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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

¿Sumar o Podemos? Quién está con quién en el grupo de UP antes del estreno de Díaz como candidata

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La izquierda a la izquierda del PSOE lleva cerca de 40 años buscando –o amagando con que lo hace– la tierra prometida de la unidad. Es a lo que aspira, precisamente, la vicepresidenta Yolanda Díaz, que este domingo presenta su candidatura en un acto en Madrid tras finalizar su “proceso de escucha” iniciado el pasado verano con Sumar. Díaz quiere unir en un solo proyecto –no en un solo partido, pero sí en un solo bloque o movimiento, y llegado el caso detrás de una sola papeleta electoral– al grueso de las fuerzas políticas y sociales alternativas. 

Lo paradójico es que esa búsqueda de la unidad está generando división en el espacio que Díaz quiere representar. El grupo parlamentario de Unidas Podemos tiene 33 diputados —empezó la legislatura con 35, pero el escaño de Alberto Rodríguez no se ha llegado a cubrir y la canaria Meri Pita, crítica con la dirección, se pasó al Grupo Mixto—. De esos 33 escaños, cuatro son de Izquierda Unida —Alberto Garzón, Enrique Santiago, Roser Maestro y José Luis Bueno—, siete de En Comú Podem –Jaume Asens, Gerardo Pisarello, Aina Vidal, Mar García Puig, Joan Mena, Laura López e Ismael Cortés—, dos de Galicia en Comú —Antonio Gómez Reino y la propia Díaz—, y uno de Alianza Verde, Juantxo López de Uralde.

El resto forman parte de la cuota de Podemos, pero no todos se alinean con los planteamientos de su líder, Ione Belarra. Algunos de ellos, como la vicepresidenta tercera del Congreso, Gloria Elizo, o el secretario general del grupo, Txema Guijarro, llevan tiempo distanciados de las decisiones de la cúpula morada y respaldan a Diaz. Otros se ubican en una zona gris, como los dos parlamentarios vascos de Podemos, Roberto Uriarte y Pilar Garriga, o el propio López de Uralde. 

Los que sí cierran filas con Podemos, además del grupo de dirección —conformado por la propia Belarra, Irene Montero, Pablo Echenique, Javier Sánchez Serna y Rafael Mayoral—, son Lucía Muñoz, Martina Velarde, Ezequiel García, Marisa Saavedra, Isabel Franco, Pedro Antonio Honrubia, Antonia Jover, Rosa Medel, Ismael Cortés y Mercedes Pérez. La coordinadora de Podemos Asturias, Sofía Castañón, fiel a Belarra frente al sector crítico asturiano encabezado por Daniel Ripa, está de baja desde el pasado mes de diciembre. 

El grupo confederal está, por tanto, en una suerte de empate técnico: 16 diputados apoyan las tesis de Podemos, 14 las de Yolanda Díaz y tres no toman partido. Esta división está provocando tiranteces que se trasladan a la coordinación del grupo. La imagen generada las últimas semanas disgusta a los diputados que integran la coalición, pero lo cierto es que estas diferencias son evidentes desde hace mucho tiempo.

La relación con ERC y Bildu tensiona al grupo parlamentario

La dirección de Podemos, por un lado, y Yolanda Díaz, por el otro, han explicitado sus desacuerdos en materias como el envío de armas a Ucrania, la reforma de la ley del solo sí es sí, la elección de los vocales al Consejo General del Poder Judicial, la negociación sobre la ley de vivienda o la intervención de los precios de los alimentos. Pero si hay un asunto que ha dejado clara la diferencia de posturas es el fracaso de la reforma de la ley mordaza.

Podemos echó las culpas de ese fiasco a su socio de gobierno, el PSOE, al entender que no había luchado lo suficiente por conseguir elde ERC y Bildu. La negativa de las formaciones independentistas provocó que el texto decayera en la propia comisión y, por tanto, no llegara a ser debatido en pleno. Sin embargo, esta visión contrasta con la del ponente de Unidas Podemos, Enrique Santiago, el encargado de negociar esta reforma durante los últimos años. Santiago llegó a responder a un tuit del exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, después de que este le diera la razón a ERC y Bildu.

La posición de Iglesias y de la cúpula de Podemos no es casual, sino que está relacionada con cómo entienden la alianza con ERC y EH Bildu. Los de Belarra defienden que debe ser estratégica, no táctica, es decir, que estas formaciones también deben formar parte de decisiones de Estado como, por ejemplo, la renovación del CGPJ o la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado. En Podemos consideran que esta alianza se resquebrajó durante la negociación de la reforma laboral, aprobada gracias a una equivocación de un parlamentario del PP, y que supuso una importante crisis entre la cúpula de ERC, liderada por Gabriel Rufián en Madrid, y la propia Yolanda Díaz.

Además, la dirección de Podemos también mantiene discrepancias con Díaz sobre su posición como partido subalterno al PSOE. Los morados creen que es necesario diferenciarse de los socialistas con discursos más escorados a la izquierda porque, de lo contrario, ambas formaciones serían indistinguibles a ojos de los potenciales votantes progresistas. Por ese motivo señalan que es imprescindible dar la “batalla cultural”, teniendo en cuenta de que la vicepresidenta evita posicionarse en según qué materias.

Los que sí estarán en las foto (y los que no) el domingo

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La fotografía de este domingo evidenciará todavía más estas fracturas internas ya que, salvo sorpresa de última hora, nadie de la dirección de Podemos acudirá a la puesta de largo de Díaz. Los de Belarra ya han dejado claro que no asistirán a no ser que la gallega se comprometa por escrito a garantizar primarias abiertas para conformar las candidaturas de cara a las generales, un planteamiento que Díaz rechaza —en su equipo admiten que hay formaciones que no ven viable este modelo— y apuesta por discutir las características concretas de esas primarias en una mesa de partidos. 

Sin embargo, algunos cargos autonómicos de la formación como la coordinadora de Podemos en Navarra, Begoña Alfaro, o el líder de Podemos en Galicia, Borja San Ramón, sí acudirán al acto pese a la directriz del partido. También habrá presencia de la dirección de Extremadura, aunque todavía no está confirmada la presencia de su líder, Irene de Miguel. El vicepresidente del Govern balear, Juan Pedro Yllanes, alejado de la cúpula del partido, es otro de los que ha manifestado su apoyo a Sumar, pero no acudirá al evento por motivos de agenda.

Quien sí ha confirmado su presencia es la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (comunes), el ministro de Consumo, Alberto Garzón (IU), la jefa de la oposición en la Asamblea de Madrid, Mónica García (Más Madrid), el alcalde de València, Joan Ribó (Compromís) o la portavoz ceutí Fatima Hamed (MDyC). En el plano internacional también ha confirmado su presencia la copresidenta del Partido Verde Europeo, Mélanie Vogel y el presidente del Partido de la Izquierda Europea, Walter Baier.

La izquierda a la izquierda del PSOE lleva cerca de 40 años buscando –o amagando con que lo hace– la tierra prometida de la unidad. Es a lo que aspira, precisamente, la vicepresidenta Yolanda Díaz, que este domingo presenta su candidatura en un acto en Madrid tras finalizar su “proceso de escucha” iniciado el pasado verano con Sumar. Díaz quiere unir en un solo proyecto –no en un solo partido, pero sí en un solo bloque o movimiento, y llegado el caso detrás de una sola papeleta electoral– al grueso de las fuerzas políticas y sociales alternativas. 

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