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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Sumar y Podemos se la juegan al ir por separado en el País Vasco pese al precedente gallego

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Es oficial. El 21 de abril se celebrarán elecciones en el País Vasco. El lehendakari Íñigo Urkullu lo anunció este jueves, aunque la fecha ya estaba marcada en el calendario desde hace varias semanas. Los partidos vuelven a la precampaña solo unos días después de los últimos comicios, celebrados en Galicia, que se saldaron con la victoria por mayoría absoluta del Partido Popular. Ahora, a tenor de las encuestas, la pugna por la primera plaza se dirimirá entre el actual líder, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), y Euskal Herria Bildu (EH Bildu) mientras el resto de formaciones —a excepción de Vox— buscará ser imprescindible para la gobernabilidad.

En el espacio de la izquierda alternativa son conscientes de que los malos resultados en Galicia han debilitado sus opciones para el País Vasco, ya que tanto Sumar como Podemos se quedaron fuera del Parlamento. Los primeros lograron un 1,9% de los votos; los segundos, el 0,26%. Con este precedente, y pese a mantener numerosas reuniones desde el pasado año para tratar de alcanzar una alianza entre ambos en las vascas, Sumar ha zanjado esa vía esta misma semana por medio de su líder en Euskadi y diputado nacional, Lander Martínez. "Se ha cerrado esa opción. Podemos ha optado por tomar otro camino", aseguró el miércoles en en EiTB, en referencia a la decisión de la dirección morada de romper con el grupo parlamentario en el Congreso en diciembre.

En las últimas horas fue Podemos quien más interés puso en alcanzar ese acuerdo, al menos públicamente. Horas antes de las declaraciones de Martínez, la candidata a lehendakari de Podemos y portavoz parlamentaria, Miren Gorrotxategi, abrió la puerta a reanudar las negociaciones rotas desde el pasado 3 de febrero. De hecho, Gorrotxategi pidió "traer a casa" la lección de Galicia bajo la premisa de que si ambos se hubieran presentado juntos "el resultado hubiera sido mejor" y se mostró dispuesta a retirar su candidatura si así se facilitaba la lista de unidad, destacando que se sentía "frustrada" porque su "ambición" no era "personal".

Esa candidatura de unidad era también reclamada por un grupo de militantes y simpatizantes de Sumar y Podemos que pedían, a través de una Plataforma, "un nuevo intento" de cerrar una coalición para garantizar la presencia del espacio en el Parlamento Vasco. Pese a ello, Martínez zanjó la opción alegando "falta de confianza": "No hay opción ni confianza para crear una coalición política", señaló, asumiendo implícitamente el coste de la decisión. Gorrotxategi, por su parte, aseguró que le parecía una "lastima" esa posición y subrayó que desde Podemos habían "hecho lo posible y lo imposible para que ese acuerdo de unidad fuera un hecho".

Así, el próximo 21 de abril habrá dos candidaturas que representen al espacio de la izquierda alternativa. Una conformada por Sumar Mugimendua, Ezker Anitza-IU y Equo encabezada por la activista Alba García Martín, cuyo perfil es prácticamente desconocido para la población, ya que hasta ahora se había mantenido en un segundo plano como coordinadora de acción institucional, de campañas electorales y de programa electoral en Podemos. Y otra liderada con Gorrotxategi, que sí cuenta con un grado de conocimiento más amplio ya que fue cabeza de lista en 2020 y diputada estos últimos años, en representación de Elkarrekin Podemos junto con Alianza Verde.

La barrera del 3%, clave para que Sumar y Podemos no repitan el fracaso de Galicia

La ausencia de una candidatura de unidad no preocupa a Sumar. Desde la coalición que dirige la vicepresidenta Yolanda Díaz achacan el mal resultado de Galicia a otros motivos ajenos a la falta de entendimiento con Podemos —como, por ejemplo, a la escasa implantación territorial—. Fuentes de la dirección de Sumar se muestran "optimistas" respecto a las vascas e inciden en que, además de que ahora cuentan con "más tiempo" para prepararse, la barrera para entrar en el Parlamento es "más accesible" —en lugar de estar fijada en un 5% es del 3%—.

Así, estas voces consideran que el "voto útil" hacia otras formaciones del espectro progresista no operará de la misma manera en la que lo hizo, a su juicio, en Galicia con el Bloque Nacionalista Galego, que obtuvo la segunda plaza con un resultado histórico. En ese sentido consideran que la candidatura de Marta Lois fue perdiendo fuelle a medida que avanzaba la campaña ya que "caló" la idea en el electorado de que tenía muy difícil entrar y "nadie quiere tirar su voto". Además, creen que García sí que tiene posibilidades de hacerse un hueco pese a la fortaleza de EH Bildu porque hay una parte del electorado que "nunca" votaría a la izquierda abertzale por su pasado.

