de su historia. Fuentes próximas a la presidenta de la Junta insistían esta mañana en que ni ella ni el presidente del partido, José Antonio Griñán, son proclives a las primarias, porque ello sumiría al PSOE en nuevas tensiones internas, y seguiría sin resolver el problema de una dirección muy quemada. Pero también es "consciente", según estas fuentes, de que se prometieron elecciones abiertas.
Las consecuencias de Sevilla
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El congreso permitiría a Díaz asumir incluso las riendas del PSOE, porque apenas encontraría rival. Esa opción, no obstante, supondría que, a la larga, tuviera que dejar la Presidencia de la Junta para poder optar a la Moncloa, cuando ni siquiera ella ha ganado unas elecciones en las que se haya presentado. "¿Y qué vamos a hacer? ¿Sacrificar Andalucía para luego ni tan siquiera ganar en España?", se preguntaban desde el círculo de la presidenta.
Ahora se repiten las voces de lamento por "las consecuencias del mal congreso de Sevilla", en el que el PSOE, tras firmar su peor resultado en generales de toda la democracia, eligió al candidato, a Rubalcaba, como secretario general. Pero esa opción ya no es reversible y el partido ha visto confirmado el bofetón en las urnas.
Las incógnitas se resolverán pronto. La reunión de la ejecutiva comenzó pasadas las once de la mañana y Rubalcaba comparecerá en rueda de prensa a las dos de la tarde. Entonces dirá si el peor resultado de la historia del PSOE merece o no su dimisión.
El PSOE debate a estas horas su futuro en una reunión de la Comisión Ejecutiva Federal que se prevé larga y dura. Y ninguna solución parece fácil después del brutal desastre de las elecciones europeas, en las que el partido cosechó el peor resultado de toda su historia en número de votos, porcentaje y diputados. La dimisión del secretario general y la convocatoria del congreso parece a priori una de las opciones más previsibles, pero todo dependerá de la voluntad de Alfredo Pérez Rubalcaba y de la presión que ejerzan los barones. Singularmente, Andalucía y su jefa de filas, Susana Díaz. Pero esa pulsión a favor de un cónclave extraordinario que renueve a una dirección ya quemada se enfrenta a una pulsión igual de importante: las primarias nacionales, teóricamente convocadas para noviembre pero que podrían adelantarse, en caso de que se mantuviera la hoja de ruta. Todo está por ver.