Otras fuentes se muestran menos optimistas porque creen que el de su candidata es un perfil demasiado desconocido para el público y aunque sostienen que la marca Sumar "está más fuerte" en Euskadi que en Galicia y que el trabajo de Díaz al frente de Trabajo tiene más peso allí, en los comicios del 23J la coalición —en la que también se presentaba Podemos— solo obtuvo un diputado, el de Martínez por Vizcaya, frente a los dos que obtuvo Unidas Podemos en 2019.

En el caso de Podemos cuenta con la ventaja de que su candidata es más conocida, al igual que la marca Elkarrekin. Fuentes de la formación subrayan también que, a diferencia del caso gallego, cuentan con seis diputados —cuatro de Podemos y dos de IU— actualmente en el Parlamento, además de tener más implantación territorial que Sumar. Asimismo, señalan que la barrera del 3% también les beneficia y, aunque una única candidatura les hubiera convenido más en conjunto, es una forma de medir así sus fuerzas con Sumar, al igual que quieren hacer con la candidatura de las europeas.

Con todo, en la formación morada son conscientes de que estas elecciones llegan en sus horas más bajas, después de llegar a ser tercera fuerza en las autonómicas vascas en 2016 con 333.700 votos. Sus luchas internas, con cuatro secretarios generales —entre ellos el propio Martínez— generaron la imagen de falta de estabilidad. Además, su giro hacia tesis más soberanistas también les dificulta distanciarse ideológicamente de Bildu, uno de sus socios más reivindicados desde Madrid. Los morados ya fiaron su estrategia en 2020 a erigirse como la llave para gobernar en Euskadi y ahora, pese a las difíciles perspectivas, prevén hacer lo mismo, incidiendo en la "valentía" de su formación.

La ley electoral menos proporcional de toda España

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Las encuestas no son una foto fija, pero sirven para conocer las tendencias de voto. En el caso de Podemos y Sumar las últimas publicas les sitúan, en ambos casos, entre 0 y 2 parlamentarios, con la excepción de un sondeo de la televisión pública vasca que otorga 3 escaños a Sumar, el mismo número que deslizan algunas fuentes de la coalición de Díaz. El último Sociómetro del Gobierno vasco, por ejemplo, otorga un escaño por Bizkaia a Podemos, mientras que Sumar lograría un representante por Álava y otro por Gipuzkoa. En todos los casos, se encuentran en porcentajes de voto de entre el 3% y el 4%.

El hecho de que la barrera esté situada en un 3% les da más margen para conseguir representación, pero se queda lejos del 8% que obtuvo Elkarrekin Podemos en 2020. La clave está en sobrepasar ese porcentaje en alguna de las tres provincias vascas, aunque a nivel general no se llegue a esa cifra. Es lo que le pasó a Vox en en los últimos comicios autonómicos, cuando obtuvo un diputado por Araba aunque únicamente obtuvo el 1,9% de los votos. En Euskadi el método de elección difiere de los sistemas empleados en otras autonomías, que incluyen el criterio de población además del de representación territorial. En este caso cada provincia reparte 25 diputados, lo que la convierte en la ley electoral menos proporcional de toda España.

Las particularidades de su ley electoral hacen que el escaño por Bizkaia cueste de media entre 20.000 y 24.000 votos, por Gipuzkoa entre 12.000 y 16.000 y por Araba entre 5.000 y 6.000. Es frecuente que el PP y el PSOE obtengan más actas por Araba que por cualquier otra circunscripción, pese a obtener en ese territorio menos votos que en cualquiera de los otros dos.

Es oficial. El 21 de abril se celebrarán elecciones en el País Vasco. El lehendakari Íñigo Urkullu lo anunció este jueves, aunque la fecha ya estaba marcada en el calendario desde hace varias semanas. Los partidos vuelven a la precampaña solo unos días después de los últimos comicios, celebrados en Galicia, que se saldaron con la victoria por mayoría absoluta del Partido Popular. Ahora, a tenor de las encuestas, la pugna por la primera plaza se dirimirá entre el actual líder, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), y Euskal Herria Bildu (EH Bildu) mientras el resto de formaciones —a excepción de Vox— buscará ser imprescindible para la gobernabilidad.

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